Más que un anuncio en televisión, que una estrategia de redes sociales o que cualquier oferta de comida ilimitada. La visita de los Reyes de España a un restaurante puede llegar a ser el mejor marketing jamás ideado. Puede llegar, incluso, a revitalizar la restauración local y la economía de una pedanía como es la localidad valenciana de El Palmar, en el corazón de la Albufera.
El pasado 22 de diciembre, Felipe VI y Letizia, acompañados de sus hijas, viajaron a varias localidades de la zona afectada por la dana, una ocasión que aprovecharon para visitar algunos negocios de la zona. Durante esta visita, los reyes y sus hijas quisieron aprovechar para mostrar su apoyo la restauración local y, al mismo tiempo, disfrutar de la mejor cocina valenciana.
Para ello, eligieron el local con más solera de todo El Palmar: el restaurante Albufera. Situado en la pedanía valenciana y uno de los primeros en abrir sus puertas en la zona, este local especializado en arroces recibía esta visita con sorpresa y, por supuesto, con los brazos abiertos, una experiencia que quisieron compartir con sus comensales a través de redes sociales.
Las consecuencias de esta inesperada visita no tardaron en producirse. “A raíz de ese día 22 de diciembre, las reservas se dispararon”, asegura Hans Peter Onofre Arnold, copropietario del restaurante junto a Daniel Gayan Vila. El marketing de una visita de tal calado, dicen, se ha extendido incluso al resto de locales de El Palmar. “No solo ha sido en nuestro caso concreto, hemos hablado con compañeros de hostelería de otros restaurantes y también allí han aumentado”, cuenta en una conversación con Infobae España.
“Los Reyes dieron a conocer al mundo que la Albufera sí estaba bien, que la gente podía venir aquí”, asegura el empresario sobre las razones que explican este enorme impacto. “Daba la sensación de que El Palmar estuviese devastado, como si aquí no pudiese entrar la gente. Y eso no era verdad”.
Pasión por comer el Menú del Rey
Durante su visita al restaurante, los Reyes de España, acompañados de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, disfrutaron de un menú “muy valenciano”, como bien explica el propietario del restaurante.
Comenzaron con su célebre Tomate del Perelló, acompañado de burrata cremosa y ventresca. Como no podía ser de otra manera, el plato principal fue su especialidad, la Paella Albufera, elaborada con pollo, conejo, pato, caracoles y alcachofa. La comida culminó con el icónico All i Pebre, preparado con producto fresco y siguiendo la receta tradicional.
Ahora, los dueños de este restaurante familiar han convertido el pedido de la Familia Real en un menú cerrado, el Menú del Rey, una opción que ya ha llamado la atención de turistas y de los propios valencianos. “Es el menú más demandado a día de hoy, el menú de los Reyes. De hecho, el comedor antiguamente tenía otro nombre, ahora lo llamamos Comedor Real porque la gente nos llama, nos pide comer en esa mesa donde estuvo el rey”, cuenta Hans. “La gente busca probar lo que comió el rey, porque es una referencia”.
La pasión de algunos por la Familia Real y todo lo que la rodea ha hecho que muchos quieran viajar hasta El Palmar para vivir esa experiencia en su propia piel. “A raíz de la visita de los Reyes, las reservas que estamos teniendo ya son para marzo, para abril o incluso para verano”, asegura el propietario de Albufera, agradecido por lo que este gesto ha supuesto para la economía de su negocio.
Una “catástrofe económica”
Los daños personales y materiales de la dana han sido los grandes protagonistas de los últimos meses. En el caso de restaurantes como el de Hans, que no llegaron, afortunadamente, a sufrir las serias inundaciones ocurridas el 29 de octubre, las consecuencias han sido principalmente de tinte económico.
“Aquí en El Palmar el día 29 de octubre realmente no llega a pasar nada, no llega a haber inundaciones. Aquí lo que ha habido es una catástrofe económica al paralizarse todo el turismo en la Comunidad Valenciana”, asegura el hostelero. Esta situación, cuenta el empresario, no solo ha afectado a la hostelería de la zona, también a la de los pescadores, los barqueros y cualquier negocio asociado al turismo del parque natural de La Albufera.
“Nosotros trabajamos sobre todo con cruceristas”, cuenta Hans antes de explicar que la inmensa mayoría de las embarcaciones cancelaron sus visitas a partir de la catástrofe. No obstante, a día de hoy parece que la situación ha mejorado exponencialmente, lo que les permite tener esperanzas en un año próspero. “Los cruceros ya se han reactivado totalmente y ya tenemos previsiones para todo el año”, explica el hostelero, que afirma tener las reservas completas en fechas señaladas como las fallas.