La mejor manera de guardar el zumo de naranja en la nevera para que dure fresco más tiempo: utilizar la parte más fría del frigorífico

Los alimentos que se guardan normalmente en la puerta de la nevera pueden echarse a perder antes de lo esperado debido a la temperatura

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Tratando de conservar los alimentos de la mejor manera posible, en ocasiones es normal cometer errores. Es probable que, sin saberlo, algunos de los elementos que se incluyen en una compra semanal sean guardados de una forma incorrecta o en un lugar donde no es conveniente conservarlos por cuestiones de temperatura o humedad.

Sobre todo si se trata de alimentos frescos, es recomendable prestar atención no solo a la manera de prepararlos e incluirlos en los platos, sino también a cómo conservarlos para que, primero, duren más tiempo y se puedan aprovechar mejor y, después, para aprovechar al cien por cien todo su sabor y sus propiedades.

Los productos frescos, ¿en la nevera?

Por ejemplo, en el caso de frutos frescos como el tomate, la cebolla o la patata, y frutas como el plátano no deben siquiera guardarse en la nevera. Algunos debido a su proceso de maduración y la pérdida del sabor, y otros por cuestiones químicas, como ocurre con la patata. La nutricionista Beatriz Robles, en una entrevista para Telemadrid, explica que, si se guardan en el frigorífico o en un lugar que tenga una temperatura fría, el almidón se empieza a “convertir en azúcar”: “Si las freímos o las cocinamos a alta temperatura, esos azúcares facilitan que se formen algunos compuestos tóxicos”.

Al igual que se deben tomar precauciones para evitar estos errores que, a pesar de ser muy banales, en algunos casos podrían ser perjudiciales para la salud, también hay que tratar de conservar de la mejor manera posible los alimentos que sí necesitan guardarse a una temperatura baja. Para ello, existen trucos y precauciones previas para evitar la aparición, por ejemplo, de moho en productos como las frutas y los frutos rojos y para alargar el tiempo de conservación de otros alimentos como lácteos y embutidos.

Cómo conservar ciertos alimentos en la nevera

A la hora de utilizar el frigorífico, la cantidad y el tipo de alimentos que se conservan en la nevera y el lugar donde se guardan son factores que influyen directamente en la seguridad alimentaria y en que la comida, además de en buen estado, se encuentre en las condiciones óptimas para el consumo. Sobre todo, los alimentos frescos deben guardarse en el frigorífico, pero también, tratándose de productos como los huevos, la leche o los zumos de frutas, es fácil cometer errores y que se echen a perder en poco tiempo.

Scott Evans, experto en almacenamiento de alimentos y dueño de la empresa de auto-almacenamiento Pink Storage, asegura que, además de cerrar bien los tapones de los recipientes, debemos prestar atención a la conservación de bebidas frescas como la leche o el zumo de naranja: “La puerta del refrigerador parece el lugar perfecto para guardar los huevos, la leche y los jugos, ya que a menudo tienen compartimentos para ellos, pero debido a que la puerta del refrigerador es la que tiene la temperatura más alta, hará que se echen a perder más rápido”.

El experto recomienda evitar guardar los productos más delicados en los compartimentos de la puerta ya que, aunque parezcan diseñados para ello, acortan la vida útil de los alimentos. Por el contrario, es recomendable almacenarlos en la parte central del refrigerador, donde la temperatura es más fría. Evans apunta a que la temperatura fluctuante de la puerta puede provocar que los alimentos perecederos se echen a perder más rápido, y que esto es un factor al que muchas personas no dan importancia, ya que utilizan los compartimentos especiales de la puerta para almacenar estos alimentos delicados, además de salsas y otros productos esenciales.

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