Cuál es la vitamina que ayuda a coagular la sangre y protege frente a la rotura de huesos

Aunque no es tan popular como la vitamina C o la vitamina D, el papel de esta vitamina es crucial para el correcto funcionamiento del organismo

Guardar
Alimentos ricos en vitamina K
Alimentos ricos en vitamina K (AdobeStock)

La vitamina K es un nutriente esencial y liposoluble que cumple funciones cruciales en el organismo y que a menudo pasa más desapercibida que otras vitaminas, como la vitamina C o la vitamina D. Sin embargo, sin ella, el cuerpo no puede coagular la sangre de manera eficiente, lo que podría llevar a hemorragias peligrosas.

La función más reconocida de la vitamina K es su labor en la coagulación de la sangre, de acuerdo con MedlinePlus. El cuerpo necesita esta vitamina para producir ciertas proteínas esenciales para la coagulación, como la protrombina y los factores de coagulación II, VII, IX y X.

Cuando una persona tiene deficiencia de vitamina K, su sangre no coagula adecuadamente, lo que puede aumentar el riesgo de hemorragias incontroladas, incluso por lesiones menores. Esta es la razón por la que a los recién nacidos se les administra una inyección de vitamina K poco después del nacimiento, ya que nacen con niveles muy bajos de esta vitamina y tienen un riesgo alto de sangrado.

Además de su papel en la coagulación, la vitamina K desempeña un papel importante en la salud ósea, pues participa en la regulación del metabolismo del calcio, un mineral esencial para la fortaleza de los huesos. Esto se debe a que la vitamina K ayuda a activar la osteocalcina, una proteína necesaria para la mineralización ósea y la formación de huesos fuertes.

Según MedlinePlus, algunas investigaciones han sugerido que una ingesta adecuada de vitamina K puede estar asociada con un menor riesgo de fracturas óseas y osteoporosis, especialmente en personas mayores. Sin embargo, aún se necesitan más estudios para confirmar el alcance de sus beneficios en la salud ósea.

Fuentes alimenticias de vitamina K

La vitamina K está presente en diversos alimentos, lo que facilita su incorporación en una dieta saludable. Entre los principales alimentos ricos en vitamina K destacan los vegetales de hojas verdes, que son las mejores fuentes de vitamina K1 e incluyen las espinacas, la col rizada, la acelga, el brócoli, las coles de Bruselas y el perejil.

Algunos aceites vegetales también contienen cantidades importantes de vitamina K, como el aceite de soja, el aceite de canola o el aceite de oliva. Los alimentos fermentados, en especial aquellos que contienen bacterias beneficiosas, pueden ser buenas fuentes de vitamina K2, como el yogur, el kéfir o los quesos fermentados (el cheddar, el roquefort, el azul, el brie...).

Algunas carnes y productos de origen animal también contienen vitamina K2, aunque en menores cantidades que los vegetales de hojas verdes. Entre ellos sobresalen la yema del huevo, los productos lácteos como el queso o la mantequilla y el hígado de pollo o res.

Romina Pereiro habla de la importancia de una alimentación equilibrada para fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Los riesgos de una deficiencia de vitamina K

La deficiencia de vitamina K es poco común en adultos sanos porque esta vitamina se encuentra en muchos alimentos y las bacterias intestinales también la producen en pequeñas cantidades. Sin embargo, ciertos grupos de personas tienen un mayor riesgo de deficiencia:

  • Recién nacidos: no tienen suficiente vitamina K al nacer, por lo que reciben una inyección poco después del parto.
  • Personas con enfermedades digestivas: trastornos como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pueden dificultar la absorción de la vitamina K.
  • Personas que toman antibióticos a largo plazo: algunos antibióticos pueden destruir las bacterias intestinales que producen vitamina K.
  • Personas en tratamientos con anticoagulantes: medicamentos como la warfarina interfieren con la acción de la vitamina K en la coagulación.