La razón por la que no deberías comprar solomillo de pollo en el supermercado, según un carnicero: “¿Estamos locos o qué?”

El profesional del sector cárnico señala que los supermercados han encontrado en este término una estrategia de marketing

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Captura de pantalla de la publicación de @el_as_carnicero. (TikTok)

En los últimos tiempos, el solomillo de pollo ha ganado popularidad en los supermercados como una opción supuestamente más tierna y selecta. Sin embargo, un carnicero ha generado debate al revelar que este producto no es más que una parte de la pechuga de pollo vendida a un precio inflado.

El solomillo de pollo: ¿una estrategia de marketing?

Este carnicero, conocido en redes como @el_as_carnicero, explica que el solomillo de pollo no es un corte especial ni distinto de la pechuga de pollo tradicional. “Hoy os voy a hablar de un producto llamado solomillo de pollo que se ha puesto de moda y que lo cobran en los supermercados mucho más caro, siendo pechuga de pollo normal y corriente”, comenta.

El profesional del sector cárnico, visiblemente indignado, señala que los supermercados han encontrado en este término una estrategia de marketing para vender un producto común a un precio superior. “Solomillo de pollo es una parte de la pechuga de toda la vida de Dios que en cualquier carnicería de barrio te lo van a poner al mismo precio, a precio de pechuga”, afirma.

La diferencia de precios

Para respaldar su denuncia, el carnicero compara los precios en un supermercado, Dia. “Mirad, el solomillo de pollo a 8,69 euros el kilo. La pechuga de pollo a 6,39 euros el kilo. Hay una diferencia de precio de 2,30 euros por kilo”, detalla. Esta variación supone un sobrecoste significativo para el consumidor, especialmente si se considera que el solomillo de pollo es, en realidad, una sección de la pechuga. “Si pagáramos el solomillo de pollo a precio de pechuga, que es como debería de ser, en vez de costarnos esta bandeja 4,01 euros nos hubiera costado 2,94″, explica.

Dónde cobrar el pollo sin sobrecoste

Frente a esta situación, el experto recomienda acudir a carnicerías de barrio, donde el solomillo de pollo se vende al mismo precio que la pechuga sin estrategias de marketing que inflen el costo. “Vosotros mismos, si queréis consumir solomillo de pollo, pues seguid pagándolo más caro”, ironiza.

Este caso pone en evidencia la importancia de comparar precios y conocer el origen de los productos antes de realizar una compra. Optar por carnicerías de confianza o adquirir pechuga entera y cortarla en casa podría traducirse en un ahorro considerable en la cesta de la compra.

Así es el primer kebab manchego con estrella Michelin: un durum de pollo con torreznos, queso supercurado y pisto tradicional.

Qué debes revisar antes de comprar pollo

Antes de comprar pollo, es importante fijarse en varios aspectos para garantizar su frescura y calidad. Primero, observa el color de la carne: debe ser rosado y uniforme, sin tonos grises o verdosos, que podrían indicar descomposición. La textura también es clave; el pollo fresco es firme y ligeramente húmedo, pero no pegajoso ni baboso.

El olor es otro factor esencial. Un pollo fresco tiene un aroma neutro o ligeramente dulce. Si detectas un olor fuerte o desagradable, es mejor evitarlo. Además, revisa la fecha de caducidad y las condiciones de almacenamiento: el pollo debe estar bien refrigerado y no a temperatura ambiente.

Si compras pollo envasado, revisa que el empaque esté sellado y sin acumulación excesiva de líquido, lo que podría ser señal de deterioro. Por último, prioriza opciones de origen confiable, como pollo de granjas certificadas.

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