
Los mudras son posiciones simbólicas realizadas con las manos que tienen un profundo significado espiritual y terapéutico. Originarios de la India, son utilizados en prácticas como el yoga y la meditación para canalizar la energía, alcanzar un mayor bienestar y promover el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Cada mudra está asociado a diferentes efectos físicos, emocionales o mentales, y se cree que, al realizarse correctamente, influyen positivamente en la salud y el estado de ánimo de la persona.
Según Gertrud Hirschi en su libro Mudras: El poder del yoga en tus manos, el término “mudra” tiene múltiples significados. Hace referencia a un gesto, una posición mística de las manos, un sello o un símbolo, sin embargo, los mudras no se limitan solo a las manos, también incluyen posiciones de los ojos, del cuerpo y técnicas de respiración que comparten este nombre.
De acuerdo con la autora, cada mudra tiene la capacidad de estimular áreas concretas del cerebro y del alma, ejerciendo una influencia directa sobre el bienestar físico, emocional y mental. Estas prácticas, que han sido utilizadas durante siglos en diversas tradiciones religiosas y filosóficas, además de asociarse con la concentración y el autoconocimiento, también se consideran herramientas de curación.
¿Cómo se practican los mudras?

Hirschi detalla que los mudras pueden practicarse en diferentes posiciones: sentado, acostado, de pie o incluso caminando, sin embargo, es fundamental que el cuerpo se mantenga en una postura simétrica y relajada para permitir el flujo adecuado de energía.
Si se realiza sentado en una silla, se recomienda mantener la espalda recta y los pies firmemente apoyados en el suelo; en el caso de estar acostado, la posición ideal es boca arriba, con la posibilidad de utilizar almohadones pequeños para aliviar tensiones en el cuello, la espalda o las piernas.
Para quienes prefieren practicar los mudras caminando, es importante mantener un paso regular y rítmico. Finalmente, de pie, se sugiere separar las piernas a la anchura de las caderas, con las rodillas relajadas y los pies apuntando hacia adelante.
Por otro lado, si se dispone de más tiempo, la postura de meditación sentada es la más adecuada, ya que permite una práctica más prolongada y profunda. En este caso, se deben seguir principios básicos de meditación, los cuales son:
- Sentarse sobre una superficie estable, con la pelvis relajada y la columna vertebral erguida.
- Mantener las rodillas planas en el suelo o a la misma altura, colocando almohadones debajo si es necesario.
- Colocar las manos relajadas sobre los muslos.
- Llevar los hombros hacia atrás y hacia abajo, manteniendo el pecho abierto y libre.
- Mantener la barbilla ligeramente recogida y la nuca recta y relajada.
- Respirar de forma regular, lenta, fluida y suave.
- Finalizar la meditación con un estiramiento enérgico, evitando interrupciones bruscas.
En este contexto, el investigador indio Dev Keshav, citado en el texto, sugiere que la práctica de los mudras debería realizarse durante 45 minutos al día para obtener beneficios óptimos, incluyendo la posibilidad de aliviar trastornos crónicos, pero puede dividirse en tres sesiones de 15 minutos cada una para facilitar su integración en la rutina diaria.
¿Cuáles son los mudras más poderosos?

En el contexto del Hatha-Yoga, se identifican al menos 25 mudras, que incluyen tanto posiciones corporales, denominadas asanas, como técnicas específicas para los ojos y el cuerpo, nombradas bandhas.
Entre ellos, destacan algunos considerados especialmente poderosos por sus efectos en la salud y el equilibrio emocional, así que, a continuación, se detallan cinco de los mudras más destacados, sus beneficios y las recomendaciones para su práctica.
El Linga-Mudra, también conocido como el “mudra erguido”, se realiza uniendo las palmas de las manos y cruzando los dedos, dejando un pulgar erguido que es rodeado por el índice y el pulgar de la otra mano. Según la autora, esta técnica es útil para combatir afecciones respiratorias como la tos, los resfriados y las infecciones en el pecho, ya que ayuda a despejar la mucosidad acumulada en los pulmones.
Además, este mudra es recomendado para personas que experimentan dificultades respiratorias debido a cambios climáticos, pero también tiene la capacidad de aumentar la temperatura corporal, lo que resulta beneficioso para quienes no desarrollan fiebre, un mecanismo natural del cuerpo para combatir bacterias.
El Linga-Mudra puede practicarse tres veces al día durante 15 minutos. Sin embargo, como también permite reducir el exceso de peso, si el objetivo es este, se sugiere acompañar la práctica con una dieta que incluya alimentos refrescantes como yogur, arroz, plátanos y zumos cítricos, además de consumir al menos ocho vasos de agua al día. Es importante no excederse en la duración de la práctica, ya que podría generar sensaciones de pesadez y letargo, lo que indicaría la necesidad de reducir el tiempo de ejecución.
El Uttarabodhi-Mudra, conocido como el “mudra de la gran iluminación”, se realiza cruzando las manos frente al plexo solar, con los índices apuntando hacia el techo y los pulgares hacia el suelo o el estómago. Este gesto puede practicarse en cualquier lugar y momento, y durante el tiempo que se desee.
Este mudra es ideal para quienes buscan relajarse, superar el abatimiento físico y mental o encontrar inspiración. Su práctica fortalece el Elemento Metal, asociado con la energía de los pulmones y el intestino grueso, y promueve una respiración más profunda y revitalizante, además, se dice que este elemento está vinculado al sistema nervioso y a la conducción de impulsos eléctricos y energéticos, tanto internos como externos, conectando al individuo con su entorno y con fuerzas cósmicas.
El Uttarabodhi-Mudra también favorece la reposición de energía interna, al canalizar la fuerza universal, conocida como Chi o Prana, hacia el interior del cuerpo.
El Kalesvara-Mudra, dedicado a la divinidad hindú Kalesvara, se realiza tocando las yemas de los dedos medios, las primeras falanges de los índices y los pulgares, mientras los demás dedos se doblan hacia el interior. Los pulgares apuntan hacia el pecho y los codos se mantienen elevados.
Esta técnica es especialmente útil para tranquilizar la mente y reducir la avalancha de pensamientos o emociones alteradas. Según las fuentes, al practicar este mudra, los intervalos entre los pensamientos se amplían, lo que permite una mayor claridad mental y discernimiento. También se emplea para estimular la memoria, mejorar la concentración y superar comportamientos adictivos.
Para obtener resultados óptimos, se recomienda practicar el Kalesvara-Mudra diariamente durante al menos 10 o 20 minutos. Además, su práctica puede ayudar a quienes buscan cambiar rasgos de su carácter o encontrar soluciones a problemas personales.
De acuerdo con la academia Siddhi Yoga, el Kali-Mudra, inspirado en la diosa hindú Kali, representa el coraje y el poder oculto dentro de cada persona. Según la mitología hindú, Kali es conocida como la destructora de la negatividad y un símbolo de empoderamiento femenino.
Este mudra se utiliza en secuencias de yoga restaurativo, diseñadas para relajar el cuerpo y liberar tensiones emocionales como el estrés, la ansiedad y la depresión. Su práctica ayuda a iluminar la mente, eliminando pensamientos negativos y promoviendo una sensación de ligereza y vitalidad. Además, el Kali-Mudra está asociado con la energía femenina, representada por la Luna, y se considera una herramienta para generar cambios positivos en el interior de cada individuo.
El Shakti-Mudra, en honor a Shakti, la diosa de la energía vital, se realiza uniendo los anulares y los meñiques, mientras los demás dedos se doblan suavemente sobre los pulgares, que también permanecen doblados bajo la palma de la mano.
Este mudra tiene un efecto relajante y es especialmente útil para favorecer el sueño nocturno. También fortalece el impulso respiratorio en la zona inferior del pecho y multiplica la percepción de la respiración en el abdomen. Según el libro, su práctica puede aliviar molestias como contracciones espasmódicas en el intestino o dolores menstruales.
Para quienes tienen dificultades para dormir, se sugiere una versión modificada de este mudra, que incluye movimientos suaves de las manos y los pies antes de acostarse, así como el uso de un paño húmedo para refrescar las piernas.