En el corazón de Barcelona, un nuevo concepto de churrería está captando la atención de los amantes de la gastronomía y también de las redes sociales. El recién inaugurado Artchur, ubicado en la calle Muntaner, 61, ha transformado el tradicional churro en una experiencia culinaria de alta gama.
Tan solo dos meses han pasado desde su apertura, tiempo de sobra para que este establecimiento haya logrado convertirse ya en un fenómeno viral, atrayendo tanto a locales como a influencers que no dudan en compartir sus creaciones en plataformas como Tiktok o Instagram. La razón no se esconde detrás del gusto por sus churros tradicionales, ni tampoco del local en el que se encuentra, sino de las sorprendentes combinaciones de sabores con las que juegan en sus cocinas.
El local rompe con la estética clásica de las churrerías de toda la vida que todos conocemos. En lugar de las típicas freidoras a la vista o las bolsas de patatas apiladas de un local habitual, Artchur presenta un espacio minimalista y sofisticado, dominado por tonos crema, un diseño que recuerda más a las modernas heladerías y pastelerías que han elevado sus interiores al nivel de auténticas joyerías.
Lo verdaderamente sorprendente llega cuando echamos un vistazo a la carta. La oferta gastronómica de Artchur incluye combinaciones tanto dulces como saladas, todas elaboradas in situ en el propio establecimiento. Los churros se sirven en un bol lleno de salsas, espumas, helados, condimentos y otros ingredientes dulces o salados, sobre los que se colocan mini-churros de solo unos centímetros de longitud que funcionan casi como si de un picatoste se tratara.
Churros con guacamole y también con pistacho
Lejos de limitarse únicamente a los clásicos churros con chocolate de toda la vida, entre las opciones dulces de su carta destacan los churros acompañados de espuma y praliné de pistacho, o una versión con espuma de crema catalana, acompañados de caramelo líquido, piel de naranja confitada, helado de caramelo y gajos de naranja a sangre. Pero los amantes del chocolate no se quedarán sin su dosis, pues una de sus opciones más populares es la versión de churros con chocolate, que incluye espuma de chocolate a la sal, salsa de chocolate, crumble de cacao y helado del mismo sabor. En total, la carta ofrece seis recetas dulces que reinterpretan este clásico de la gastronomía española.
Sin embargo, lo que realmente diferencia a Artchur son sus propuestas saladas, que rompen con cualquier idea preconcebida sobre este clásico del desayuno y la merienda españolas. Entre las opciones más sorprendentes se encuentran los churros con callos, una versión que combina callos a la madrileña con churros cortados en trozos pequeños. Otra propuesta destacada son los “Mac & Chur”, una reinterpretación del clásico mac and cheese estadounidense, donde los churros se sumergen en una salsa de queso cheddar con parmesano y bacon crujiente. Además, la carta incluye opciones como los “Guacachur”, que combinan espuma de guacamole, cebolla encurtida y un gajo de lima, así como una versión de churros con hummus como complemento.
Detrás de esta innovadora propuesta están Marc y Adrià, dos emprendedores que decidieron llevar el churro a otro nivel. Ambos identificaron una falta de innovación en este producto tradicional y decidieron crear algo más sofisticado y gourmet. Para materializar su visión, contaron con el apoyo de la consultoría gastronómica We The Food Studio, liderada por el reconocido pastelero Miquel Guarro y el chef Miguel García-Romeral. Esta consultoría, conocida por desarrollar conceptos innovadores y rentables, fue clave en la creación de la carta y el concepto de Artchur.
Con un precio de 6,5 euros por bol de churros, tanto de su gama de dulces como de salados, el local irá ampliando y cambiando sus recetas, adaptándolas al recibimiento que vayan teniendo.
