
La historia de L’Aliança de Anglès, un restaurante de alta cocina catalana ubicado en un edificio histórico de 1919 en el municipio de Anglès, Girona, es la prueba viviente de que la vida da muchas vueltas. Tantas que, 70 años después de su apertura, presume de una estrella Michelin en su puerta.
El edificio que alberga L’Aliança de Anglès fue originalmente construido para ser la sede social de la Cooperativa Agrícola y una Sociedad Mutua de Crédito y Seguros. En sus inicios, este espacio servía como punto de encuentro para agricultores y pescadores del río Ter, quienes utilizaban las plantas superiores para reuniones relacionadas con sus actividades comerciales. En la década de 1950, Adela Martí y Lluís Feliu, abuelos de la generación al mando en la actualidad, decidieron transformar la planta baja del edificio en un bar de pueblo, dando inicio a una tradición gastronómica que se ha mantenido durante generaciones.
A lo largo de los años, el negocio evolucionó. En los años 90, los hijos de Adela y Lluís, Josep Maria y Lluís Feliu, ampliaron el bar original para incluir una pequeña sala de restaurante. En esta etapa, el menú se centraba en productos sencillos como conservas y charcutería de calidad, sin grandes pretensiones culinarias. Sin embargo, con el cambio de milenio, los hermanos decidieron cerrar el bar y dedicarse por completo a la gastronomía, transformando todo el espacio de L’Aliança en todo un referente en Girona.

La trayectoria del restaurante sufrió un duro golpe en 2013 con el fallecimiento de Lluís Feliu, quien estaba a cargo de la cocina. Este evento llevó al cierre temporal del establecimiento y a la pérdida de la estrella Michelin que había obtenido. Pero el parón no duró demasiado. Las hijas de Lluís, Cristina y Marina Feliu, tras un año dedicado a reflexionar y decidir el futuro del negocio, decidieron reabrir el restaurante con un enfoque más informal, inspirado en el espíritu popular y festivo que caracterizaba los inicios del bar de sus abuelos.
En 2019 el destino vuelve a dar un vuelco al negocio familiar. En ese año se produce la llegada de Àlex Carrera, pareja de Cristina Feliu, como jefe de cocina, algo que marcó un punto de inflexión en la historia de L’Aliança de Anglès. Con una sólida experiencia adquirida en las cocinas de Joan Roca en El Celler de Can Roca, Carrera trajo hasta Anglès una propuesta culinaria moderna que combinaba productos de proximidad con un profundo respeto por la tradición catalana.
Alta cocina catalana y culto al producto
Esta última renovación llevó al restaurante de los Feliu a lo más alto; en 2020, recuperaron la estrella Michelin que un día tuvieron, un reconocimiento que ha devuelto al local a lo más alto del olimpo gastronómico catalán. Ahora, su propuesta se guía por una filosofía basada en la “estacionalidad, artesanía y culto al producto”, con una marcada apuesta por la proximidad en ingredientes como la cebolla de Figueres, las alubias de Santa Pau o el aceite de L’Empordà.

Esta nueva etapa del restaurante se traduce en dos menús degustación: “Descubierta”, con un precio de 110 euros, y “Emoción”, que cuesta 155 euros. Ambos menús comienzan con una experiencia denominada “La hora del vermú”, que refleja el enfoque creativo y detallista de la cocina de Carrera. Dentro de estas propuestas, brillan platos como la liebre à la Royale, el empedrat de sepia o el tartar de atún rojo con puré de remolacha encurtida.