Xolo Maridueña: “Siempre soñé con hacer algo grande, pero nunca pensé que sería un superhéroe”

“Estoy aquí porque, por primera vez en diez años, tengo seis meses libres” con esa simple pero reveladora frase, Xolo Maridueña dejó en claro el momento de transición en el que se encuentra.

A sus 23 años, el actor que dio vida a Miguel Díaz en Cobra Kai ha decidido tomarse un respiro de la industria y mudarse a Nueva York en busca de algo más que nuevos proyectos: quiere descubrir quién es fuera del set.

“¿Quién soy yo fuera del trabajo?” Esa es la pregunta que lo llevó a instalarse en Brooklyn, donde comparte departamento con sus compañeros de elenco Jacob Bertrand y Peyton List.

“Es como Friends”, bromeó en la entrevista con GQ, sobre la convivencia con sus amigos, que le ha dado un ambiente familiar en su nueva ciudad.

A pesar de haber protagonizado el primer filme de un superhéroe latino en DC Studios con Blue Beetle, Maridueña admitió que el éxito arrollador que muchos predecían no se materializó como esperaba.

“Todo el mundo decía: ‘No tienes idea de lo que va a pasar cuando la película se estrene’. Pero el fin de semana pasó, no exploté, no morí, y todo estuvo bien”, recordá con una sonrisa.

Más que verlo como un revés, lo toma con optimismo: “Pude ver la película, disfrutarla, y sentarme junto a niños que se parecían a mí y que se emocionaban al verse representados”.

Ahora, con el final de Cobra Kai a la vuelta de la esquina y su futuro profesional en pausa momentánea, Xolo Maridueña disfruta de su tiempo en Nueva York, explorando la ciudad, conociéndose a sí mismo y, por primera vez en años, desacelerando el ritmo.

“He estado trabajando desde que era un niño, así que ahora me pregunto: ‘¿Quién soy yo cuando no estoy actuando?“ con esa reflexión, Xolo Maridueña resume lo que significa este momento de su vida.

Desde los 11 años ha estado frente a las cámaras, primero en Parenthood, luego en Cobra Kai y finalmente en Blue Beetle. Ahora, por primera vez en más de una década, se ha dado el espacio para vivir sin un calendario de filmación que dicte su rutina.

“Creo que esto es lo más solo que he estado en mi vida, y es raro, pero también lo necesitaba”, confesó.

Creció en una familia unida en Los Ángeles, rodeado de arte y creatividad: su madre, Carmelita Ramírez-Sánchez, dirige un centro cultural y su padre, Omar G. Ramírez, es artista.

En su casa siempre había movimiento, así que el silencio y la independencia que ahora experimenta en Nueva York representan un cambio significativo.

Para aprovechar su tiempo libre, ha estado explorando la ciudad y sumergiéndose en nuevas experiencias.

“Me gusta la tranquilidad de Brooklyn, pero también disfruto salir y conocer cosas nuevas. Últimamente me ha dado por probar todos los sándwiches de huevo y queso de las bodegas”, dijo riendo. También se ha dejado llevar por la vida nocturna neoyorquina.

“Me gusta la música house, cosas tipo Boiler Room o Kaytranada. Y sí, tengo que decirlo: la fiesta aquí es mejor que en Los Ángeles”.

Después de siete años interpretando a Miguel Díaz, el final de Cobra Kai es un hito emocional para Xolo Maridueña.

La serie, que comenzó en YouTube Red antes de convertirse en un fenómeno de Netflix, lo acompañó durante toda su adolescencia.

“Cuando comenzamos, yo tenía 16 años, usaba brackets y tenía el cabello de punta. Ahora tengo barba y el cabello hasta los hombros. Literalmente crecí con la serie”, reflexionó.

Ver los últimos episodios de la sexta temporada fue un momento agridulce. “Se sintió tan definitivo. Como, ‘Demonios, esto realmente se acabó.’ Pero estoy tan orgulloso de lo que logramos. Fueron siete años increíbles de mi vida”

A pesar de la nostalgia, Maridueña sabe que Cobra Kai le dio una plataforma invaluable. “Si no fuera por esta serie, no habría tenido la oportunidad de hacer Blue Beetle. No habría conocido a tanta gente increíble”. Pero también reconoce que es hora de seguir adelante y enfrentarse a nuevos desafíos.

En 2021, DC Studios lo eligió para interpretar a Jaime Reyes, el primer superhéroe latino en encabezar una película del estudio. “Fue una locura. Siempre soñé con hacer algo grande, pero nunca pensé que sería un superhéroe”, dijo.

Sin embargo, el estreno de Blue Beetle no fue el gran evento que muchos esperaban, en parte por la huelga de SAG-AFTRA, que impidió su promoción.

“Me dijeron que mi vida cambiaría por completo después del estreno. Y sí cambió, pero no de la forma que todos imaginaban”.

Lejos de verlo como un fracaso, Maridueña rescata lo positivo de la experiencia: “Fue increíble ver a niños que se parecían a mí emocionarse con la película. Eso hizo que todo valiera la pena.”

Además, no descarta volver a interpretar al personaje en el futuro: “Sé que DC está planeando una serie animada, así que quién sabe. Si el universo sigue creciendo, quizá podamos regresar en algún momento”.

Mientras su viaje de autodescubrimiento en Nueva York continúa, Xolo Maridueña ya está pensando en lo que viene. Aunque no tiene proyectos inmediatos, hay opciones sobre la mesa.

“El año pasado filmé Killing Castro, donde actúo con Al Pacino. También podría hacer un drama romántico en Washington State. Pero por ahora, solo estoy disfrutando el presente”.

Algo que lo entusiasma es la posibilidad de volver al teatro. Recientemente vio en Broadway a Kit Connor y Rachel Zegler en Romeo + Julieta, y eso despertó en él una nueva ambición.

“Verlos me hizo pensar: ‘Yo también quiero hacer eso.’ El teatro es otro músculo, es como pasar de hacer bíceps a hacer sentadillas. Quiero entrenar esa parte”.

Entre nuevos proyectos, reflexiones sobre su carrera y noches explorando la ciudad, Xolo Maridueña se encuentra en un punto de inflexión.

Pero si algo tiene claro es que no hay prisa. “A veces me pregunto por qué no he hecho más cosas, por qué no estoy más avanzado en mi carrera.

Pero luego me recuerdo a mí mismo: ‘Estoy haciéndolo a mi propio ritmo. No hay una sola manera de hacer esto”.

Con una sonrisa, se despide y se dirige al Comedy Cellar, con las cervezas que sobraron de la cena en la mano. “Me siento como una medusa,” dice antes de irse. “Estoy listo para dejar que la corriente me lleve a donde tenga que ir”.