El pulpo es una de las grandes joyas de la gastronomía española, especialmente en la región gallega. Aquí el producto tiene su propia identidad: su sabor y textura son únicos e inconfundibles. Y no es para menos, ya que este es el ingrediente base de platos tan icónicos como el pulpo á la feira o el pulpo a la brasa.
En este sentido, es muy importante saber cómo trabajar el producto, puesto que un error en la preparación puede arruinar su textura, volviéndolo chicloso o demasiado duro. Así, para evitar que el pulpo quede gomoso, es fundamental conocer algunos secretos para su preparación: desde cómo tratarlo antes de cocinarlo, el método correcto para “asustarlo”, hasta el tiempo de cocción ideal según su tamaño. En este artículo descubrirás todo lo que necesitas saber para lograr un pulpo tierno y lleno de sabor.
Cómo hacer el pulpo para que no quede chicloso, paso a paso
No hay nada peor que un pulpo chicloso, duro o con una textura poco agradable. Por ello, para no estropear tu receta de pulpo á feira sigue los siguientes pasos:
- Golpea o congela el pulpo antes de cocinarlo: Si compras pulpo fresco, es esencial mazarlo. Esta técnica tradicional consiste en golpear el pulpo contra una superficie dura para romper sus fibras y evitar que quede correoso. Por el contrario, si no quieres hacerlo manualmente, lo más recomendable es congelarlo durante al menos 24-48 horas. Después, al descongelarlo lentamente en la nevera, el colágeno se rompe de forma natural, lo que hará que la carne quede más blanda y jugosa.
- “Asusta” al animal: uno de los secretos mejor guardados es sumergir y sacar el pulpo tres veces seguidas en agua hirviendo antes de la cocción completa. Esto ayuda a que la carne se cocine de manera uniforme.
- Controla el tiempo y la temperatura de cocción: el error más común al cocinar pulpo es no controlar el tiempo de cocción. Siempre hiérvelo en agua sin sal, ya que agregar sal endurece sus fibras. Utiliza una olla grande y cocina a fuego medio-alto. Sigue la siguiente guía según el tamaño del pulpo:
- Pulpo pequeño (1 kg) → 30-35 minutos
- Pulpo mediano (2 kg) → 45-50 minutos
- Pulpo grande (3 kg o más) → 60-70 minutos
- Para comprobar si está listo, pínchalo con un palillo: si entra con facilidad, el pulpo está en su punto. Un truco casero muy eficaz es añadir una patata con piel al agua de cocción. Cuando la patata esté cocida, el pulpo también lo estará.
- Una vez cocido, déjalo reposar dentro del agua caliente durante 10-15 minutos. Este paso es clave para que la carne termine de asentarse y mantenga una textura tierna sin volverse gomosa.
Otros consejos para preparar el pulpo perfecto
Si la receta elegida es a la parrilla, un truco eficaz para mantener la carne tierna es hornearla previamente a baja temperatura durante unos minutos. Este paso permite que el calor penetre de manera uniforme y ayuda a que el pulpo conserve su jugosidad, evitando que se reseque o endurezca al entrar en contacto con el fuego directo de la parrilla.
Por último, el agua de cocción del pulpo no debe desperdiciarse. Este caldo concentrado, rico en sabor a mar, es un ingrediente valioso para la preparación de arroces, guisos marineros y salsas.