El mundo de la gastronomía es uno de los más sofisticados en la actualidad. La cocina vanguardista sigue su auge con cada vez más restaurantes que adoptan técnicas modernas, ingredientes diferentes y conceptos de otros países. Sin embargo, las herramientas típicas no cambian, aunque sí evolucionan A pesar de que hay mucha nueva maquinaria en las cocinas más reconocidas internacionalmente, hay otras tan simples como imprescindibles que se van a mantener toda la vida. Una de ellas son las sartenes, que son clave para elaboraciones, frituras o sofritos.
No obstante, aunque estas se mantengan en el sector culinario con previsiones de futuro, también ha experimentado varias innovaciones tecnológicas. Una de ellas reside en el material, que cada vez es más resistentes y de mejores calidades, pero no es la mayor de las problemáticas. Según ha publicado en sus redes sociales Aurelio Rojas, reconocido cardiólogo, el riesgo está en otro factor: el antiadherente.
El antiadherente, útil, pero con riesgo de tóxicos cancerígenos
Anteriormente, las sartenes estaban hechas de hierro, acero u otros materiales como la cerámica. Por aquel entonces, la presencia de químicos no ran tan exagerada, aunque estaba presente por el calor y las micropartículas que desprenden los metales. Sin embargo, en la actualidad nuevos materiales se han apropiado de estos utensilios, donde una característica es la clave de todo: evitar que se peguen los alimentos.
A pesar de que es eficaz, no es del todo acertada en términos de salud, ya que implica ciertos riesgos, como ha explicado Rojas, influenciado por la información de estudios recientes, realizados en Australia por la Universidad de Newcastle y la Universidad Flinders. “Un simple rasguño en una sartén de teflón puede liberar millones de partículas microplásticas y químicos tóxicos”, explica el doctor. “Como los compuestos perfluoralquilados (PFAS), conocidos como ‘químicos eternos’, puesto que no se degradan fácilmente en el medio ambiente ni en el cuerpo humano”, complementa.
Sin embargo, el problema llega cuando se analiza ese compuesto químico idóneo para elaborar las sartenes por su consecuente reducción de adherencia. Las consecuencias que puede tener en el organismo es seria, hasta el punto de poder causar varias enfermedades: cánceres, problemas hormonales, inconvenientes con la fertilidad, reducción de la eficacia inmunológica y perjuicios en el desarrollo infantil.
Presente en el 99% de la sangre de la población
Cualquier mínimo daño que sufra este tipo de sartenes puede ser fatal para la salud. En caso de sufrir algún tipo de rasguño, esta liberaría ciertas sustancias que, una vez entran en contacto con cualquier superficie u organismo, permanece allí de por vida. Así, estudios estiman que el 99% de la población mundial lo tiene presente en su sangre, lo que supone un problema de salud mundial con cada vez más microplásticos y químicos eternos en nuestro organismo, agua y comida.
Por esa razón, Rojas aporta una posible solución: estar atentos al estado de nuestros utensilios de cocina. De esa forma, podemos garantizar que este está en perfectas condiciones y sin riesgos aparentes de poder transmitir estos químicos tan nocivos para las personas y medioambiente.