Pablo Barrecheguren, neurocientífico, sobre la importancia del sueño: “El alcohol es malísimo para dormir. La calidad del sueño es un desastre”

El experto resalta en una charla la importancia de un buen descanso nocturno

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Pablo Barrencheguren en una charla
Pablo Barrencheguren en una charla sobre el sueño. (YouTube)

La mitad de la población española padece o va a padecer algún problema de trastorno de sueño, según la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES). La falta de descanso por las noches es una realidad para miles de personas, que dejan su problema sin tratar. Pero el neurocientífico Pablo Barrencheguren insiste en la importancia de dormir.

En una reciente charla para Aprendemos Juntos 2030, el especialista recuerda que dormir no es una pérdida de tiempo, sino una necesidad vital para el cuerpo y la mente. “Si gastamos tanto tiempo en dormir es porque hay determinados procesos biológicos que tenemos que hacer sí o sí y el momento más óptimo para ello es reservando un momento que el cuerpo esté tranquilito”.

Según explica Barrencheguren, el sueño se divide en dos fases principales: NREM y REM. La fase NREM se caracteriza por su papel esencial en la recuperación física; durante este periodo, las áreas cerebrales más activas durante la vigilia reducen significativamente su actividad, permitiendo la restauración energética. “Me gusta pensarlo como una cocina de un restaurante que está muy activo. Si el restaurante está abierto de día, las horas que es´ta dando servicio no se puede parar a limpiar todos los platos, o a reponer la despensa", ejemplifica.

Por otro lado, la fase REM se relaciona directamente con la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para adaptarse, formar nuevas conexiones y facilitar el aprendizaje y la memoria. Durante la REM, los recuerdos, especialmente los de carga emocional, se procesan y consolidan. “Cuando estamos dormidos y estamos en esa fase, en la REM, nuestro cerebro una de las cosas que hace es repasar la información que hemos aprendido, sobre todo, por ejemplo, repasa la información emocional de los recuerdos. Y es el mejor momento, es como pasar los apuntes a limpio”, dice.

Cómo afrontar el insomnio

Una mujer que no puede
Una mujer que no puede dormir. (Freepik)

Entre el 30% y el 40% de la población adulta, así como una proporción similar de adolescentes, manifiestan algún rasgo de insomnio, aunque no siempre en sus formas más graves. De ese grupo, alrededor del 10% al 15% padece insomnio consolidado, lo que lo convierte en un desafío de salud pública relevante. Incluso el propio Barrencheguren dice haber experimentado estos problemas de sueño.

“Empecé a tener problemas hace siete años. Yo no me acuerdo lo que es despertarme despejado. Es muy frustrante porque, claro, yo en teoría soy un experto del sueño”, dice el neurocientífico en su charla. “Aunque haga todo lo que está en mi mano, hay cosas de salud que no están en nuestra mano, que dependen de un sistema sanitario que funcione”, reivindica.

Ante este problema “gigantesco” del descanso, hay varias intervenciones posibles. " En muchos casos, la primera terapia de intervención es psicológica. Es terapia cognitivo-conductual para tratar el insomnio", dice. Pero para otras personas, la mejor solución puede ser farmacológica. Pero, ante todo, lo más importante para Barrencheguren es ir al médico ante problemas de insomnio.

Consejos para dormir mejor

En la parte final de la charla, Pablo Barretxe Eguren sintetiza una serie de recomendaciones basadas en la evidencia para mejorar la calidad del sueño, señalando que aunque cada situación puede requerir soluciones específicas, existen consejos generales que son válidos en la mayoría de los casos.

En cuanto a las sustancias, subraya el efecto negativo del alcohol sobre el sueño. “No es intuitivo, porque el alcohol da somnolencia”, dice, pero aunque facilite conciliar el sueño, la calidad de este “es un desastre completamente”. “El alcohol es negativo siempre para dormir. Si vamos a consumir alcohol, cuanto más tiempo dejemos de separación entre haber consumido alcohol e irnos a la cama, más guay”, dice. También aconseja evitar la cafeína después de la comida del mediodía, ya que su efecto prolongado puede interferir en la conciliación del sueño.

Otra pauta relevante es la regularidad en los horarios: mantener rutinas de sueño consistentes ayuda a que el ritmo circadiano se mantenga sincronizado y a que el cuerpo anticipe el momento de dormir. En ese sentido, recomienda no normalizar las siestas y establecer un ritual previo al irse a la cama.