A pesar de las nuevas aperturas que acaparan titulares y vídeos en redes sociales, los restaurantes de toda la vida mantienen viva su llama a través de su clientela de siempre, conquistando al mismo tiempo a amantes de la gastronomía que buscan una apuesta segura avalada por la tradición. Sucede en la ciudad de Madrid, epicentro de novedades gastronómicas donde los haya al mismo tiempo que estandarte de la mejor cocina de toda la vida.
Ejemplo de ello es el Café Barbieri, un restaurante que abrió sus puertas en Madrid en 1902, en el corazón del céntrico barrio de Lavapiés. Por sus mesas han pasado durante estos 120 años decenas de escritores, pintores, músicos, políticos, artistas y personalidades diversas del mundo de la cultura, quiénes compartían tertulias y encontraban inspiración en torno a sus mesas de mármol.
En mayo de 2021 conocíamos la noticia de que el anterior propietario del café se veía obligado a cerrar debido a las deudas contraídas a causa de la pandemia. Sin embargo, resultó ser un cierre temporal. Solo nueve meses después, el Barbieri reabría sus puertas en nuevas manos, volviendo a la actividad para placer de todos sus vecinos.
Desde que reabrió sus puertas en 2022, Café Barbieri quiere recuperar el encanto de su primera etapa, devolviendo su sala principal a su imagen original, en la que se despliegan las mesas de mármol y madera y sus inconfundibles sofás de terciopelo rojo de época. Este salón, rodeado de amplios ventanales a la calle y grandes espejos, está presidido por Erato, una de las nueve musas que representa la lírica coral y la poesía romántica.
Ahora, este café-bar, que tomó su nombre del antiguo Teatro Barbieri – en homenaje al músico madrileño Francisco Asenjo Barbieri–, ha actualizado su propuesta gastronómica, estableciendo una oferta muy diferente a la que tenía en sus orígenes. Conectando con la inspiración italiana sobre la que fue fundado hace ahora más de un siglo, en la nueva carta del café encontramos recetas que aluden a la tradición gastronómica italiana con ingredientes de máxima calidad procedentes de Italia y también algunas tapas clásicas de Madrid que le dan ese toque castizo, fusionando lo mejor de cada gastronomía.
La oferta italo-castiza del Café Barbieri
La experiencia gastronómica comienza con una selección de tapas que rinden homenaje a la tradición madrileña y a la italiana, ambas reinterpretadas con un toque contemporáneo. Entre las opciones más destacadas se encuentran la Anchoita buona buona, que combina anchoas sobre brioche y mantequilla; las Alcachofas con guanciale, y las Bravas Lavapiés, una reinterpretación de las clásicas patatas bravas en forma de milhojas de patata con su salsa característica. También sobresalen las Croquetas de pesto y la Ensaladilla Barbieri, que incorpora mayonesa de albahaca, ventresca de atún y un toque crujiente de guanciale.
El menú continúa con una selección de entrantes, entre los que se encuentra la Tagliere di salumi e formaggi italiani, una tabla de embutidos italianos cuidadosamente seleccionados. También figura el Vitello Tonnato, un clásico italiano que en este caso se presenta con una emulsión especial y alcaparras doradas. Por último, la Caponata, un pisto de berenjenas que incluye ingredientes como tomate San Marzano, aceitunas, piñones, uvas pasas y albahaca.
Uno de los pilares de la oferta del café es su selección de pastas, que se preparan siempre al punto perfecto al dente. El menú incluye tanto pastas clásicas como rellenas, todas elaboradas con recetas tradicionales. Entre las opciones clásicas destacan los Spaghetti Carbonara, preparados con queso pecorino romano y guanciale; los Rigatoni Alla Norma, que combinan salsa de tomate casera, dados de berenjena y queso ricota salata; y los Pappardelle al Tartufo, servidos con una bechamel trufada, láminas de parmigiano de 24 meses y un toque de pimienta.
En cuanto a las pastas rellenas, sobresalen los Tortellini Zucca, rellenos de calabaza y acompañados de crema de calabaza, queso pecorino romano y crema de trufa. Otra opción destacada es la Pasta Pesto, Pistaccio, Tomate y Guanciale, que utiliza conchiglie como base y se complementa con pesto, pistacho, tomate seco y guanciale crocante.
El siguiente capítulo del menú lo protagonizan las pizzas, elaboradas al estilo veronés, con una masa fina y crujiente, que en Café Barbieri se prepara con levadura madre natural, harina orgánica semi integral molida a piedra y un proceso de fermentación de 60 horas. Entre las opciones más destacadas se encuentra la Margheritha Barbieri, que combina tomate San Marzano, mozzarella Fior di Latte y queso Grana Padano curado durante 24 meses. Otra propuesta interesante es la Triple Pomodoro Power & Burrata, que incluye tres tipos de tomate (San Marzano, semi seco amarillo y semi seco rojo), burrata y orégano.