Desvelo por venganza, cuál es la peligrosa práctica que sacrifica horas de sueño para “recuperar tiempo”

Desde la Psicología, esta forma de procrastinación confronta el descanso con el deseo de rescatar la libertad personal

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La privación de sueño afecta
La privación de sueño afecta el rendimiento físico y mental, disminuyendo la capacidad para llevar a cabo actividades diarias con eficacia.

El desvelo por venganza, un término que ha ganado popularidad en los últimos años, se trata de un comportamiento en el que las personas deciden retrasar su hora de dormir para recuperar tiempo personal, incluso a costa de su descanso.

De acuerdo con la Fundación Nacional del Sueño en Estados Unidos, este tipo de procrastinación, generada en consecuencia de agendas saturadas y trabajos altamente demandantes que dejan poco espacio para el ocio o la relajación, se caracteriza por la ausencia de una razón válida para quedarse despierto más allá de lo necesario y por la conciencia de que esta decisión puede tener consecuencias negativas.

Aunque este comportamiento a primera vista parece inofensivo, y a pesar de que busca satisfacer una necesidad personal de recreación, tiene implicaciones significativas para la salud física, mental y emocional, tanto a corto como a largo plazo.

Por qué se le conoce como desvelo “por venganza”

La falta de sueño adecuado
La falta de sueño adecuado interrumpe la función cognitiva.

El concepto de desvelo por venganza fue acuñado en 2014 y se ha extendido a varios idiomas, según detalló el sitio web Nosotras, de El Universal. En inglés, se conoce como “revenge bedtime procrastination”, traducción de una expresión en chino que refleja la frustración de quienes enfrentan largas jornadas laborales que dejan poco o ningún tiempo para el disfrute personal.

La palabra “venganza” en este contexto simboliza una respuesta al estrés y a la falta de control sobre el tiempo durante el día, pues, desde la Psicología, este comportamiento se interpreta como una forma de vengarse de las horas diurnas dominadas por obligaciones laborales o personales.

La procrastinación del sueño se manifiesta de distintas maneras. Una de las más comunes es retrasar el momento de irse a la cama, mientras que otra consiste en permanecer despierto ya acostado utilizando dispositivos electrónicos, como celulares o tabletas.

Vinculado a ello, un estudio publicado en la revista Frontiers of Psychology en 2014 señaló que este comportamiento está relacionado con una baja autorregulación, pues las personas que lo practican desean dormir, sin embargo, sus acciones no se alinean con sus intenciones, lo que genera un conflicto entre el deseo de descanso y la necesidad de tiempo libre.

Consecuencias del desvelo por venganza

Las consecuencias para la salud
Las consecuencias para la salud subrayan la importancia de priorizar el descanso y buscar un equilibrio entre las responsabilidades y el bienestar personal.

La privación del sueño derivada de este hábito tiene efectos perjudiciales en múltiples aspectos de la salud. Según la Fundación Nacional del Sueño, la falta de descanso afecta negativamente la memoria, el pensamiento y la capacidad de tomar decisiones, además, incrementa el riesgo de somnolencia durante el día, lo que impacta directamente en el desempeño laboral y personal.

En el ámbito emocional, la falta de sueño trae consigo irritabilidad y dificultades para manejar las emociones, además, promueve la aparición de trastornos de salud mental como depresión y ansiedad. En cuanto a la salud física, la privación del sueño aumenta la susceptibilidad a problemas cardiovasculares y trastornos metabólicos, como la diabetes.

Cabe señalar que estas consecuencias pueden manifestarse rápidamente o verse reflejadas a largo plazo.

Cómo combatir el desvelo por venganza

Persona durmiendo con las muñecas
Persona durmiendo con las muñecas flexionadas, una postura que puede causar molestias o problemas articulares con el tiempo.

La mejor estrategia para evitar el desvelo por venganza es adoptar una higiene del sueño adecuada, que incluye la creación de hábitos saludables y un entorno propicio para descansar, por esa razón, la Fundación Nacional del Sueño recomienda establecer una rutina nocturna ayuda a reducir el impulso de quedarse despierto más tiempo del necesario.

Entre las recomendaciones para mejorar la calidad del sueño se encuentran mantener horarios regulares para acostarse y despertarse, incluso durante los fines de semana, y evitar el consumo de alcohol o cafeína en las horas previas al descanso. También se sugiere dejar de usar dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de dormir y desarrollar una rutina relajante, como leer, meditar o realizar estiramientos suaves que no alteren las funciones vitales del organismo.

Finalmente, crear un ambiente acogedor en el dormitorio es otro factor clave, pues un espacio oscuro y tranquilo, así como un colchón y ropa de cama cómodos, ayudan a que el acto de dormir sea más atractivo, contrarrestando el deseo de sacrificar el descanso por actividades de ocio.

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