Cómo elegir una buena sandía en el supermercado este verano: los consejos de la OCU para escoger la más sabrosa y refrescante

Desde el color hasta el olor o el aspecto de la fruta, son algunos de los detalles que nos pueden ayudar a elegir correctamente

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Consejos de la OCU para
Consejos de la OCU para escoger la sandía en verano (Adobe Stock)

Es la reina del verano: refrescante, dulce y llena de sabor. La sandía se ha ganado un lugar privilegiado en las mesas durante los meses más calurosos del año. Más allá de su sabor y su textura, esta fruta destaca por su alto contenido de agua, su bajo valor energético y su aporte significativo de potasio y vitamina A, elementos que contribuyen de forma positiva al conjunto de la dieta. Para conseguir disfrutar al máximo de esta fruta veraniega, es fundamental aprender a distinguir aquellas que están en perfecto estado de aquellas aún verdes, golpeadas o pasadas.

Para conseguirlo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado una serie de recomendaciones, dirigidas a aquellos que quieran elegir la mejor sandía en supermercados y fruterías de España durante su temporada de esplendor, que va de mayo a principios de septiembre. Estas pautas, basadas en las recomendaciones de los expertos de la OCU, buscan orientar a los consumidores para que puedan identificar ejemplares frescos, maduros y de calidad, sacando así el máximo partido a esta fruta tan popular en los meses cálidos.

El primer aspecto a considerar al seleccionar una sandía es el color de su corteza. Según la organización, las sandías que presentan un tono más oscuro y menos brillante suelen encontrarse en un estado óptimo de maduración. Esta característica visual permite distinguir entre una fruta lista para consumir y otra que podría necesitar más tiempo para alcanzar su punto ideal.

Otro de los consejos clave es inspeccionar la zona del pedúnculo, es decir, el extremo donde la sandía estuvo unida a la planta. La organización recomienda que esta área no se vea seca, ya que esto podría indicar que la fruta ha perdido frescura. Por el contrario, un pedúnculo que conserva cierta humedad y desprende un aroma fresco es señal de que la sandía mantiene sus propiedades y sabor.

Sandías en un supermercado (Adobe
Sandías en un supermercado (Adobe Stock)

Otro método muy eficiente consiste en darle a nuestra sandía unos golpecitos con los nudillos. Si suena hueco, probablemente esté en su mejor punto de maduración. Además, detalla la OCU, es preferible elegir las sandías que están en la parte superior de las pilas en las fruterías, puesto que estas han sufrido menos golpes y, potencialmente, conservarán mejor su firmeza y sabor. En este sentido, debemos comprobar siempre que la corteza está firme y dura, sin zonas blandas que puedan ser sintomáticas de que han sufrido un golpe.

Igualmente invitan a los consumidores a no obsesionarse con las pequeñas imperfecciones que pueda presentar la fruta. “Una manchita más clara no es mal síntoma”, explican al mismo tiempo que resaltan que esa zona pudo haber estado en contacto con la tierra durante el cultivo sin afectar la calidad del fruto.

En cuanto a las imperfecciones externas, la OCU invita a los consumidores a no obsesionarse con pequeñas manchas claras en la corteza. Estas marcas, lejos de ser un defecto, suelen corresponder a la zona donde la sandía reposó sobre la tierra durante el cultivo, un detalle que no afecta a la calidad ni al sabor del fruto. La recomendación es descartar únicamente aquellas sandías que presenten defectos evidentes, grietas o golpes, pero no dejarse llevar por imperfecciones menores que forman parte del proceso natural de crecimiento.

Sandías por mitades, riesgos y ventajas

En muchas tiendas y supermercados ya se venden mitades de sandías para aquellos casos en los que una entera sea demasiado, una opción llamativa pero que puede acarrear ciertos riesgos. Así lo avisa la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que nos invita a tomar precauciones frente a la práctica frecuente de dejar estas mitades a temperatura ambiente en muchas tiendas y supermercados, lo cual puede incrementar la probabilidad de contaminación. Factores como la manipulación y la limpieza deficiente de utensilios inciden en ese riesgo, especialmente cuando el almacenamiento no es en frío.

A pesar de estas advertencias, la OCU destaca una ventaja: adquirir solo media sandía permite al consumidor ajustar la cantidad a sus necesidades y así reducir el desperdicio alimentario. No obstante, la organización recuerda la importancia de prestar atención a las condiciones de venta y elegir aquellas que están reservadas en cámaras de refrigeración y no a temperatura ambiente, para así evitar posibles patógenos. Ante la duda, se recomienda evitar sandías muy maduras, no exponerlas al calor y, si no se dispone de refrigeración inmediata, optar por no comprarlas ya cortadas. Además, cabe destacar que precio por kilogramo de la media sandía en ocasiones supera al de la pieza entera, por lo que conviene prestar atención a esta cifra.

Esta es la fruta más nutritiva del mundo: ayuda al sistema nervioso y tiene propiedades anticancerígenas.

¿Cómo conservar las sandías?

Otro de los temas principales en cuanto a esta fruta de verano es su forma de conservación. La OCU explica que, en casa, se puede guardar la pieza entera de sandía durante días a temperatura ambiente, procurando siempre evitar zonas de intenso calor o sol directo.

Esto cambia en el momento exacto en el que abrimos por primera vez nuestra sandía. En cuanto partamos un gajo, conviene refrigerarla lo antes posible, metiéndola en la nevera, siempre tapada con un papel film, para evitar que atrape los olores de otros alimentos. Dentro del frigorífico, puedes dejarla en la parte menos fría para conservar su jugosidad y, sobre todo, su sabor.