Cómo calcular el salario neto

Este sueldo corresponde a la cantidad que se percibe a final de mes después de aplicar todas las deducciones

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Saber leer la nómina es
Saber leer la nómina es imprescindible para asegurarse de que se cobra lo que corresponde. (Freepik)

Cuando empiezas una nueva etapa laboral, ya sea porque hayas decidido cambiar de trabajo, te han ascendido en tu empresa o estás evaluando si darle un giro a tu carrera, una de las primeras preguntas que surgen es cuánto dinero vas a recibir a final de mes en tu cuenta bancaria.

A menudo, el salario que se da es el salario bruto, es decir, la cifra total antes de cualquier deducción. Sin embargo, lo que realmente importa es el salario neto, la cantidad que efectivamente se te ingresará después de aplicar todas las retenciones y cotizaciones. Para saber cómo llegar a esta cifra, es esencial entender el proceso de cálculo del salario neto.

¿Cuál es la diferencia entre salario bruto y neto?

El salario bruto es la cantidad acordada con tu empleador antes de que se realicen las deducciones por impuestos y otros conceptos, como las cotizaciones a la Seguridad Social. Es el número que generalmente aparece en tu contrato de trabajo, en la oferta laboral o el que se pone encima de la mesa cuando se negocia el salario. No obstante, este no es el dinero que realmente se recibirá a final de mes.

El salario neto, por otro lado, es la cantidad que finalmente se percibe tras aplicar todas las deducciones, entre las cuales se incluyen el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y las cotizaciones a la Seguridad Social. En otras palabras, el salario neto es el que “se lleva” el trabajador después de los descuentos.

La gran pérdida de la clase trabajadora: sus salarios rozan el poder adquisitivo de 2019, pero ni se acercan al de hace 15 años.

¿Cómo se calcula el salario neto?

Para conocer el salario neto es necesario tener en cuenta varios factores y realizar algunos cálculos basados en el salario bruto. Tal y como han informado desde Crónica Balear, entre los elementos más importantes que influyen en el cálculo se encuentran las cotizaciones a la Seguridad Social y el IRPF.

Por un lado, las cotizaciones a la Seguridad Social son descuentos obligatorios que se realizan sobre el salario bruto, y tienen como finalidad financiar diferentes prestaciones sociales, como la jubilación, la maternidad/paternidad o el desempleo.

Estas son las principales cotizaciones que se aplican:

  • Contingencias comunes: es el porcentaje destinado a cubrir las prestaciones por enfermedad común, accidentes no laborales, jubilación y viudedad, entre otros. Representa un 4,7 % del salario bruto.
  • Desempleo: el 1,55 % del salario bruto para contratos indefinidos y el 1,6 % para contratos temporales. Esta cotización financia el sistema de prestaciones por desempleo.
  • Formación profesional: se destina a la financiación de programas de formación laboral y corresponde a un 0,1 % del salario bruto.

En total, las cotizaciones a la Seguridad Social suelen rondar entre el 6,35 % y el 6,45 % del salario bruto.

Después está la retención del IRPF. Este impuesto es progresivo, lo que significa que el porcentaje de retención varía según el nivel de ingresos y la situación personal del trabajador. Para el año 2025, los tramos establecidos son los siguientes.

  • De 0 a 12.450 euros: 19 % (9,5 % estatal + 9,5 % autonómico).
  • De 12.450 a 20.200 euros: 24 % (12 % estatal + 12 % autonómico).
  • De 20.200 a 35.200 euros: 30 % (15 % estatal + 15 % autonómico).
  • De 35.200 a 60.000 euros: 37 % (18,5 % estatal + 18,5 % autonómico).
  • De 60.000 a 300.000 euros: 45 % (22,5 % estatal + 22,5 % autonómico).
  • Más de 300.000 euros: 47 % (24,5 % estatal + 22,5 % autonómico).

Este porcentaje se aplicará dependiendo de los ingresos anuales y de otros factores como el estado civil, el número de hijos o familiares a cargo, o si se cuenta con algún porcentaje de discapacidad. Además, si se es beneficiario de algunas ayudas o deducciones específicas, como el bono de familia numerosa, también se podrían ver reducidas las retenciones.

Es importante tener en cuenta que la retención del IRPF puede variar según la comunidad autónoma en la que residas, ya que parte de la retención corresponde al tramo autonómico.

Igualmente, el cálculo del salario neto no es tan sencillo como restar el porcentaje de las cotizaciones y el IRPF al salario bruto. También es fundamental conocer otros detalles como la comunidad autónoma en la que se trabaja, si existen descendientes o ascendientes a cargo, o si hay beneficios por alguna deducción fiscal. Esto hace que el cálculo sea más personalizado.