Los Países Bajos son un modelo de eficiencia y calidad de vida laboral. Según datos de Eurostat, los neerlandeses trabajan, en promedio, menos de 31 horas a la semana, una cifra que no solo los sitúa como el país con la jornada laboral más corta del continente, sino también como uno de los más avanzados en términos de conciliación laboral y personal. A esto se suma un sueldo medio bruto mensual de 3.471 euros y una tasa de desempleo de solo el 3,6%, contrastando significativamente por ejemplo con la realidad española, donde el paro ronda el 11,7%.
El caso neerlandés demuestra que trabajar menos horas no está reñido con la productividad económica. Por el contrario, el modelo laboral de los Países Bajos combina eficiencia y flexibilidad, permitiendo a sus ciudadanos disfrutar de un equilibrio saludable entre trabajo y vida personal.
Una de las principales razones detrás de esta jornada reducida es la popularidad del trabajo a tiempo parcial, especialmente entre las mujeres. Alrededor del 36% de los trabajadores en los Países Bajos opta por esta modalidad, una cifra que supera con creces la media europea. Este fenómeno se ve respaldado por políticas laborales que incentivan la flexibilidad horaria, como la posibilidad de negociar días de teletrabajo o adaptar los horarios a las necesidades familiares.
Además, las empresas neerlandesas invierten en tecnologías avanzadas y en la formación continua de sus empleados, lo que les permite alcanzar altos niveles de productividad sin necesidad de prolongar la jornada.
El caso de España
En España, la jornada laboral estándar es de 40 horas semanales, aunque la media real es de 36,4 horas según el Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar de trabajar más horas que sus homólogos neerlandeses, los trabajadores españoles enfrentan problemas estructurales que limitan su productividad.
Uno de los factores clave es el predominio de la jornada partida, con largas pausas para el almuerzo que fragmentan el día y extienden el horario laboral hasta bien entrada la tarde. Este modelo contrasta con el horario continuo de los Países Bajos, donde la jornada suele comenzar temprano, alrededor de las 8:00, y finalizar entre las 16:00 y las 17:00.
Además, el mercado laboral español se caracteriza por una alta temporalidad y rigidez en las contrataciones, factores que dificultan la adopción de un sistema más flexible y eficiente.
¿Por qué Países Bajos es referente?
El éxito laboral de los Países Bajos no se limita a la cantidad de horas trabajadas. Su modelo integra políticas públicas avanzadas, como subsidios para el cuidado infantil y permisos parentales generosos, que facilitan la incorporación de ambos géneros al mercado laboral.
También destacan por su baja tasa de desempleo, un indicador de la salud de su economía. Mientras España enfrenta problemas crónicos de paro, especialmente entre los jóvenes, los Países Bajos han logrado mantener su tasa de desempleo en niveles mínimos gracias a una economía diversificada y a la promoción de sectores de alto valor añadido.
Otro aspecto relevante es la calidad del empleo. Los salarios en los Países Bajos no solo son competitivos, sino que también están respaldados por un sistema de seguridad social sólido y acuerdos colectivos que garantizan condiciones laborales dignas.
¿Es viable este modelo en España?
Replicar el modelo neerlandés en España no es tarea sencilla, ya que requiere cambios estructurales en diversos ámbitos. Para empezar, sería necesario fomentar sectores económicos que generen mayor valor añadido y promover políticas que incentiven la flexibilidad laboral.
Otra medida clave sería avanzar hacia una jornada laboral más compacta, reduciendo las pausas intermedias y estableciendo horarios que permitan finalizar el trabajo a media tarde. Además, la inversión en formación y tecnología sería crucial para aumentar la productividad y competir en un mercado global.