Las semillas que mejoran la digestión, son anticancerígenas y ayudan a dormir

Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes ayudan a combatir diversas enfermedades

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Semillas de comino (AdobeStock)
Semillas de comino (AdobeStock)

Desde Oriente Medio a la India, pasando por México y el norte de África, las semillas de comino ocupan un lugar reseñable en la gastronomía de estas culturas. Su distintivo aroma y sabor la convierten en una joya de la cocina, mientras que su excepcional perfil nutricional hacen de ellas un alimento aliado de nuestra salud.

En los últimos años, las investigaciones científicas han respaldado muchas de las propiedades medicinales del comino, siendo uno de los más recientes una revisión publicada en la Revista Internacional de Investigación Médica y Ciencias de la Salud.

Mejoran la digestión

Uno de los beneficios más reconocidos de las semillas de comino es su capacidad para promover una digestión saludable, tal y como destaca este estudio. Las semillas de comino contienen compuestos bioactivos que pueden estimular la producción de enzimas digestivas en el páncreas, facilitando la descomposición de los alimentos en el intestino. Este efecto no solo ayuda a mejorar la digestión en general, sino que también puede aliviar problemas como la hinchazón y la flatulencia, condiciones comunes relacionados con una digestión deficiente.

Asimismo, las semillas de comino contienen propiedades antiinflamatorias que pueden reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal, lo que resulta especialmente útil para personas que padecen afecciones como el síndrome del intestino irritable (SII). En este contexto, el comino no solo mejora la salud digestiva, sino que también puede contribuir a un mejor equilibrio intestinal.

Ayudan en la lucha contra el cáncer

Otro aspecto destacado de las semillas de comino es su potencial para combatir enfermedades graves como el cáncer. Este estudio muestra que los extractos de comino pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas en órganos como el colon, el hígado y el estómago. Este efecto anticancerígeno se atribuye principalmente al alto contenido de antioxidantes presentes en estas semillas.

Los antioxidantes juegan un papel crucial en la neutralización de los radicales libres, moléculas inestables que pueden causar daño celular y contribuir al desarrollo del cáncer. Además, los compuestos bioactivos del comino pueden interferir con los procesos de proliferación celular en tumores malignos, lo que sugiere un mecanismo prometedor en la prevención y tratamiento de ciertos tipos de cáncer.

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Buenas aliadas del sueño

Tradicionalmente, en varias culturas se ha utilizado el comino como un remedio natural para combatir el insomnio y promover un sueño reparador. Esto se debe en parte a su contenido de compuestos bioactivos que tienen un efecto relajante sobre el sistema nervioso. Además, las semillas de comino son ricas en triptófano, un aminoácido esencial que desempeña un papel crucial en la producción de serotonina, un neurotransmisor que ayuda a regular el estado de ánimo y el sueño. La serotonina, a su vez, se convierte en melatonina, la hormona que controla los ciclos de sueño y vigilia, que explica a su vez su efecto positivo en el descanso nocturno.

Además, al estimular la producción de enzimas digestivas, reducen la hinchazón y combaten la acidez estomacal, lo que ayuda a evitar molestias nocturnas que pueden dificultar conciliar el sueño. Estas propiedades relajantes y antiinflamatorias pueden reducir el estrés y la ansiedad, dos factores clave en los trastornos del sueño.

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