Se sabe que dañan los dientes y que no hacen ningún bien en el control del peso. Las bebidas azucaradas, desde el té frío comercial hasta las energéticas o las que consumen los deportistas, también pueden alterar la microbiota intestinal, según un reciente estudio del Albert Einstein College of Medicine (Estados Unidos).
La investigación ha sido publicada en la revista Cell Metabolism y muestra las diferencias en la microbiota intestinal y los metabolitos sanguíneos de individuos con un alto consumo de bebidas azucaradas. Además, el perfil de metabolitos alterado observado en los bebedores de bebidas azucaradas se asoció con un mayor riesgo de desarrollar diabetes en los 10 años posteriores. Dado que algunos de estos metabolitos son producidos por microbios intestinales, esto sugiere que el microbioma podría mediar la asociación entre las bebidas azucaradas y la diabetes.
En España, más de 1.000 personas al día son diagnosticadas de diabetes tipo 2, una enfermedad que se encuentra al alza en los últimos años. La Federación Española de Diabetes (FEDE) estima que para este año 2025 los afectados alcanzarán los nueve millones. De hecho, nuestro país es el segundo con mayor prevalencia de diabetes de Europa.
“Nuestro estudio sugiere un mecanismo potencial para explicar por qué las bebidas azucaradas son malas para el metabolismo. Aunque nuestros hallazgos son observacionales, brindan información para posibles estrategias de prevención o control de la diabetes utilizando el microbioma intestinal”, subraya el autor principal Qibin Qi, epidemiólogo del Albert Einstein College of Medicine.
Algunos estudios previos realizados en Europa y China han demostrado que las bebidas azucaradas alteran la composición del microbioma intestinal, pero este es el primer estudio que investiga si este cambio microbiano afecta el metabolismo del huésped y el riesgo de diabetes. Descubrieron que el consumo elevado de bebidas azucaradas (definidas como dos o más bebidas azucaradas al día) se asociaba con cambios en la abundancia de nueve especies de bacterias. Se sabe que cuatro de estas especies producen ácidos grasos de cadena corta (moléculas que se producen cuando las bacterias digieren fibra y que se sabe que tienen un impacto positivo en el metabolismo de la glucosa).
En general, las especies bacterianas que se asociaron positivamente con el consumo de bebidas azucaradas se correlacionaron con peores características metabólicas. Curiosamente, estas bacterias no se asociaron con el azúcar ingerido de fuentes no alcohólicas.
Más en glucosa en sangre
Los investigadores también encontraron asociaciones entre el consumo de bebidas azucaradas y 56 metabolitos séricos, incluidos varios metabolitos que son producidos por la microbiota intestinal o son derivados de metabolitos producidos por la microbiota intestinal. Estos metabolitos asociados al azúcar se asociaron con peores características metabólicas, incluidos niveles más altos de glucosa en sangre e insulina en ayunas, índices de masa corporal y proporciones cintura-cadera más altos y niveles más bajos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (el conocido como colesterol “bueno”). En particular, las personas con niveles más altos de estos metabolitos tenían una mayor probabilidad de desarrollar diabetes en los 10 años posteriores a su visita inicial.
Debido a que las muestras del microbioma intestinal solo se recolectaron de un subconjunto de los participantes, los investigadores tenían un tamaño de muestra insuficiente para determinar si alguna especie de microbios intestinales estaba directamente asociada con el riesgo de diabetes, pero esto es algo que planean estudiar más a fondo. “En el futuro, queremos probar si las bacterias y los metabolitos pueden mediar o al menos mediar parcialmente la asociación entre las bebidas azucaradas y el riesgo de diabetes”, augura Qi.
Así, el equipo planea validar sus hallazgos en otras poblaciones y ampliar su análisis para investigar si los metabolitos microbianos están involucrados en otros problemas de salud crónicos vinculados al consumo de azúcar, como las enfermedades cardiovasculares.
*Con información de Europa Press