Té Matcha (pixabay)Es una de las bebidas de moda del momento, pero su producción podría estar en riesgo. Hablamos del té matcha, un tipo de té verde japonés de tradición milenaria presentado en forma de polvo que se obtiene de las hojas de la planta Camellia sinensis. En los últimos años, el matcha se ha convertido en un elemento fijo de las cartas de cafeterías de especialidad en todo el mundo, algo que podría haber propiciado una auténtica crisis en el mercado de este té verde.
Dentro de Japón, el consumo de matcha había estado en declive durante las últimas décadas, con tasas de consumo que cayeron de los 1.174 gramos por hogar en 2001 a los 844 gramos en 2015, según Eater. Los expertos atribuyen esta bajada a la asociación del matcha con las ceremonias del té, tradicionales en la cultura nipona, relegada a un segundo plano por la cultura del café cotidiano. Pero, en el resto del mundo, el interés no hace más que crecer.
Las cifras lo demuestran. El tamaño del mercado esta bebida se estima en 4,25 mil millones de dólares en 2024, y se espera que alcance los 6,68 mil millones de dólares en 2029, creciendo a una tasa anual del 9,46% durante este periodo. Son datos de un estudio de mercado llevado a cabo por Mordor Intelligence, un análisis que sitúa además la importación de matcha en España en los 22.22 millones de dólares en 2021.
Crédito: worldhistory.org“No se trata solo de una moda pasajera, sino de un hábito arraigado en el estilo de vida de muchas personas”, aseguran desde el grupo Matchaflix, una de las tiendas de matcha más importantes en España. “Una vez que el consumidor lo incorpora a su rutina diaria, suele ser fiel a su consumo y nota un cambio negativo si regresa a hábitos anteriores, como el café, por ejemplo”, explica Laura Pizarro, responsable de desarrollo de producto en esta marca especializada.
Este aumento, fomentado en gran medida por las redes sociales, llenas de vídeos e imágenes de esta bebida verde, ha puesto a prueba a la industria. Así, algunos de los principales productores y proveedores han comenzado a poner límites a los pedidos internacionales, tratando de evitar así un desequilibrio excesivo entre la gran demanda y la escasa y controlada producción. ¿La razón de este desequilibrio? El auge mundial de la popularidad de un té que en Japón solo se cosecha una vez al año.
Y es que el problema de la escasez tiene su explicación principal en la manera en la que este té se produce. El matcha requiere un proceso minucioso desde su cultivo hasta su molienda. Las hojas destinadas a este tipo de té se cultivan bajo sombra durante varias semanas antes de la cosecha, lo que aumenta sus niveles de clorofila y L-teanina, proporcionando un característico sabor umami. Para preparar el té, solo se seleccionan las hojas más tiernas y jóvenes, mediante un proceso manual que evita daños y asegura su calidad.
La obsesión de TikTok con el matcha ha provocado una escasez del té en Japón Más adelante, estas hojas se cuecen al vapor para detener la oxidación, se secan cuidadosamente y se les eliminan tallos y venas, dejando solo la parte más pura conocida como ‘tencha’. Para obtener el polvo ultrafino característico del matcha, las hojas se muelen lentamente en molinos de piedra, un proceso que puede llevar horas para producir pequeñas cantidades, asegurando la conservación del sabor y los nutrientes. Para alcanzar la categoría ceremonial, el polvo debe ser extremadamente fino, de color vibrante y con un sabor equilibrado, sin amargor.
En resumen, un proceso de elaboración increíblemente laborioso, lento y delicado, algo que no solo explica su elevado precio, sino también su limitada producción anual.
ARCHIVO - A la matcha se la suele caracterizar como "superalimento". Pero el té verde en polvo puede contener aluminio. Por lo tanto, es mejor no consumirlo en grandes cantidades. Foto: David-Wolfgang Ebener/dpaLas limitaciones en ventas y producción, explican desde la marca española de té Matcha, no son, en realidad, nada nuevo. En Matchaflix trabajan desde sus inicios con plantaciones reguladas que no son grandes explotaciones, sino “cultivos que mantienen una tradición y un profundo respeto por el té, priorizando la calidad y la sostenibilidad”. “Siempre han establecido ciertos límites de producción, los cuales hemos respetado, lo que ha fortalecido nuestra relación de confianza y nos garantiza un suministro estable de matcha”, explica Pizarro.
Sí han observado, sin embargo, ciertos cambios en algunos proveedores, que tratan de proteger su escasa producción para evitar un desequilibrio. “En el caso de nuestro proveedor principal, han optado por ser más selectivos con sus compradores como una forma de protección. En cambio, con otros proveedores hemos notado una menor producción y cierta escasez en las regiones más populares. Estas zonas están comenzando a limitar su oferta y aumentar precios, ya que corren el riesgo de perder el equilibrio entre demanda y sostenibilidad”.
En Japón, el matcha se cosecha en primavera. Los primeros brotes de la planta de matcha comienzan a brotar en abril o mayo de cada año. Estas primeras hojas de té de la temporada son las más apreciadas, conocidas como ichibancha, o first flush. Es con estas hojas con las que se elabora el polvo de té matcha de grado ceremonial, el más valorado por los consumidores por su sabor suave, con un rico perfil umami y sin amargor y su textura ultrafina y sedosa.
La segunda cosecha, o nibancha tiene lugar un mes después de la primera y la tercera, un mes después de la segunda. El segundo y tercer matcha cosechado se clasifica como matcha culinario, un producto que, si bien todavía tiene compuestos beneficiosos y similitudes en el sabor al de primera cosecha, se utiliza mejor como ingrediente y no sería ideal para consumir en solitario. Pero no por ello habría que desecharlo como opción.
“Si bien el matcha ceremonial es el más valorado, la preferencia del consumidor no siempre se basa en premios o certificaciones, sino en su propio paladar. A veces, empresas en Europa o EE. UU. introducen matcha de alta gama con catas excepcionales, pero el sabor no es del gusto occidental”, explica Laura Pizarro. “Es común escuchar comentarios como ‘me sabe a verdura’, lo cual refleja las diferencias en percepción y preferencias entre regiones. Cada variedad tiene su propio perfil de sabor, y lo que es apreciado en un país puede no serlo en otro”.
Para quienes deseen preparar matchas con leche, es más que adecuado utilizar matcha culinario de calidad en lugar de matcha ceremonial, pues no solo es más económico y fácil de conseguir, sino que además es apto para mezclarse con otros ingredientes, siendo apropiado para mezclarse con leche en el matcha latte y para preparar dulces de matcha, galletas y pasteles.
“Hoy en día, con la diversidad de países productores como Japón y China, y con una amplia gama de calidades y variedades, creemos que hay matcha para todos los gustos y por mucho tiempo más”, concluyen desde Matchaflix, tranquilizando a los amantes de esta ‘instagrameable’ bebida.