Jason Bateman, protagonista de la serie Black Rabbit, sorprendió a los pasajeros del metro de Nueva York al participar en una entrevista poco habitual dentro de un vagón.

El actor compartió su visión sobre la fama, la ansiedad y el proceso personal que lo llevó a aceptar el caos y las imperfecciones de la vida, durante su paso por el programa SubwayTakes, disponible en YouTube.

En ese escenario inusual, Bateman se abrió sobre temas poco frecuentes en su discurso público. Desde el inicio, conversó con el anfitrión Kareem Rahma y con la audiencia sobre la relación que mantiene con la fama y la percepción pública.

Admitió que disfruta interactuar con otras personas y aprecia las habilidades sociales aprendidas desde pequeño, aunque reconoce que no todos lo encuentran simpático. “Hay muchas personas que probablemente no me soportan. Incluso mi esposa a veces me odia”, confesó con humor y autocrítica en SubwayTakes.

El diálogo abordó aspectos de su vida personal, en los que Bateman reveló detalles sobre su ansiedad y hábitos cotidianos. Se describió como perfeccionista y obsesivo con la limpieza: evita tocar barandillas en el metro y se cambia de ropa antes de acostarse para mantener la higiene.

“No entiendo cómo la gente puede sentarse en la cama con la ropa del día. Es tan fácil evitarlo”, explicó, ilustrando su tendencia al control y a la autoexigencia.

Además, compartió una experiencia escolar que le marcó su relación con el baile: “En cuarto grado, una novia se fue de la pista porque no le gustaba cómo bailaba. Eso me dejó una huella”, relató Bateman, sugiriendo que ese momento contribuyó a su incomodidad en situaciones sociales.

La sobriedad constituye uno de los aspectos fundamentales en su vida. Bateman detalló que lleva 25 años sin consumir alcohol, aunque señaló que el significado de “sobrio” puede variar entre Nueva York y Los Ángeles.

“Estuve y estoy libre de alcohol desde hace 25 años. Es genial. Lo recomiendo mucho. No creía que pudiera divertirme socialmente sin beber”, afirmó.

El actor explicó que, tras superar las primeras dificultades, descubrió que disfrutar de la vida sin recurrir al alcohol era posible y que esa percepción de necesidad solo existía en su mente. Esta transformación, según él, mejoró su bienestar y su vida personal de forma notable.

En otro momento, Bateman reflexionó acerca de su personalidad introvertida y el valor que concede al aislamiento para recuperar energías. “Puedo ser muy sociable, pero luego necesito estar en silencio y solo durante un tiempo”, admitió, reconociendo que quienes lo rodean pueden interpretarlo como una actitud distante o malhumorada.

Estas confidencias mostraron a un Bateman honesto y vulnerable, dispuesto a compartir tanto sus fortalezas como sus inseguridades, apartándose de la imagen tradicional de Hollywood.

El actor profundizó en su visión sobre la aceptación del caos. Declaró haber aprendido a dejar de luchar contra la necesidad de control y a asumir que la vida es inherentemente desordenada.

Esta actitud, según expresó, le permitió reducir la ansiedad y alcanzar un mayor equilibrio emocional. “Mi cerebro a veces ve las cosas de una manera que no me ayuda, pero aprendí a convivir con eso”, afirmó durante la entrevista.

Al finalizar la conversación, Bateman manifestó su entusiasmo por su trabajo más reciente, la serie Black Rabbit, y lo describió como uno de los momentos más significativos de su carrera. “Estoy muy orgulloso de esto. Puede que sea lo mejor que hice”, declaró, remarcando la importancia personal que este proyecto tiene para él.

La charla en YouTube, a través de SubwayTakes with Kareem Rahma y Kareem Rahma, presentó a Bateman como un hombre crítico consigo mismo, abierto al cambio y capaz de aceptar sus límites. Reconocer la imperfección y dejar atrás la obsesión por el control fue clave para encontrar satisfacción genuina en su vida profesional y personal.