Descubren el origen de la reacción al gluten que sufren las personas celiacas

Un estudio ha identificado el papel que cumplen las células que forman el revestimiento del intestino en la enfermedad celiaca

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Rebanadas de pan (UEF/ RAIJA
Rebanadas de pan (UEF/ RAIJA TÖRRÖNEN)

Entre un 1% y un 2% de la población española sufre de celiaquía, una condición que afecta a la calidad de vida de quienes la sufren y que puede poner en peligro su salud. Son los datos que aporta la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), aunque la cifra podría ser superior al tratarse de una enfermedad muy infradiagnosticada.

La celiaquía es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente al intestino delgado y es desencadenada por la ingesta de gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno y otros cereales. No tiene cura y su único tratamiento es llevar una dieta estricta sin gluten de por vida con cuidado de no caer en la contaminación cruzada.

Aunque las reacciones inmunológicas pueden rastrearse hasta llegar a sus raíces genéticas, son otros muchos los factores que intervienen en este tipo de enfermedades, lo que dificulta trazar un mapa de la cadena precisa de eventos que causan la celiaquía.

Ahora, una reciente investigación dirigida por la Universidad McMaster (Canadá) ha identificado el papel que cumplen las células que forman el revestimiento del intestino en la enfermedad celiaca. Este descubrimiento podría abrir la puerta a nuevas terapias.

“La única manera en que podemos tratar la enfermedad celíaca hoy en día es eliminando completamente el gluten de la dieta”, afirma la gastroenteróloga Elena Verdu. “Esto es difícil de hacer y los expertos coinciden en que una dieta sin gluten es insuficiente”.

Episodio: Celiaquía ¿Intolerancia o alergia?

Una advertencia al sistema inmunológico

Alrededor del 90 % de las personas celiacas son portadoras de un par de genes que codifican una proteína llamada HLA-DQ2.5. El 10% restante, en su mayoría, presenta una proteína similar conocida como HLA-DQ8. Estas proteínas, como otras de la familia HLA (antígeno leucocitario humano), actúan como señales de advertencia para el sistema inmunológico. Actúan sosteniendo fragmentos de invasores, como si fueran trofeos, y los exhiben en la superficie de ciertas células inmunes, alertando a otras defensas del cuerpo.

En el caso de HLA-DQ2.5 y HLA-DQ8, estas proteínas están diseñadas para presentar fragmentos de gluten que resisten la digestión. Esto activa a las células T asesinas, que inician una respuesta inmune. Sin embargo, este mecanismo no siempre distingue claramente entre amenazas reales y componentes similares del propio organismo, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes en personas con estos genes.

A pesar de ello, no todas las personas portadoras de HLA-DQ2.5 o HLA-DQ8 desarrollan trastornos inmunológicos como la enfermedad celíaca. Para que esto ocurra, los fragmentos de gluten deben cruzar la pared intestinal con la ayuda de una enzima transportadora, que los modifica para hacerlos más visibles al sistema inmunitario.

Las células de la pared intestinal tienen un papel crucial en las primeras fases de la enfermedad, ya que liberan esta enzima en el intestino. También se sabe que expresan las proteínas HLA-DQ2.5 y HLA-DQ8, cuya producción está regulada por las respuestas inflamatorias en el intestino. Sin embargo, el mecanismo exacto por el cual estas células contribuyen a la enfermedad celíaca no estaba del todo claro.

Para comprender mejor este proceso, un equipo de investigación analizó la expresión de estas proteínas en las células intestinales de personas con enfermedad celíaca, tanto tratadas como no tratadas, y en ratones con los genes humanos para HLA-DQ2.5. Además, crearon organoides (modelos vivos del intestino) a partir de células intestinales de ratón. Estos modelos permitieron observar en detalle la respuesta a desencadenantes inflamatorios y al gluten en sus formas predigerida e intacta.

Según el ingeniero biomédico Tohid Didar, de la Universidad de McMaster, este enfoque permitió identificar con precisión las causas y los efectos de la reacción inmunitaria. Los resultados mostraron que las células intestinales no son simples víctimas pasivas del ataque inmune. Por el contrario, desempeñan un papel activo al presentar fragmentos de gluten procesados por bacterias intestinales y al transportar enzimas directamente a las células inmunes específicas del gluten.