Receta de ‘cheesecake’ de limón, una tarta fría que se prepara sin horno y que es ideal para el verano

Llega el verano y las temperaturas aumentan a pasos agigantados. Pero eso no implica en absoluto que nuestro antojo por el dulce descienda. En estos meses de calor asfixiante, los postres, meriendas y tartas que endulzan nuestro día a día deben cumplir algunos requisitos. El primero y más importante, que no requieran encender el horno. Dentro de esta categoría se encuentra la receta que hoy nos ocupa, una tarta de queso muy especial que tiene el limón como gran protagonista.

En esta versión, combinaremos el intenso aroma de los limones frescos con la suavidad de quesos como el mascarpone o el Philadelphia, todo sobre una base crujiente de galletas común a gran parte de las cheesecakes que ya hemos preparado en otras ocasiones. Como colofón, una sencilla ganache de chocolate blanco que combina de maravilla con la frescura del cítrico.

Con su textura cremosa, su frescor y ese punto de acidez que nos deja un exquisito sabor de boca, este postre es el broche perfecto para cualquier comida, especialmente en los meses cálidos. Además, la sencillez de su preparación convierte a esta tarta en una receta ideal tanto para quienes se inician en el mundo de la repostería como para los que buscan lucirse sin complicaciones.

La receta comienza con una base clásica de galletas estilo Digestive trituradas y mezcladas con mantequilla derretida, que se prensa en el fondo de un molde. Sobre ella se vierte una crema compuesta por queso, nata, azúcar, jugo y ralladura de limón, y gelatina hidratada y disuelta en un poco de leche tibia, para lograr una textura firme pero suave. Una vez cuajada, se cubre con una sencilla y elegante ganache de chocolate blanco.

Para preparar esta tarta fría de limón sin horno necesitas alrededor de 4 horas y 30 minutos, distribuidos de la siguiente manera:

• Preparación de la base de galletas: 10 minutos
• Elaboración de la crema de limón: 20 minutos
• Refrigeración para cuajar la tarta: mínimo 3 horas
• Decoración con ganache de chocolate blanco: 10 minutos
• Refrigeración final tras decorar: 30 minutos

Para la base de galletas:

• 200 g de galletas Digestive
• 100 g de mantequilla

Para la crema de limón y queso:

• 400 g de queso fresco (ricotta, mascarpone o Philadelphia)
• 120 ml de nata líquida
• 100 g de azúcar
• Zumo y ralladura de 2 limones
• 5 g de gelatina en hojas (2 hojas y media aproximadamente)
• 30 ml de leche (para disolver la gelatina)

Para la decoración:

• 100 g de chocolate blanco
• 50 ml de nata líquida

1. Tritura las galletas hasta obtener un polvo fino y mézclalas con la mantequilla derretida.
2. Vierte la mezcla en un molde desmontable de 20 cm de diámetro, presiona bien y lleva a la nevera.
3. Hidrata las hojas de gelatina en agua fría durante 5 minutos.
4. Calienta ligeramente la leche y disuelve en ella la gelatina hidratada.
5. En un bol grande, mezcla el queso fresco con el azúcar, el zumo y la ralladura de los limones.
6. Añade la gelatina disuelta y la nata líquida, batiendo suavemente hasta que la mezcla sea homogénea.
7. Vierte esta crema sobre la base de galletas y refrigera al menos 3 horas.
8. Para la ganache, calienta los 50 ml de nata y vierte sobre el chocolate blanco picado, mezcla hasta disolver.
9. Cubre la tarta con la ganache y vuelve a refrigerar 30 minutos antes de servir.

Esta receta rinde aproximadamente 8 porciones de tamaño estándar.

Cada porción contiene aproximadamente:

• Calorías: 410
• Grasas: 28 g
• Grasas saturadas: 16 g
• Carbohidratos: 32 g
• Azúcares: 25 g
• Proteínas: 6 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

Esta tarta fría de limón se puede conservar en la heladera por hasta 4 días, bien cubierta con film transparente o en un recipiente hermético.