
Jesús Soriano, más conocido en redes sociales como Soy Camarero (@soycamarero), se ha convertido en un referente para los trabajadores de la hostelería en España. Desde hace siete años, utiliza su perfil en la red social X (antes Twitter), donde cuenta con cerca de 160.000 seguidores, para visibilizar las condiciones laborales del sector y denunciar abusos.
A través de sus publicaciones, expone situaciones como salarios muy por debajo del mínimo legal, jornadas de 12 horas sin descanso, ausencia de días libres e incluso la imposibilidad de solicitar una baja médica por miedo a represalias o despido. Su labor en redes sociales se ha convertido en un altavoz para los trabajadores hosteleros que enfrentan estas condiciones.
En uno de sus últimos posts de TikTok, donde ya acumula casi 70.000 seguidores, Soriano expone una reseña de Google con una estrella de un restaurante en la que un cliente arremete contra una trabajadora por los malos comentarios a un compañero. El testimonio ha generado debate en redes sociales sobre las diferencias entre liderazgo y autoritarismo en el ámbito de la hostelería.
“Me amargaste el desayuno y me tuve que ir porque lo estaba pasando hasta mal”
Según relata el usuario que presenció los hechos, la escena tuvo lugar durante el turno de la mañana, cuando vio cómo una empleada, descrita como una chica de pelo corto que estaba en la barra, increpaba repetidamente a su compañero, identificado como Yago. “Pongo una estrella no por el servicio, ni por la comida, ni mucho menos. Pongo una estrella por la chica que gritaba y hablaba mal a su compañero Yago”, escribió en su reseña.
El testimonio detalla que la camarera no solo levantaba la voz constantemente, sino que también se dirigía a su compañero en un tono burlesco y despectivo. “Se escuchaba cómo le decía frases en alto como ‘Seguro, Yago, muévete, Yago, venga’, en un tono de recochineo, como si él no se estuviera enterando de nada”, explicó.
El cliente, visiblemente molesto por la situación, decidió abandonar el local antes de terminar su desayuno, ya que, según él, la escena le resultó incómoda y desagradable. “Me amargaste el desayuno y me tuve que ir porque lo estaba pasando hasta mal. Yo por ver la cara que tenía el chaval creo que te olvidas de cuando empezaste a trabajar, que seguro que no eras un diez ni una fenómena”, añadió en su comentario.
Además, el usuario dejó un mensaje dirigido directamente a la empleada que reprendía a su compañero en público: “Si esa chica tiene un alto cargo en ese local, le doy un consejo: hay una delgada línea entre ser líder y ser una dictadora. Las broncas, en privado, no delante de los clientes”.

Debate en los comentarios
El comentario ha abierto un debate sobre las condiciones laborales en la hostelería y el trato entre compañeros en un sector donde la presión es alta. Varios usuarios han expresado su opinión sobre la diferencia entre liderar un equipo y ejercer un liderazgo autoritario, subrayando la importancia de la empatía y el respeto en entornos de trabajo con alto nivel de estrés.
Las reacciones en redes no tardaron en llegar, con numerosos comentarios aplaudiendo la reseña y cuestionando la actitud de la camarera. “Aplausos de pie para esa reseña, ojalá no sea la jefa y haya alguien que la ponga en su lugar”, escribió un usuario. Otros destacaron la claridad del mensaje: “Pedazo de reseña, qué bien dicho todo” o “Me gustaría ver la respuesta de la del pelo corto”. También hubo quienes señalaron que una actitud así arruina la experiencia de los clientes: “Yo soy muy empática, lo pasaría mal por el chico y tampoco disfrutaría del desayuno, me pondría de mal humor y me iría enfadada”.
Aunque no se ha conocido la respuesta del local afectado ni si ha tomado medidas respecto a la denuncia del cliente, el testimonio ha resonado entre quienes han trabajado en el sector y han experimentado situaciones similares. La reseña cierra con una reflexión sobre el posible impacto de este tipo de actitudes en el ambiente laboral: “Si ese chico sigue ahí trabajando, tiene que necesitar el dinero, pero estoy seguro de que va amargado a trabajar y está deseando que acabe el turno para perderte de vista”.