Sharon Stone y la aceptación del envejecimiento casi a los 67 años: “Hay que seguir amando tu cuerpo”

En entrevista con Harper’s Bazaar, la actriz reflexionó sobre el paso del tiempo y la importancia de aceptar los cambios físicos con amor propio, desafiando los estándares de belleza impuestos por la sociedad

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Sharon Stone reflexiona sobre el
Sharon Stone reflexiona sobre el envejecimiento y resalta la importancia del amor propio en entrevista con Harper's Bazaar (REUTERS)

Sharon Stone, reconocida actriz, productora y modelo estadounidense, está a punto de cumplir 67 años y ha aprovechado la ocasión para reflexionar sobre el envejecimiento y la importancia de aceptar los cambios físicos que conlleva.

En una reciente entrevista con The Times, la intérprete de Instinto Básico habló abiertamente sobre cómo asume el paso del tiempo y por qué es esencial seguir valorando el propio cuerpo.

“Mucha gente se rinde cuando envejece. Dejan de lado su cuerpo porque se está derrumbando o porque piensan: ‘Mi cuerpo ya no me define’. Pero hay que seguir amando tu cuerpo”, afirmó.

Su mensaje es claro: el envejecimiento no debería percibirse como una limitación, sino como una parte natural de la vida que merece ser abrazada con orgullo y gratitud.

Los cambios físicos y la aceptación

La actriz es plenamente consciente de las transformaciones que su cuerpo ha experimentado con los años, sobre todo en comparación con la imagen que tenía en sus años de mayor fama en la industria cinematográfica. “Tenía unos brazos preciosos y ahora son fuertes y vistosos… como alas de ángel”, expresó.

En su reflexión, Stone también abordó las alteraciones en su piel y la apariencia de ciertas partes de su cuerpo: “¿Y qué si tienen pliegues? Tal vez eso es lo que los hace maravillosos ahora”.

Sinceridad y madurez: “La piel
Sinceridad y madurez: “La piel se vuelve naturalmente menos elástica y más seca, pierde grasa y colágeno, lo que provoca la aparición de arrugas, la pérdida de luminosidad o la flacidez”, explica la diva (REUTERS)

El envejecimiento es un proceso biológico inevitable que provoca cambios significativos en la piel y el cuerpo.

“La piel se vuelve naturalmente menos elástica y más seca, pierde grasa y colágeno, lo que provoca la aparición de arrugas, la pérdida de luminosidad o la flacidez”, explicó.

Sin embargo, lejos de verlo como un problema, la actriz defiende la idea de que estos cambios deben asumirse con serenidad y sin miedo.

Una postura firme ante la presión social

Sharon Stone no es ajena a la presión que la sociedad y la industria del entretenimiento imponen sobre la juventud y la apariencia física.

A lo largo de su carrera, ha sido testigo de cómo la edad puede convertirse en un factor que limita las oportunidades laborales en Hollywood, especialmente para las mujeres.

Aun así, decidió enfrentar estos desafíos con una actitud positiva, promoviendo la autoaceptación y el amor propio.

Stone critica la obsesión de
Stone critica la obsesión de la industria del cine con la juventud y defiende la normalización del envejecimiento (REUTERS)

No es la primera vez que la intérprete se pronuncia sobre este tema. En diversas entrevistas y publicaciones en sus redes sociales, ha cuestionado la obsesión de la industria cinematográfica por la juventud y ha señalado cómo el envejecimiento se percibe erróneamente como un obstáculo.

Su postura es firme: aceptar los cambios y cuidarse son claves para envejecer sin que esto se convierta en un problema.

Un mensaje de empoderamiento

Más allá de sus declaraciones en entrevistas, Stone transmite su mensaje a través de su presencia en las redes sociales, donde no teme mostrarse al natural, sin filtros ni retoques.

Para la actriz, el verdadero secreto del bienestar no radica en tratar de evitar lo inevitable, sino en adoptar una actitud de amor propio.

“Hay que seguir amando ese cuerpo”, insiste, recordando que cada cambio es una prueba del camino recorrido y de la experiencia acumulada.

Sharon Stone se erige así como una voz poderosa en un mundo donde la presión estética sigue vigente.

Con su testimonio, demuestra que la belleza no desaparece con los años, sino que se transforma y adquiere nuevas dimensiones. Envejecer, lejos de ser un problema, es una oportunidad para valorar la vida con una mirada más profunda y auténtica.