14 señales que indican que no estás tomando suficiente hierro

La anemia ferropénica o por deficiencia de hierro puede provocar cansancio extremo o palidez en la piel, entre otros

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Mujer acostada en la cama
Mujer acostada en la cama con gesto de cansancio y tristeza (Freepik)

La deficiencia de hierro en el organismo provoca que no se produzca la cantidad necesaria de hemoglobina, una sustancia presente en los glóbulos rojos que les permite transportar el oxígeno a todos los tejidos del cuerpo. Esto puede generar anemia por deficiencia de hierro o ferropénica.

Las causas de esta enfermedad pueden ser diversas: pérdida de sangre, por ejemplo, por menstruaciones intensas o sangrado interno (por una úlcera péptica, una hernia de hiato, un pólipo en el colon o un cáncer colorrectal); falta de hierro en la dieta por no consumir alimentos como la carne; incapacidad para absorberlo, por ejemplo, por trastornos intestinales como la celiaquía o procedimientos quirúrjicos como un bypass o la extirpación de parte del intestino delgado; o un embarazo, puesto que en este estado las reservas de hierro deben satisfacer la demanda de sangre y hemoglobina para el desarrollo del feto. Por todos estos motivos, los grupos poblacionales que sufren más frecuentemente este tipo de anemia son los donantes de sangre frecuentes, las mujeres, los vegetarianos y los lactantes y niños.

Síntomas de deficiencia de hierro

Las señales que indican que una persona sufre anemia ferropénica dependen de la gravedad de la enfermedad, la rapidez con la que se desarrolla, la edad del paciente y el estado de salud actual. Esto, sumado al hecho de que en algunos casos no se experimentan síntomas, provoca que en ocasiones sea complicado diagnosticarla. Sin embargo, los expertos de la organización Mayo Clinic y del sitio web dedicado a información sanitaria Healthline destacan una serie de indicios que pueden ser sinónimo de que existe una falta de hierro en nuestro cuerpo:

Episodio: ¿Cómo es el cansancio por anemia?
  • Fatiga extrema, debilidad y dificultad de concentración: al no tener suficiente hemoglobina, no llega el oxígeno necesario a nuestros tejidos. Cuando se tiene este síntoma, es frecuente achacarlo a una consecuencia de la vida atareada, lo que suele suponer que se diagnostique de forma tardía o incluso que no se haga.
  • Piel pálida: cuando existe un nivel bajo de hemoglobina en sangre, esta será menos roja, provocando que se pierda el color en zonas como la cara, las encías, el interior de los labios, los párpados inferiores o las uñas.
  • Dolor torácico o latidos cardíacos rápidos: al no llegar suficiente oxígeno a los tejidos de nuestro cuerpo, el corazón debe trabajar más para transportarlo, lo que puede causar un ritmo cardíaco irregular o la sensación de que este órgano está latiendo anormalmente rápido.
  • Falta de aliento: puesto que los músculos no reciben el suficiente oxígeno para realizar las actividades básicas.
  • Dolor de cabeza, mareos o vértigo: aunque la relación entre la falta de hierro y estos síntomas todavía no está clara, se cree que puede estar causado por una inflamación de los vasos sanguíneos del cerebro porque no reciben todo el oxígeno que necesitan.
  • Manos y pies fríos.
  • Inflamación o dolor en la lengua: si esta se hincha, inflama, está pálida o extremadamente suave, puede ser un indicio de deficiencia de hierro. Esta falta también puede provocar sequedad, sensación de ardor, grietas rojas con dolor en las comisuras de la boca y úlceras bucales.
  • Uñas quebradizas o en forma de cuchara (coiloniquia): este síntoma es menos común.
  • Piel y cabello seco y dañado.
  • Antojos inusuales de sustancias no nutritivas: este trastorno, conocido como pica, es el deseo de comer alimentos extraños como hielo, tierra, arcilla, yeso, papel o almidón. También puede ocurrir durante el embarazo.
  • Falta de apetito: sobre todo ocurre en bebés y niños que sufre anemia ferropénica.
  • Síndrome de piernas inquietas: sus causas no se comprenden por completo, pero aproximadamente el 25 % de las personas con anemia por deficiencia de hierro sufren esta fuerte necesidad de mover las piernas cuando están descansando, lo que empeora durante la noche y dificulta llegar al sueño.
  • Estado de bastante apatía y tristeza: aunque existe una gran cantidad de causas que pueden hacer que una persona tenga estos sentimientos, la anemia ferropénica también puede relacionarse con la depresión en los adultos. Lo más importante en estos casos es siempre consultar con un especialista para diagnosticar si existe un problema.
  • Infecciones frecuentes: la falta de hierro debilita el sistema inmunitario, por lo que se incrementa así el riesgo de infecciones.

Aunque de forma usual la anemia leve por deficiente de hierro no genera complicaciones, existen casos más graves en los que puede desembocar en problemas de corazón, durante el embarazo o en el crecimiento. Generalmente este déficit se subsana con suplementos de hierro, pero para ello siempre es necesario acudir a un médico y no tomarlas por cuenta propia; en primer lugar, porque la anemia puede ser la consecuencia de un problema de salud como un sangrado interno, y, en segundo lugar, porque la sobrecarga de hierro en el cuerpo puede dañar el hígado o causar otras complicaciones.

Suplementos de hierro (AdobeStock)
Suplementos de hierro (AdobeStock)

Cómo prevenir la falta de hierro

Mantener una dieta basada en alimentos ricos en este compuesto es importante para tener unos niveles de hierro adecuados a las necesidades del cuerpo. Algunos de los productos que pueden servir en este propósito son la carne roja, la de cerdo y las de ave de corral, así como el marisco. Los vegetales de hojas verdes oscuras como la espinaca o frutas desecadas como las uvas pasas también son ricas en hierro, al igual que los cereales, el pan y los guisantes.

La vitamina C ayuda a la absorción de hierro, por lo que también conviene incluir en nuestra dieta, por ejemplo, jugo de cítricos. Otros alimentos con alta presencia de vitamina C son el brócoli, el pomelo, el kiwi, las hortalizas de hoja verde, los melones, las naranjas, los pimientos, las fresas, las mandarinas o los tomates.