
El Consejo de Ministros votará este martes la segunda vuelta de uno de los cambios más importantes para los trabajadores de los últimos años: la reducción de la jornada laboral máxima desde las 40 hasta las 37,5 horas. Una medida propuesta por Sumar, que el ministerio de Trabajo lleva negociando desde hace más de un año.
La intención inicial de la responsable de la cartera, Yolanda Díaz, era aprobar la norma en 2024, con el objetivo de que entrase en vigor a comienzos de 2025. Pero, finalmente, el dialogo social retrasó su implantación. Y parece que todavía le queda mucho recorrido hasta llegar a la meta. De hecho, hay quienes desconfían de que llegue a hacerse efectiva.
“Ahora volverán a empezar las negociaciones”
El abogado conocido en TikTok como @laboral_tips es uno de los que no cree que la medida salga adelante. Desde su punto de vista, la reducción no se va a aprobar porque “lo más importante para poder tirar adelante un proyecto de este tipo es que se requiere tener mayoría”, y no cree que el Gobierno la tenga. De hecho, considera que “no se va a poner de acuerdo ni Dios”, “por lo que ahora van a empezar otra vez las negociaciones”.
Y es que, una vez que la reducción se apruebe en el Consejo de Ministros, el anteproyecto de ley deberá comenzar su trámite parlamentario, durante el cual será objeto de discusión, propuestas de enmienda y posibles cambios por parte de los distintos grupos políticos. Solo cuando el texto final sea aprobado por ambas cámaras, el Congreso y el Senado, y haya cumplido con todos los procedimientos requeridos, podrá transformarse en una ley. Para que esta tenga efecto legal, será imprescindible su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), momento a partir del cual será jurídicamente válida y aplicable.
Desde el ámbito jurídico se subraya que tanto empresas como trabajadores tienen razones “totalmente fundamentadas” en este debate. Según explica el abogado, los trabajadores desean ver reducida su jornada, algo que considera positivo para lograr “conciliar más” y “trabajar menos”. No obstante, advierte que las empresas también deben asegurarse de que esta reducción “se haga de una forma correcta”, preservando su buen funcionamiento.
El experto laboralista advierte de que aún existen “muchísimos vacíos” y aspectos sin aclarar respecto a la implementación de la reducción de la jornada laboral, y señala que, si bien la promesa de reducir las horas de trabajo es “maravillosa”, la cuestión clave es “cómo lo hacemos”, algo que por ahora “no se sabe por nadie”. Por ello, insiste en que será necesario seguir de cerca cómo evoluciona su aplicación práctica.
Algunos trabajadores tendrían que esperar hasta 2026
El ministro de Economía señaló en una entrevista con la Cadena Ser que esperaba los pasos para la reducción “estén terminados para el mes de abril o mayo” y lleguen a la Cámara Baja en primavera. Y es que, el objetivo final es que esté plenamente vigente antes del próximo 31 de diciembre.
En el caso de que se haga ley, el anteproyecto incorpora una Disposición Transitoria Primera relativa a la aplicación de la jornada máxima de trabajo ordinario, en la que se establece que “las comisiones negociadoras de los convenios colectivos que, al entrar en vigor esta norma, contemplen una jornada superior a las treinta y siete horas y media semanales en promedio anual, tendrán de plazo hasta el 31 de diciembre de 2025 para efectuar las modificaciones necesarias que garanticen el cumplimiento de lo dispuesto en esta ley”. De este modo, la nueva jornada laboral deberá estar plenamente en vigor, como máximo, a partir del 1 de enero de 2026.