Las claves del aumento de los suicidios: falta de atención a la salud mental y programas de prevención

El 6% de los adolescentes españoles tiene síntomas graves de depresión y, el 15%, de ansiedad.

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La falta de especialistas en
La falta de especialistas en psiquiatría pediátrica es un problema crítico en áreas con altas tasas de suicidio juvenil - crédito iStock

El suicidio es la segunda causa de fallecimiento no natural en España, y el primer paso para darle visibilidad y tratar de superarlo, es hablar de la muerte para intentar salvar a las once personas que se suicidan al día de media en España.

En un esfuerzo por abordar una de las principales causas de muerte no natural en el país, España ha presentado su primer plan nacional para la prevención del suicidio, diseñado de acuerdo con las recomendaciones basadas en la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un fenómeno que afecta a miles de personas cada año.

Según informó EFE, el documento incluye 40 medidas específicas diseñadas para combatir este problema desde una perspectiva integral y con enfoque de género. Con un presupuesto de 18 millones de euros, el plan busca no solo prevenir los casos de suicidio, sino también ofrecer apoyo a los familiares y allegados de las víctimas, promoviendo un manejo saludable del duelo.

Aunque su predicción resulta difícil, el plan identifica a varios grupos de riesgo, entre ellos personas con problemas de salud mental severos, mayores en situación de soledad no deseada, adolescentes, jóvenes LGTBIQ+, personas en riesgo de pobreza o exclusión social, víctimas de violencia y aquellas que padecen enfermedades graves o dolor crónico.

Un enfoque integral y multisectorial

El objetivo es tejer una red de apoyo que permita abordar el suicidio desde múltiples frentes, reconociendo su carácter multifactorial. Entre las medidas más destacadas se encuentra la creación de un sistema de vigilancia en salud mental dentro de la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública, que incluirá el monitoreo de la conducta suicida.

Este sistema será complementado por un Observatorio para la Prevención del Suicidio y un registro nacional que permita el seguimiento de los casos.

El individuo que decide suicidarse no tiene por qué mostrar ningún trastorno mental, a pesar de que un 90% de los intentos de suicidio suelen tener de base algún trastorno como la depresión, uso de sustancias, esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad (TLP) o trastorno bipolar.

Los pacientes con trastorno límite de la personalidad, con o sin depresión, son dos veces más propensos a querer suicidarse que los pacientes diagnosticados solamente con depresión.

Sensibilización y prevención en grupos vulnerables

El plan también contempla campañas de sensibilización a nivel estatal y regional, que se realizarán anualmente para aumentar la conciencia sobre el problema. Además, se han diseñado mecanismos específicos para identificar a personas en situaciones de vulnerabilidad, con un enfoque particular en las diferencias de género.

La estrecha relación entre vivienda y salud mental: un estudio revela que el 40% de la población ha sufrido ansiedad y un 23% depresión.

Según consignó EFE, las estadísticas de 2023 muestran que la mortalidad por suicidio en España es de 8 muertes por cada 100.000 habitantes, siendo significativamente mayor en hombres.

La brecha entre géneros se amplía con la edad, alcanzando su punto máximo a los 90 años, cuando la tasa masculina es de 46,3 frente a 4,4 en mujeres. El documento señala que factores como el aislamiento social y los estereotipos de masculinidad dificultan que los hombres mayores busquen apoyo emocional, mientras que en las mujeres influyen aspectos como la socialización en torno a los cuidados y condiciones de vida más precarias.

Limitación de medios letales y promoción de entornos seguros

Otra de las líneas de actuación se centra en la prevención a través de políticas públicas. Entre las acciones propuestas se incluye la limitación del acceso a medios letales, como armas de fuego y medicamentos innecesarios, así como la instalación de barreras físicas en puntos críticos. Además, se busca mejorar el diseño de espacios públicos para garantizar la seguridad de las personas.

El plan también promueve la reducción del consumo de alcohol y otras sustancias adictivas, dado que estas pueden agravar problemas de salud mental o surgir como mecanismos de afrontamiento.

Además, se contempla la implementación de autopsias psicológicas en casos específicos de suicidio, especialmente en niños y adolescentes, aunque también podrían aplicarse en prisiones, servicios de salud y entornos laborales.

Refuerzo del sistema sanitario y apoyo a los supervivientes

El abordaje sanitario es otro de los pilares del plan. Entre las medidas se incluye la adecuación de las urgencias hospitalarias para atender casos de riesgo de suicidio, el fortalecimiento del código de riesgo de suicidio y la implementación de programas de prevención dirigidos a personas con enfermedades graves o dolor crónico.

Asimismo, el plan pone un énfasis especial en el apoyo a los familiares y allegados de las víctimas. Se desarrollarán proyectos para ayudar a estas personas a manejar el duelo de manera saludable, reconociendo el impacto emocional que una pérdida por suicidio puede tener en su entorno cercano.

Participación ciudadana y coordinación de servicios

El plan también busca fomentar la participación activa de los supervivientes y sobrevivientes en el diseño, implementación y evaluación de las medidas. También se propone mejorar la coordinación del teléfono 024, dedicado a la prevención del suicidio, con otros servicios de asistencia y emergencia regionales, para garantizar una respuesta más efectiva y accesible.

Con este ambicioso proyecto, España da un paso significativo en la lucha contra el suicidio, abordando un problema que afecta a miles de personas cada año y que requiere un enfoque integral y coordinado.