“La mano de Buda” es uno de los miembros de la familia de cidras Rutaceae, bastante desconocida en Europa. Este fruto pertenece al grupo de los limoneros, naranjos y mandarinos, aunque se producen principalmente en China, Brasil y Estados Unidos. Según explica el medio especializado The Spruce Etys, el llamado Citrus medica var. sarcodactylis no contiene normalmente un fruto, pulpa o semillas, por lo que se aprovecha la ralladura de su cáscara. A pesar de tener un sabor bastante intenso, su tono floral y fresco ofrece una gran variedad gustativa si se utiliza en algunos horneados, ensaladas, mermeladas o bebidas.
Gracias a su potente aroma, no se requiere una gran cantidad de fruta para obtener el resultado ideal en estas recetas. Además, su interior blanco, aunque no se suele comer por su condición amarga, es comparativamente más crujiente que el interior de otros cítricos. Una de las particularidades que comparte con sus familiares son las condiciones climáticas de crecimiento, ya que necesita una temperatura cálida. De esta manera, su cosecha se planta justo a finales del invierno, para obtener un primer resultado las primeras semanas de primavera, tal y como ocurre con los limones y las naranjas.
En cuanto a su nombre, “la mano de Buda” es una traducción de los nombres que se emplean en cantonés, mandarín, japonés, coreano y vietnamita. En estos países, además de consumir este alimento, se emplea como ofrenda en templos budistas, sobre todo aquellos ejemplares que tienen los dedos juntos, pues se asemeja a la posición de las manos en el rezo.
Los beneficios de “la mano de Buda”
Los principales sectores donde se emplea este alimento son la industria farmacéutica, medicinal y cosmética, gracias a los grandes beneficios que ofrece. A pesar de ser cultivada en más de 140 países, es originaria de China y el noreste de la India. Según el estudio ‘La mano de Buda: ¡No solo es espiritual, también es nutricional!’, realizado a través de la Universidad de Agricultura de Marathwada y la Academia Nacional de Gestión de la Investigación Agrícola de la India, este cítrico su composición química puede ser crucial para el tratamiento de muchas enfermedades. Esto se debe a su elevada fuente de calcio, vitamina C y fibra dietética y a su reducida cantidad de lípidos, carbohidratos, proteínas y azúcares.
De esta manera, los investigadores han observado algunos beneficios de “la mano de Buda” frente a algunas afecciones médicas. En primer lugar, se ha destacado su papel analgésico para aliviar el dolor. Y es que sus compuestos aromáticos, la limonina, la diosmina y el bergapteno, son antiinflamatorios, lo que ayuda a aquellos pacientes que quieran tratar heridas, cirugías, hematomas o esguinces. No obstante, se recomienda siempre la consulta previa de un médico experto que secunde la utilización de este remedio para estas dolencias.
Sus propiedades antiinflamatorias refuerzan igualmente el sistema gastrointestinal. Por lo que se han avistado mejoras en la inflamación de colon y en las paredes del estómago tras su consumo. Del mismo modo, propone un aumento en la absorción de nutrientes en el intestino, algo verdaderamente beneficioso por su fibra dietética, que evita el estreñimiento y trata la diarrea.
Asimismo, el crítico tiene un componente alcohólico que facilita la respiración y ayuda erradicar la mucosidad y la tos. También se han observado beneficios para tratar el asma y conseguir un mayor alivio provocado por el dolor respiratorio. Para lograr esta alternativa, es fundamental sumergir la fruta en agua con azúcar.
Por otra parte, “la mano de Buda” alberga algunas ventajas para el sistema inmunológico. Y es que el polisacárido de su composición sirve para eliminar los microbios y aumentar las defensas del organismo. Así, se respaldaría el metabolismo contra la gripe y los resfriados. Además, su vitamina C también protege las células dañadas de los tejidos, previenen el envejecimiento de la piel y reduce, por tanto, las posibilidades de tener cáncer. La limonina se conoce por las capacidades anticancerígenas en los pacientes con cáncer de mama y colorrectal.
Por otra parte, gracias a este alimento se puede mejorar el flujo sanguíneo y, por tanto, reducir la presión arterial. Esto sería una medida preventiva para las personas con un mayor riesgo a ataques cardiacos, accidentes cerebrovascular y otros trastornos cardiovasculares. Asimismo, esta fruta ayudaría a las mujeres con mayor dolor menstrual. Y es que sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias calmarían los músculos implicados en el ciclo y la pectina de su contenido disminuiría el colesterol en sangre, al evitar la acumulación de grasa en las arterias.