
Los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a las importaciones europeas están afectando gravemente a las empresas italianas en el sector vitivinícola. Bisol1542, una marca del Grupo Lunelli, exporta alrededor de dos millones de botellas de Prosecco a Estados Unidos, lo que lo convierte en el mercado más importante para la marca.
El CEO del Grupo Lunelli advierte sobre los efectos de los aranceles
Según informa el medio italiano Gambero Rosso, Matteo Lunelli, dueño de la marca Bisol por ser CEO del Grupo Lunelli, expresó su preocupación durante su intervención en OperaWine, un evento exclusivo dentro de Vinitaly, organizado por la revista Wine Spectator.
Lunelli destacó que, aunque su empresa había crecido en los últimos años, las nuevas tarifas están amenazando esa expansión. “La verdad es que estamos muy preocupados y esperamos que los precios suban en el mercado. En estos años estábamos creciendo muy bien e invertimos mucho para controlar el mercado estrellado”, afirmó, destacando el riesgo de que los costos de producción y distribución aumenten.

Una medida “que perjudica a todos, especialmente al consumidor estadounidense”
La noticia de los aranceles sorprendió a Lunelli, quien señaló que la medida perjudica a todos los actores de la cadena de comercialización, desde los importadores hasta los distribuidores y restauradores, afectando finalmente al consumidor: “Es una maniobra que perjudica a todos, especialmente al consumidor estadounidense. Pero los problemas afectarán a toda la cadena de comercialización en Estados Unidos: desde el importador, pasando por el distribuidor, y finalmente al restaurador. Con esta iniciativa todos nuestros socios en América serán penalizados”, comentó. “Espero que al final prevalezca el sentido común”, agregó con la esperanza de que se busque una solución razonable.
En cuanto a las reacciones frente a los aranceles, Lunelli destacó que, aunque al principio la amenaza era más grave, con tasas de hasta el 200%, la situación sigue siendo peliaguda, a pesar de no estar en el peor de los casos: “Al principio la amenaza era mayor porque incluso se hablaba del 200%. Pero este suspiro de alivio no disminuye la gravedad de la situación. En ningún caso bajaremos nuestros precios de venta. Sabemos que los distribuidores estadounidenses no están dispuestos a compartir el impacto de los aranceles y, por lo tanto, lo trasladarán al consumidor”, explicó. Según Lunelli, los precios subirán y este impacto recaerá en los consumidores.
“El consumo de vino sufrirá un duro golpe”
El presidente de Bisol1542 también expresó que las marcas más fuertes “podrán superar este obstáculo. Pero el consumo de vino sufrirá un duro golpe. Sin mencionar el impacto general sobre la economía global”, sostuvo. Además, destacó que los aranceles no solo afectan al vino, sino también a otros sectores clave de la economía italiana, especialmente los que forman parte de Altagamma, la fundación que agrupa a las marcas más importantes del Made in Italy, como las de moda, diseño, joyería y agroalimentación. Este grupo representa un volumen de exportaciones de entre 13 y 15 mil millones de euros en sectores como la moda, el agroalimentario y la automoción entre los más afectados.
Lunelli calificó la lista de productos gravados por Trump como “patentemente absurda” y cuestionó la política de reshoring, es decir, el intento de trasladar fábricas manufactureras de vuelta a Estados Unidos. Según él, esta política es difícil de implementar y podría resultar contraproducente. “Trump es un hábil negociador y quiere sentarse a la mesa, de lo contrario sería un desastre para todos”, opinó. También destacó que el proceso de reshoring lleva tiempo y enfrenta grandes desafíos: “Traer empresas de vuelta a Estados Unidos es un proceso que lleva mucho tiempo. Y luego está el problema de la mano de obra que no es suficiente, combinado con un costo laboral que no es eficiente en comparación con otros países”, comentó Lunelli.
Finalmente, Lunelli subrayó la importancia de una respuesta diplomática frente a los aranceles. Para él, una “guerra comercial” no beneficiaría a ninguna de las partes involucradas. “Cuando escuché la noticia me enojé mucho. Estos impuestos son completamente injustificados y son una clara expresión de una política miope. Sin embargo, crear una guerra comercial no tiene sentido. No se puede tirar a la basura una relación que ha existido durante décadas por un único episodio, aunque sea grave. Ahora la diplomacia necesita ponerse a trabajar. Evidentemente en estos casos no debemos poner la otra mejilla porque estamos ante una auténtica agresión. Aún así, la diplomacia es necesaria”, concluyó.