
La gastronomía catalana tiene mucho que celebrar después de la última entrega de Soles Repsol, una gala celebrada en Tenerife el pasado lunes 17 de marzo que subió al escenario a algunas de las caras más conocidas del panorama culinario catalán. En total, ocho restaurantes lograron su primer Sol, mientras que Esperit Roca, la reciente apertura de los hermanos de El Celler de Can Roca, hizo historia al lograr directamente Dos Soles.
Pero no todo fueron alegrías en esta noche de premios. Aunque suele pasar más desapercibido, pues la guía no anuncia esta decisión públicamente, los restaurantes galardonados en otros años pueden perder su categoría en siguientes ediciones, algo que ocurre de manera similar con las prestigiosas estrellas Michelin. Este año, para sorpresa de muchos, un restaurante barcelonés perdía su condición de tres Soles Repsol, el máximo reconocimiento de la guía.
Se trata de Via Veneto, un emblemático e histórico restaurante de la capital catalana que llevaba disfrutando de esta condecoración desde el año 2010. Ahora, este local con más de medio siglo de historia rebaja su categoría a los Dos Soles, algo inédito en la historia de la guía. Además, ha desaparecido también de la lista de los tres Soles el restaurante Ramón Freixa, en Madrid, aunque en este caso se debe al cierre de la casa y no a una decisión de los inspectores de Repsol.

Los tres Soles no era la única distinción con la que el restaurante barcelonés contaba en su vitrina. Via Veneto recibió su primera estrella Michelin en 1974, un galardón que ha mantenido desde entonces a lo largo de este medio siglo de vida.
Vía Veneto, un icono en la restauración barcelonesa
Más que un simple restaurante, Vía Veneto es ya parte de la historia de Barcelona. Este restaurante fue obra del promotor Oriol Regàs, fundador también de la mítica discoteca Bocaccio, que encontró su continuador en Josep Monje Canut y más tarde en su hijo, Pere Monje. Corría el año 1967 cuando este icono de la cocina catalana daba sus primeros servicios. Nueve años después de esta apertura, el restaurante conseguía su primera estrella Michelin, una estrella que sigue manteniendo a día de hoy. 56 años después de su apertura, la familia Monje continúa al frente de la casa, una que ahora recibe un duro golpe a través de la guía de los Soles.
En sus 58 años de vida, se han sentado en sus mesas grandes nombres como Vargas Llosa y García Márquez, incluso el expresidente Nixon y también Salvador Dalí, el que era uno de sus clientes más habituales. En Vía Veneto también tenían lugar las reuniones, de ocio y también de trabajo, de los grandes nombres de la burguesía catalana.
Rodeado de un elegante ambiente Belle Époque, en sus fogones cocina ahora el joven chef David Andrés, encargado de mantener la línea de excelencia culinaria y clasicismo que siempre ha caracterizado al restaurante. Platos como su liebre a la Royal, su escudella o sus canelones de pollo hablan de la esencia de esta joya gastronómica barcelonesa. Además de su carta, cuentan con un menú degustación —165 euros, sin maridaje y 225 euros, con vinos—, donde se incluyen platos como el solomillo de cerdo Wellington, el “aspic” de carabineros con crema de erizos de mar o el salmonete de roca.