La temporada decembrina, con su promesa de paz, amor y unión familiar, es también una época que puede convertirse en un desafío abrumador para la salud mental, especialmente en el caso de las mujeres. Aunque las festividades son vistas como un momento de alegría y descanso, las expectativas sociales y familiares impuestas sobre ellas generan una carga adicional que puede ser perjudicial para su bienestar físico, emocional y mental.
Desde decorar el hogar y comprar regalos hasta planificar reuniones, preparar cenas y encargarse de atender a los invitados, las mujeres suelen asumir la mayoría de las responsabilidades asociadas con el espíritu navideño. Por lo que la carga mental y física que supone este “maratón decembrino” puede conducir al llamado burnout o síndrome de desgaste profesional
La sobrecarga invisible del trabajo no remunerado
En México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tres de cada cuatro personas que realizan labores de cuidado en los hogares son mujeres. Durante las fiestas decembrinas, esta situación se intensifica con tareas adicionales como decorar la casa, organizar reuniones, preparar cenas, comprar regalos y atender a los invitados. Estas actividades no solo implican trabajo físico, sino también una carga emocional considerable.
María Elena Esparza Guevara, presidenta de la organización Ola Violeta AC, alertó sobre este fenómeno en su reciente informe titulado “¡Cuídame, Preocupona! ¿Feliz Navidad? Temporada de agotamiento físico y mental acentuado”.
En el reporte, señala que las mujeres dedican el 66 por ciento de su tiempo a trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo el 27.9 por ciento. Esta disparidad refleja un problema estructural arraigado en los roles de género tradicionales.
Burnout en mujeres: causas y síntomas
El burnout, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un fenómeno ocupacional, puede manifestarse de manera alarmante durante la temporada decembrina. Las causas incluyen la sobrecarga de responsabilidades, expectativas poco claras y la falta de apoyo en el entorno familiar.
Además, el desequilibrio entre el trabajo y la vida personal se acentúa en estas fechas, con las mujeres sacrificando tiempo de descanso y actividades personales para cumplir con las demandas de anfitrionía y cuidado.
Los síntomas del burnout pueden ser:
- Físicos: fatiga crónica, dolores de cabeza, problemas de sueño.
- Emocionales: sentimientos de fracaso, irritabilidad, pérdida de motivación.
- Conductuales: aislamiento social, disminución del rendimiento, aumento del absentismo.
Impacto en la salud mental
Por cada hombre que experimenta trastorno afectivo estacional, hay cuatro mujeres que lo sufren, según datos recopilados por Ola Violeta AC. Este trastorno, combinado con el estrés crónico derivado de las fiestas, puede desencadenar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental.
“Todo el año, las mujeres se desdoblan en responsabilidades personales, laborales y de cuidados. Pero las fiestas decembrinas llegan cargadas de aún más tareas de anfitrionía y la responsabilidad de resguardar el espíritu navideño, lo que puede ser antesala de un regalo indeseado bajo el árbol: burnout”, destacó Esparza Guevara.
Estrategias para prevenir el burnout
Es fundamental reconocer y abordar este problema para garantizar el bienestar de las mujeres durante las fiestas. Algunas estrategias incluyen:
- Compartir responsabilidades: involucrar a todos los miembros de la familia en las tareas domésticas y de cuidado.
- Establecer límites claros: separar tiempo personal del tiempo dedicado a las actividades festivas.
- Buscar apoyo: hablar con familiares y amigos sobre las demandas emocionales y físicas.
- Practicar el autocuidado: dormir lo suficiente, mantener una alimentación saludable y realizar actividad física.
- Solicitar ayuda profesional: acudir a terapia psicológica o grupos de apoyo en caso de ser necesario.
Hacia unas fiestas decembrinas más equitativa
La organización Ola Violeta AC enfatizó que avanzar hacia la igualdad sustantiva también implica transformar las dinámicas familiares y sociales durante las fiestas. “Adoptar prácticas equitativas y compartir las responsabilidades domésticas son pasos esenciales hacia la verdadera paz y justicia social en esta temporada”, afirmó Esparza Guevara.
Las fiestas decembrinas deberían ser un tiempo de descanso y celebración para todos y todas. Reflexionar sobre la distribución de tareas y cuidar la salud mental de quienes sostienen estas tradiciones es el mejor regalo que podemos darles.