Qué es el estrés oxidativo y qué provoca la muerte de las células con el paso del tiempo

Cuando los procesos de oxidación se desequilibran, el cuerpo enfrenta un fenómeno que afecta su funcionamiento integral y desafía su capacidad de mantener la salud

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A medida que envejecemos, nuestras
A medida que envejecemos, nuestras células y tejidos acumulan daños que afectan su funcionamiento y contribuyen al deterioro gradual de nuestras capacidades físicas y mentales. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Imagina una casa que ha sido habitada durante muchos años. Con el tiempo, las paredes comienzan a mostrar grietas, los sistemas eléctricos funcionan de manera menos eficiente y los muebles se desgastan. Aunque la casa sigue siendo funcional, su estructura refleja el paso de los años y comienza a necesitar mantenimiento.

De manera similar, el envejecimiento en el cuerpo humano ocasiona que nuestras “estructuras” (células y órganos) comiencen a deteriorarse debido al uso constante y al daño acumulativo a lo largo del tiempo. Por ejemplo, las articulaciones pueden desgastarse, los órganos, como el corazón, pueden volverse menos eficientes y las células no se regeneran con la misma rapidez que cuando somos jóvenes.

El deterioro gradual del organismo da lugar a la aparición de enfermedades y, eventualmente, a la muerte. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos cambios son consecuencia de la acumulación de daños moleculares y celulares, causados por diversos factores, entre los que se incluye el estrés oxidativo.

Los radicales libres son moléculas
Los radicales libres son moléculas inestables y altamente reactivas debido a un electrón desapareado en su último orbital, lo que les permite actuar de forma rápida y localizada, aunque con una vida media muy corta. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Qué es el estrés oxidativo?

De acuerdo con el artículo “Estrés oxidativo, enfermedades y tratamientos antioxidantes” del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Navarra de España, la oxidación es un proceso bioquímico clave en la obtención de energía celular, ya que implica la pérdida de electrones.

El estrés oxidativo es un fenómeno clave en el cuerpo humano, ya que se origina cuando no se puede neutralizar de manera efectiva los radicales libres, moléculas altamente reactivas que causan daño celular. Este proceso no puede ser medido ni definido por un solo parámetro, ya que implica múltiples factores y afecta diversas áreas del organismo.

Estos radicales libres se generan durante procesos metabólicos normales, pero también por factores externos como la contaminación, la radiación o hábitos poco saludables. Cuando su concentración supera la capacidad del cuerpo para eliminarlo, se producen alteraciones en el cuerpo lo que acelera el proceso de envejecimiento y aumenta el riesgo de enfermedades degenerativas como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

El estrés oxidativo juega un
El estrés oxidativo juega un papel fundamental en el desarrollo de enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos neurodegenerativos, acelerando el envejecimiento y debilitando el sistema inmunológico. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Cuáles son los efectos del estrés oxidativo en el cuerpo?

El estrés oxidativo afecta diversos sistemas del cuerpo, provocando daños en las células y órganos clave. En la piel, por ejemplo, el daño celular provocado por los radicales libres puede acelerar la aparición de arrugas y la pérdida de elasticidad, lo que contribuye al envejecimiento prematuro.

A nivel celular, este daño puede alterar el ADN, lo que aumenta la probabilidad de que las células no funcionen correctamente y lleven a enfermedades como el cáncer, aterosclerosis y Alzheimer.

De acuerdo con el artículo “Estrés oxidativo, ¿un asesino silencioso?”, de la revista Educación Química de Revistas UNAM, los radicales libres pueden dañar las neuronas y las conexiones sinápticas, lo que afecta las funciones cognitivas y motoras. Además, se ha observado que el estrés oxidativo puede reducir la capacidad de regeneración neuronal, lo que empeora aún más los efectos del envejecimiento en el cerebro.

El sistema cardiovascular también sufre los efectos del estrés oxidativo. Los radicales libres pueden afectar las paredes de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a la formación de placa y el endurecimiento de las arterias. Esto aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y padecimientos cerebrovasculares.

A nivel celular, este tipo de daño interfiere con la función adecuada del sistema inmunológico, lo que hace que el cuerpo sea más susceptible a infecciones y enfermedades.

Incluir alimentos ricos en antioxidantes,
Incluir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras frescas, en la dieta diaria es una forma efectiva de fortalecer las defensas del cuerpo contra el daño oxidativo y reducir los riesgos asociados al envejecimiento prematuro. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Se puede prevenir el estrés oxidativo?

La capacidad del organismo para enfrentar el estrés oxidativo puede ser un factor clave en el logro de un envejecimiento exitoso. Según un artículo de la Revista Geriátrica y Gerontología Española, las personas que gestionan mejor este proceso tienden a envejecer de manera más saludable, con menor deterioro físico y mental. Esto refuerza la importancia de abordar el estrés oxidativo como parte integral del cuidado de la salud.

Este “envejecimiento exitoso” depende de un equilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad antioxidante del cuerpo. Prevenir el daño oxidativo mediante hábitos saludables, como una dieta rica en antioxidantes, la práctica regular de ejercicio y la gestión del estrés, resulta fundamental para mantener una mejor calidad de vida durante el envejecimiento. Estos factores contribuyen a una mayor resistencia frente al deterioro asociado a la edad.

Según el Servicio de Medicina Interna del Hospital de Navarra, una de las estrategias más efectivas es mantener una dieta rica en antioxidantes, sustancias que neutralizan los radicales libres. Frutas y verduras frescas de colores brillantes, como moras, zanahorias, espinacas y tomates, son excelentes fuentes de antioxidantes. Estos alimentos protegen al cuerpo del daño oxidativo y favorecen un envejecimiento saludable.

Un estilo de vida equilibrado también es crucial para reducir el estrés oxidativo. Evitar el tabaquismo, limitar el consumo de alcohol, protegerse del sol y realizar ejercicio de forma regular son prácticas esenciales. Además, controlar el estrés emocional es clave, ya que el estrés crónico aumenta la producción de radicales libres y puede acelerar el envejecimiento celular, impactando negativamente la salud general.

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