Un chef italiano que trabaja en Noruega revela que cobra 5.000 euros al mes: “Aquí los trabajadores están muy protegidos”

Davide Sansone es un cocinero italiano que se mudó a la ciudad noruega de Trondheim para lograr una estabilidad laboral y formar una familia

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La calidad de vida y el dinamismo del mercado laboral de los países del norte de Europa son razones por las que cada vez más trabajadores prueban suerte en estos países y buscan construir una nueva vida en territorios escandinavos como Suecia, Finlandia o Noruega. Estos países se caracterizan por unas políticas concretas en el ámbito del trabajo y una estabilidad económica que provoca que los sueldos sean mucho más altos que en otros lugares.

Noruega, además, ofrece paisajes impresionantes y allí la calidad de vida es un pilar fundamental. El desarrollo profesional de aquellos que deciden mudarse a Noruega está garantizado gracias a la economía robusta y el progresismo en las políticas laborales. Este país del norte de Europa es uno de los principales exportadores de petróleo del mundo y, además, su riqueza se basa también en la gestión de sus recursos naturales.

En el plano laboral, las políticas noruegas son muy competitivas. Se caracterizan por unos salarios altos y unas condiciones óptimas para los trabajadores. La igualdad de género en en ámbito laboral es una prioridad, y los empleados disfrutan de contratos justos y beneficios asegurados como las vacaciones pagadas, permisos y una jornada laboral de 37′5 horas, que es la base del equilibrio entre trabajo y calidad de vida que predican las políticas de Noruega.

Davide Sansone, de 31 años, tuvo en cuenta todos estos factores para mudarse desde Santa Giulietta, en Italia, de donde es originario, a la ciudad noruega de Trondheim. Sansone trabaja como chef y, en una entrevista para el Corriere della Sera, explica que en Noruega ha encontrado “otra vida” completamente diferente a la que tenía en Italia y que, aunque no todo es perfecto, “los pros superan a los contras”.

El chef italiano se mudó a Noruega en 2021, y empezó a trabajar como cocinero en un restaurante de Trondheim. Después, se convirtió en el chef del Hotel Britannia y, actualmente tiene un contrato fijo en el restaurante Hevd. Sansone celebra en la entrevista la buena imagen que tuvo de la cultura laboral y de calidad de vida de Noruega desde que llegó: “Aquí los trabajadores están muy protegidos: trabajan, pero sin verse absorbidos por los compromisos”.

Barrio residencial de Trondheim, Noruega.
Barrio residencial de Trondheim, Noruega. (REUTERS/Nora Savosnick)

Además, el cocinero conoció a su actual mujer en Noruega, y tuvo un hijo. Davide Sansone dice poder “conciliar la familia y el trabajo” gracias a que en Noruega, las políticas laborales están pensadas para garantizar la calidad de vida. En este sentido, Sansone explica los beneficios de su baja por paternidad: “Un padre puede coger dos semanas de permiso remunerado en la empresa antes o después del nacimiento, más otras 19 semanas al 80% del salario, que podrá utilizar hasta que el niño tenga tres años”.

El sector de la restauración en Noruega está remunerado con entre 4 mil y 5 mil euros al mes. Sansone apunta que las condiciones son “muy diferentes” a las de Italia: “No hay turnos partidos, las horas extras no se dan por descontadas, sino que se piden y se pagan bien. Incluso las reuniones y encuentros se contabilizan en el sueldo”. Sin embargo, uno de los grandes contras de este estilo de vida tan acomodado son los precios, dice el chef: “A mi pareja y a mí nos gustaría comprar una casa, pero para un apartamento de 80 metros cuadrados necesitamos al menos 700 mil euros”. Sansone añade que, por ejemplo, una pizza Margarita puede llegar a costar “18 euros”, y un kilo de guanciale italiano para hacer pasta Carbonara, 85 euros.

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