La trampa del paro en EEUU: contabiliza niños en campos agrícolas y jóvenes en empresas familiares sin cobrar, empleos que serían ilegales en España

A pesar de los diferentes porcentajes entre la “primera economía del mundo” y España, el caso tiene trampa y tiene que ver con contrataciones a niños que en nuestro país serían ilegales

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Fotografía de un niño trabajando
Fotografía de un niño trabajando en un horno de ladrillos. EFE/STRINGER

Históricamente, parece que los datos de paro en España son elevadísimos si se comparan con los de Estados Unidos. Comparando la tasa de paro juvenil en España de 26,6% en 2024 con el 11,61% de Estados Unidos podría ser motivo para escandalizarse.

La tasa de paro juvenil española se duplicó por dos a la mundial en 2024, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un dato que colocó a España como uno de líderes entre los países desarrollados en desempleo de jóvenes.

Sin embargo, no todo es lo que parece. Y es que no hay que tener en cuenta únicamente los datos, sino la manera en la que han sido recopilados y el contexto que rodea a cada uno de los países, así como temas concretos relacionados con dar trabajo a menores o no pagar en empresas familiares a miembros del núcleo.

La trampa del paro juvenil

Los registros españoles entienden por desempleo juvenil aquel que afecta a personas entre los 16 y los 24 años. Los europeos añaden uno más, de 15 a 24. Es decir, si tienes más de 25, formas parte de la categoría de adultos en las estadísticas de empleo.

Sin embargo, empiece a contabilizarse partir de los 15, o con 16, se trata de un periodo en el que muchas personas están aún fuera del mercado laboral a causa de sus estudios.

La tasa de paro juvenil es la proporción de personas activas, es decir, en disposición de trabajar, que se encuentran en situación de paro. No debería ser alarmante la comparación con la cifra de paro en España, pues muchas de estas personas no están buscando trabajo, sino estudiando.

La peor cifra de desempleo juvenil en España se dio en la crisis, donde llegamos a un 57%. En ese momento, algunos medios decían que más de uno de cada dos jóvenes estaba en situación de desempleo. Eso no era así, pues solo uno de cada dos jóvenes que habían abandonado los estudios y que estaba en disposición de trabajar se encontraba en desempleo.

El empleo aguanta en 2023 pese a la desaceleración del PIB: 535.000 afiliados más que en 2022 y 196.000 parados menos.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) recopila y calcula trimestralmente la Encuesta de población activa (EPA), una investigación que encuesta a 65.000 familias españolas, cifra que equivale aproximadamente a 160.000 personas. Fruto de este trabajo, el INE difunde tres tipos de datos relacionados con el empleo: el número de españoles ocupados, el de parados y la cifra de inactivos.

La trampa estadounidense

Estados Unidos que actualmente tiene una tasa de paro (adulta) del 4% en comparación a la española del 10,6% según datos del INE de diciembre de 2024. El truco es que para los estadounidenses el significado de estar empleado no es el mismo que en España, ellos usan un criterio más laxo.

En EE.UU., el Bureau of Labor Statistics ofrece seis indicadores del paro, o más precisamente, de lo que denomina la “infra-utilización” del trabajo. Para poder comparar los datos con los del INE, habrá que fijarse en las categoría 3, que utiliza la definición de desempleado de la OIT y es, por tanto, equiparable a la española.

Hay muchas diferencias entre su método y el español; la de nuestro país es trimestral y la estadounidense se publica con carácter mensual, aparte de que las fuentes y la metodología también difieren.

Hasta ahí, podríamos justificar que no es tan diferente al modelo español. La trampa comienza cuando, por ejemplo, si una persona trabaja sin remuneración en un negocio familiar de alguien que vive en su mismo domicilio (por ejemplo, en los campos de algodón de su padre o en la ferretería de su madre), para el servicio estadounidense se considera que está trabajando.

Sarajevo, Bosnia and Hercegovina- December
Sarajevo, Bosnia and Hercegovina- December 14, 2014: Little gypsy boy playing harmonica for money on street in center while looking in the man with money in his hand, all the money little gypsy earn playing or bagging in the street ,his parents take in the end of a day!

De esta manera, se pueden encontrar a niños de 10 años trabajando en el campo porque el trabajo infantil agrícola es legal. Asimismo, casi una de cada cinco personas en edad de jubilación trabaja, normalmente porque las pensiones son muy bajas.

En Estados Unidos, desde la década de los 90, existe lo que se llaman los pobres que trabajan (the working poor), es decir, personas que necesitan dos o tres empleos y aún así no salen de la pobreza. Entonces, a pesar de entrar en el grupo de la sociedad de los que trabajan, no se tienen en cuenta las condiciones de esclavitud a las que están sometidos.

La sanidad en Estados Unidos

Además, no contabilizan como parados, en cambio, a los estudiantes que ocupan plazas de formación dual, realizando prácticas en empresas, ni los trabajadores en régimen de minijob -empleos a tiempo parcial de 400 euros al mes acumulables que cotizan a la Seguridad Social pero que no pagan impuestos-, que suman unos ocho millones de trabajadores.

Además, hay que tener en cuenta que la prestación por paro en EEUU es mucho más baja que en España. En promedio, ronda los 330 dólares (240 euros) semanales.

Es una cifra muy alta para los parámetros españoles, pero sólo hasta que se tiene en cuenta el coste de la vida. El gasto medio de una familia estadounidense en vivienda -hipoteca o alquiler, más comunidad, luz y agua- es, según las estadísticas oficiales, de 157 euros semanales.

Añádase a todo el seguro médico (29 euros semanales), y quedan 44 euros para comer en un país en el que una barra de pan puede costar fácilmente un euro. Eso explica que el 14,4% de los estadounidenses reciban cupones de comida del Estado para adquirir alimentos.

Sin embargo, la fórmula de Estados Unidos sigue siendo una incógnita para muchos investigadores, que no se explican por qué, si la economía del país está decreciendo, también baja la tasa de paro.