Edgar Camero, abogado: “Mucha gente a la que echan firman rápido por salir del marrón y sin saberlo renuncian a mucho dinero”

Un despido inesperado puede suponer un momento de indignación e incertidumbre ante la falta de estabilidad laboral futura, pero el experto asegura que “no tiene por qué arruinarte”

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Muchos trabajadores, al ser despedidos, se enfrentan a diversas complicaciones. Los despidos improcedentes son una práctica frecuente y aquí te explicamos los que es.

Para la mayoría de españoles, pocas cosas generas tanta tranquilidad como asegurar cierto nivel de estabilidad laboral en un puesto de trabajo y saber que a final de cada mes recibirán la nómina que les permite diseñar su presupuesto de gasto y costearse todas sus necesidad. Sin embargo, este sentimiento puede romperse rápidamente en caso de despido. El final de una relación laboral llega muchas veces de forma inesperada para el empleado y esta sorpresa puede hacer que el afectado no esté preparado para responder de forma correcta ante la situación, aunque el derecho laboral establece protecciones claras para que no sea necesario renunciar a derechos.

En numerosas ocasiones, los trabajadores despedidos se ven bajo a la presión de firmar documentos al momento de su salida, una práctica que, según advierte el abogado Edgar Camero, puede traducirse en la pérdida de indemnizaciones importantes u otros pagos que corresponden al trabajador por derechos laborales. De acuerdo con el experto, que comparte consejos legales en su perfil de TikTok (@edgarcameroabogado), “muchos firman por salir rápido del marrón y, sin saberlo, renuncian a un montón de pasta”.

El procedimiento habitual tras una finalización laboral suele ser la presentación de documentos para la firma inmediata. Sin embargo, Camero señala que realizar esta acción de forma precipitada puede suponer un riesgo: “Firmar sin revisar puede hacerte perder todo lo que te corresponde legalmente: reclamaciones por despido improcedente, vacaciones, pagas pendientes...”. Las consecuencias de una firma apresurada se reflejan en la imposibilidad de reclamar derechos fundamentales, como salarios no abonados o compensaciones por despido improcedente.

“Solo firma cuando lo entiendas”

Para protegerse ante estas situaciones, Camero propone en su publicación en redes sociales un protocolo claro: “No firmes nada en caliente, tienes derecho a llevarte el documento a casa”. Además, recomineda consultar a un profesional, como un abogado, para que explique claramente el contenido del documento. Así, insta a quienes se enfrentan a un despido a tomarse el tiempo necesario antes de aceptar cualquier acuerdo. Solo tras comprender plenamente el texto y alcance de lo que se está firmando, aconseja continuar con el trámite: “Solo firma cuando entiendas bien lo que estás aceptando”.

Edgar Camero, abogado: “Mucha gente
Edgar Camero, abogado: “Mucha gente a la que echan firman rápido por salir del marrón y sin saberlo renuncian a mucho dinero”. (Montaje Infobae España)

El abogado señala, asimismo, que un despido, por difícil que sea, no debe traducirse en la renuncia a derechos fundamentales ni suponer una gran perdida economica: “Un despido puede doler, pero no tiene por qué arruinarte”. Por ello, insiste en la relevancia de la revisión legal, la cautela y la defensa activa de los intereses del trabajador en el proceso de separación laboral.

Qué tiene que pagar la empresa

En España, la indemnización por despido improcedente se calcula tomando como referencia 33 días de salario por año trabajado (con un máximo de 24 mensualidades). Para la antigüedad generada antes del 12 de febrero de 2012, se aplican 45 días por año trabajado (tope de 42 mensualidades). Se obtiene el salario diario (incluyendo pagas extras) y se multiplica por los días correspondientes según la antigüedad.

El Supremo pone límite a los despidos disciplinarios: no pueden realizarse sin que el trabajador tenga la posibilidad de defenderse.

Además de la indemnización, la empresa debe abonarte el finiquito, que incluye días de salario pendientes de cobro, vacaciones no disfrutadas, partes proporcionales de pagas extraordinarias y otros conceptos devengados (bonus, horas extras o comisiones, por ejemplo). También corresponde la liquidación de deudas laborales acumuladas. Posteriormente, puedes solicitar la prestación por desempleo si cumples requisitos.