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La investigación sobre el envejecimiento en animales ha dado un giro prometedor que podría tener implicaciones más allá del mundo canino. Según informó People, un equipo de científicos está explorando cómo extender la vida saludable de los perros, y los resultados preliminares han captado la atención de la comunidad científica. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) certificó que una nueva píldora antienvejecimiento desarrollada por la startup biotecnológica Loyal tiene una “expectativa razonable de eficacia”.
Este avance marca un hito en la búsqueda de tratamientos que no solo prolonguen la vida, sino que también mejoren la calidad de esta en los animales. El medicamento, que aún debe superar pruebas de seguridad y viabilidad para su producción a gran escala, está diseñado para perros mayores de 10 años que pesen al menos 6,3 kilogramos.
Según detalló People, la empresa espera obtener la aprobación condicional de la FDA para finales de 2025. La píldora, con sabor a carne, tiene como objetivo principal mejorar la salud metabólica de los perros, un aspecto que tiende a deteriorarse con la edad. Aunque no se trata de un elixir de inmortalidad, el tratamiento podría añadir al menos un año de vida saludable a los canes, según explicó Celine Halioua, fundadora y directora ejecutiva de Loyal.
Un enfoque en la salud para ralentizar el envejecimiento
El concepto detrás de este medicamento no es simplemente prolongar la vida, sino hacerlo de manera que los años adicionales sean saludables. “No estamos creando perros inmortales”, afirmó Halioua en declaraciones recogidas por The Guardian. “La forma en que el medicamento extiende la vida útil, según nuestra hipótesis, es alargando la salud y, por ende, reduciendo la velocidad del envejecimiento”.
Este enfoque busca abordar el envejecimiento como un proceso biológico que puede ser modificado, en lugar de tratarlo como un destino inevitable.La investigación de Loyal no es un caso aislado. Según consignó People, el Dog Aging Project, un proyecto de investigación con sede en Estados Unidos, también está explorando formas de extender la vida de los perros.
Este equipo está investigando el uso de rapamicina, un medicamento utilizado en humanos para prevenir el rechazo de órganos trasplantados. Los estudios preliminares sugieren que este fármaco podría extender la vida de los perros hasta tres años, mejorando tanto la función cardíaca como la cognitiva.
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Implicaciones para la ciencia humana
El impacto de estas investigaciones podría ir más allá del bienestar animal. Según explicó Daniel Promislow, gerontólogo de la Universidad de Washington y codirector del Dog Aging Project, los estudios en perros ofrecen una oportunidad única para avanzar en la comprensión del envejecimiento humano.
“Nuestro estudio está años luz por delante de cualquier cosa que se haya hecho en humanos o que pueda hacerse en humanos”, afirmó Promislow a The Guardian. “Lo que estamos haciendo equivale a un estudio de 40 años en humanos, probando la capacidad de un medicamento para aumentar la vida saludable”. La elección de los perros como sujetos de estudio no es casual. Estos animales comparten entornos similares a los humanos y experimentan muchas de las mismas enfermedades relacionadas con la edad, lo que los convierte en modelos ideales para investigar el envejecimiento.
Según explicó Tom Rando, director del Centro de Investigación de Células Madre Broad de la Universidad de California, los resultados obtenidos en perros podrían ser un “punto de inflexión” para la ciencia de la longevidad humana. “Cuanto más cercano sea el modelo animal a los humanos, más confianza podemos tener en que estos medicamentos funcionarán también en nosotros”, señaló Rando en declaraciones a The Guardian.
Un rompecabezas científico con piezas prometedoras
El envejecimiento es un fenómeno complejo que involucra múltiples procesos biológicos, y los avances en este campo podrían ofrecer nuevas perspectivas sobre cómo abordarlo. Según Rando, los estudios en perros no solo son fascinantes, sino que también podrían proporcionar piezas clave para resolver el “rompecabezas” de la longevidad humana.
“Tener evidencia de eficacia y seguridad en perros nos da más confianza para realizar estudios en humanos con estos mismos medicamentos”, afirmó. Aunque los resultados preliminares son alentadores, aún queda un largo camino por recorrer antes de que estos tratamientos puedan aplicarse a gran escala, tanto en animales como en humanos.
Loyal, por su parte, se mantiene optimista sobre el futuro de su píldora antienvejecimiento y su potencial para transformar la vida de los perros mayores. Según reportó People, la empresa confía en que su enfoque basado en datos sólidos y pruebas rigurosas les permitirá obtener la aprobación final de la FDA en los próximos años.