La comida es un bien de primera necesidad y, en muchas ocasiones, millares de personas y empresas parecen dejar pasar por alto la importancia de los alimentos en el día a día. Toneladas de comida son desperdiciadas con el paso del tiempo y es por esto que el gobierno se ha visto obligado a tomar medidas al respecto. Ya está en vigor una nueva normativa que prohíbe el desperdicio de los alimentos a supermercados, bares y restaurantes.
Esta nueva ley, la ’Ley contra el desperdicio alimentario’ se ha establecido con el fin de producir una considerable reducción en el desperdicio alimentario. Por ello, las multas y sanciones ante su infracción ascienden a unas cantidades muy altas.
Prohibido tirar comida
Esta nueva ley, recogida como ’Ley 1/2025, de 1 de abril, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario‘, ya se encuentra en vigor y ha encendido las alarmas en algunos sectores.
Todos los supermercados, bares, restaurantes y cualquier otro negocio que tenga que ver con la alimentación, han sido afectados por esta normativa. El conflicto viene porque, esta nueva ley, goza de un carácter altamente exigente que hasta ahora dichas empresas y negocios no habían contemplado.

Toda aquella industria que tenga relación directa con los alimentos, a partir de ahora, deberá contar con un ’Plan de prevención contra el desperdicio alimentario‘. Por ello, en muchas ocasiones, supermercados, bares, restaurantes y demás negocios, se verán obligados a donar a empresas y organizaciones benéficas todos los alimentos que le han sobrado a lo largo del día.
Multas y sanciones
Una de las principales advertencias y preocupaciones en relación a esta nueva medida, viene dada por las sanciones económicas a las que se pueden ver expuestos todos estos locales y negocios.
Y es que, la infracción de esta nueva legislación, puede conllevar multas económicas que empiezan en los 2.000 euros, y pueden ascender hasta un total de 500.000 euros. Cifras muy importantes y que pueden llegar a determinar el futuro de un negocio.
Por ello, el cumplimiento de esta nueva medida es fundamental para lograr el objetivo de la reducción del desperdicio alimentario.
Al tratarse de una ley altamente exigente, los restaurantes y comercios podrán recibir inspecciones en cualquier momento con el objetivo de ver si disponen de un plan de prevención, así como de ver si dichos negocios están llevando a cabo de manera efectiva el cumplimiento de los planes alimentarios.
Ante esta situación, si al realizar la inspección se descubre el incumplimiento de la ley, tirando restos de alimentos a la basura o descubriendo la no colaboración con ninguna entidad social o benéfica, se podrá imponer la multa por infracción grave. Dicha multa en este caso, oscilará entre los 60.000 y los 500.000 euros mencionados anteriormente.
Esta ley ha nacido con un objetivo en el que todos deberíamos estar de acuerdo, y por tanto, el cumplimiento de la misma es un deber que deber ser entendido por todos aquellos supermercados, bares, restaurantes y otros negocios que manejan kilos y kilos de alimentos durante su día a día.
La mera existencia de esta ley, su alta y rigurosa exigencia, y sus potentes sanciones económicas han nacido con el objetivo de reducir un desperdicio alimentario que nunca se debería llevar a cabo.