
Aproximadamente el 30 % de la población española ronca mientras duerme, lo que puede afectar a su correcto descanso y al de los demás. Este sonido tan molesto, según las estimaciones, es más frecuente en el caso de los hombres y el porcentaje aumenta a la vez que lo hace la edad. Otro factor que puede influir es el estilo de vida, por lo que conviene conocer las causas y la manera de poner fin a este problema.
Los ronquidos tienen consecuencias directas en el descanso, ya que pueden generar dolores de cabeza al despertar o cambios de humor, ya sea irritabilidad, ansiedad o incluso estados apáticos que pueden llevar a la depresión si el problema persiste y se agrava. Además, aunque en muchas ocasiones la persona que ronca no lo nota, esto puede hacer que su sueño se fragmente, por lo que su descanso sea de mala calidad y tenga somnolencia diurna, caracterizada por la fatiga y la dificultad para concentrarse durante el día.
La falta de descanso y estos sonidos no solo puede provocar problemas a nivel social, por ejemplo, en el rendimiento académico o laboral o en la convivencia con una pareja o con compañeros de piso, sino que los ronquidos también tienen relación con consecuencias físicas y médicas como patologías respiratorias crónicas tales como la bronquitis o el asma empeorada.
¿Por qué se producen los ronquidos?
Los ronquidos están causados por el bloqueo parcial del flujo de aire a través de la boca y la nariz durante el sueño. Esto hace que los tejidos de la garganta vibren y se produzca este sonido tan característico y molesto. Esta situación puede producirse por una obstrucción nasal debido a alergias, desviaciones del tabique, resfriados o sinusitis.
Otras causas son las amígdalas o adenoides grandes, especialmente en los niños; tener el paladar blanco o la úvula grande, pues vibran más fácilmente, o poca tonicidad muscular, puesto que los músculos de la garganta y la lengua se relajan en exceso y colapsan las vías respiratorias.
No solo se puede producir los ronquidos por cuestiones fisiológicas o anatómicas, sino que el estilo de vida u otros factores externos pueden influir en este aspecto, como el cansancio extremo: en el momento en el que nos vamos a dormir, si estamos muy cansados, nuestro cuerpo entra en un sueño más profundo y los músculos se relajan más. Conocer todos estos aspectos es el primer paso para llevar a cabo una solución.

Consejos para dejar de roncar
El enfermero Jorge Ángel, experto en salud y ampliamente conocido en redes sociales en nuestro país (@enfermerojorgeangel), ha compartido un vídeo en el que aporta algunas recomendaciones para todas esas personas que roncan. Para atajar por completo este problema es necesario tener en cuenta el estilo de vida, la rutina de sueño e incluso la postura en la que dormimos.
“Si duermes de lado, roncas menos que boca-arriba”. Este es uno de los consejos que más repiten los expertos, puesto que, al relajarse la lengua y el paladar blando, la gravedad tira de los tejidos hacia atrás, estrechando el paso de aire. También influye en los ronquidos el ambiente en el que nos encontremos: si es muy seco, el enfermero recomiendo utilizar un humidificador.
La comida también tiene relación con este problema: “Evita las cenas copiosas y no te vayas a dormir nada más después de cenar”. Además, se debe controlar el exceso de peso y Jorge Ángel destaca que el consumo de tabaco y alcohol también produce ronquidos.
Tener una rutina de sueño estable, levantándonos y acostándonos más o menos a la misma hora todos los días, no solo puede ayudarnos a tener un descanso más saludable, sino que también será útil para eliminar o reducir los ronquidos.
Por último, “si ves que roncas muy muy fuerte, si notas pausas en la respiración, te levantas cansado o tienes somnolencia durante el día, es recomendable acudir a un profesional”. Esto es debido a que la producción de estos sonidos pueden estar vinculados a problemas de salud como la apnea del sueño (la respiración se detiene brevemente mientras dormimos), el hipotiroidismo, patologías neuromusculares o enfermedades respiratorias crónicas.