Encontrar una cafetería de especialidad en pleno centro de Madrid que poca gente conozca, donde poder sentarse a disfrutar de una merienda tranquila con un estupendo café recién hecho, parece casi misión imposible. En la gran ciudad, una cafetería donde disfrutar sin prisas y sin colas es como una aguja en un pajar. Bienvenidos a Sole Mio, una encantadora cafetería de especialidad ubicada en el madrileño Mercado de Barceló que es el sueño de Gastón y Olha.
Sole Mio (Calle de la Beneficencia, 13) es una pequeña y acogedora cafetería de especialidad que nace de la fusión de culturas. Abrió hace dos años de la mano de Gastón Nicolás, argentino, y Olha Krismanova, ucraniana, una pareja que se inspiró tanto en el nombre como en el concepto en la cultura italiana para crear su proyecto.
Olha ya era barista en Ucrania, un país en el que, explica, hay mucha más cultura del café de lo que podríamos imaginar. “Después de que en mi país empezara la guerra, me vine para acá y empezamos juntos este negocio”, cuenta Olha en conversación con Infobae España. Consiguieron una ubicación de oro, una pequeñísima esquina llena de ventanales en los bajos del céntrico Mercado de Barceló, en el bullicioso barrio de Chueca.
En su carta, ofrecen una cuidada selección de cafés de regiones productoras como Etiopía, Colombia, Costa Rica o Brasil, con la filosofía de mantener al máximo el sabor de cada grano y cuidar al proveedor, siguiendo un sencillo lema, “de la finca a la taza”. “Tenemos cafés de varios orígenes. Ahora empezamos a tostar nuestro propio café, un café boliviano que nos trae un chico que trabaja con nosotros y tiene familia con una finca allí”, cuenta Olha.
Estos deliciosos cafés, que también se pueden comprar en grano para preparar en casa, se sirven en una vajilla de porcelana vintage que ellos mismos fueron construyendo a base de muchas visitas al Rastro. Y se preparan con recetas que van mucho más allá de clásicos como el ristretto o el capuccino. Tanto para beber allí como para llevar, puedes disfrutar de opciones como el Pistacchiello Latte, el Pumpkin Spice Latte, el popular té matcha o incluso un tradicional mate argentino.
Más allá del café, ofrecen deliciosos desayunos y brunch, que incluyen tostadas y sándwiches crujientes, además, como no, de empanadas al estilo argentino. Cuentan además con opciones dulces como cheesecakes, brownies, croissants y cookies caseras; también su especialidad, berlina rellena de crema de pistacho. “Algunos los preparamos nosotros y también intentamos colaborar con algunos obradores. Traemos dulces de una señora venezolana, también de otra compatriota ucraniana... Y todo casero, claro”.
Profundamente comprometidos con lo natural y lo orgánico, preparan además meriendas en las que las frutas y verduras del mercado municipal son las protagonistas. Es el caso, por ejemplo, de su tartaleta de manzana Pink Lady, una interpretación de la clásica tarta francesa, con una base crujiente de harina de trigo y almendra, relleno cremoso de manzana y un toque de azúcar caramelizado perfecta para disfrutar con uno de sus cafés de origen.
