Por las subas de alimentos, la inflación de febrero se mantendría por arriba del 2% y sería más alta que en enero

Los aumentos en la carne, que tienen un peso muy relevante en la canasta que mide el Indec, puso presión al índice general. También incidió la baja en el crawling peg y el recorte de alícuotas de retenciones

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La carne puso presión al
La carne puso presión al dato de inflación de febrero. REUTERS

Los últimos datos de inflación que relevan las consultoras privadas dan cuenta de que febrero quedará marcado como un mes que registró una aceleración de precios en los alimentos, en especial de los cortes de carne, que tienen un peso muy relevante en la canasta de precios que mide el Indec.

Las proyecciones privadas son amplias: van desde un 1,9% mensual en alimentos en el Gran Buenos Aires hasta 2,7% general, lo que da cuenta de un mes con muchos factores que incidieron en distintas direcciones en la variación general de precios. Por un lado esa suba en la carne, por otro el reajuste del tipo de cambio oficial que pasó a moverse a ritmo de 1% mensual y que empuja hacia abajo la inflación de los bienes, algunos reajustes de servicios, como los colectivos en CABA, pero con una incidencia menor.

Para C&T Asesores Económicas, una de las primeras consultoras que cerró su estimación de febrero, el relevamiento de precios minoristas para el Gran Buenos Aires tuvo un aumento de 1,9% mensual en febrero, el menor desde julio de 2020. Así, la inflación interanual se ubicaría en 70,1%, bajando del 93,7% de enero y sería la menor desde julio de 2022.

“La dinámica del mes estuvo marcada por el comportamiento contrapuesto de los alimentos y bebidas, por un lado, y los componentes ligados al turismo, por el otro. Los alimentos y bebidas se aceleraron fuertemente a lo largo del mes, muy influidos por la carne y, en menor medida, las frutas. Así, aumentaron 3,3% en el mes, el mayor ritmo desde julio del año pasado. No obstante, hubo un menor ritmo de alza sobre el fin del mes”, analizó CyT Asesores Económicos.

“En transporte se destacó el ajuste en el componente público implementado por el gobierno de la CABA. En vivienda la clave fue el aumento de las expensas, que combinó un ajuste salarial con nuevos ajustes en los servicios públicos. Finalmente, educación se aceleró con el comienzo de las clases, un comportamiento estacional habitual”, concluyó esa consultora.

Otras consultoras también cerraron sus estimaciones mensuales de inflación. Analytica proyecta un 2,4%, Equilibra un 2,5% en el IPC general y 2,7% en la núcleo -una aceleración de los dos cifras en comparación con enero-, y EcoGo, antes de procesar los datos relevados de la última semana del mes, calculó un 2,7 por ciento. LCG, que hace seguimientos semanales de alimentos y bebidas, detectó precios estables en el último tramo del mes. Febrero tuvo dos semanas con aumentos pronunciados (2,3% y 1,8% en la primera y tercera) por el impacto de la carne.

Un informe de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia relevó que el rubro Carnes y Verduras, luego de la baja de retenciones, habría terminado con un aumento de 2,5 por ciento, por lo que el IPC del segundo mes del año sería muy similar al de enero. “La baja de retenciones de fines de enero aumentó el precio al cual los exportadores quedan indiferentes entre vender en el mercado interno y externo -ya que los impuestos de hacerlo en el segundo se redujeron-, impulsando estos rubros”, explicaron.

“En este caso, vale destacar que Verduras arrastraba más de un trimestre con bajas nominales, a la vez que hay ciertos efectos estacionales en Carnes. Por lo tanto, la aceleración no obedece solo al cambio impositivo. Asimismo, la suba del dólar paralelo (2,5% en el promedio mensual, 3,5% entre puntas) también habría sumado ciertas tensiones”, concluyó.

Lo que sucedió con la carne decidirá en gran medida el número final del IPC general. Eso se explica por el peso que el Indec le otorga a ese rubro en la conformación de la canasta que mide los precios de manera mensual. Para el caso del Gran Buenos Aires, carnes explica casi el 7% del total, aunque en otras regiones explica incluso una proporción mayor, como en el Noreste (13,2%) y Noroeste (12,5 por ciento).

infografia

Como contrapartida, la política cambiaria fue una de las razones que explican el proceso de desinflación del último año. El equipo económico utilizó al ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial, de 2% mensual hasta este mes, cuando fue reajustado a 1%, como un “ancla” para propiciar una desaceleración de precios, en especial de los bienes, que representan el 65% de la canasta que compone el Índice de Precios al Consumidor.

El Poder Ejecutivo apostará a utilizar aún con mayor decisión el atraso cambiario como instrumento para la desinflación. Esa noción de atraso cambiario, desde ya, es disputada desde el equipo económico, que defiende su esquema: crawling peg por debajo de la inflación, dólar blend, regla de emisión de pesos restringida con venta de dólares en el “contado con liqui” para mantener la brecha bajo control y persistencia del cepo cambiario.

Para Libertad y Progreso, por su parte, el IPC de febrero estará más cerca de 2,3 por ciento y que marzo ya asoma con un nivel similar. El economista de ese centro de estudios Lautaro Moschet comentó que “marzo suele ser un mes con impacto estacional y tiende a registrar una inflación superior a la de febrero. Sin embargo, es importante ser cautelosos, ya que hay dos factores que podrían evitar que la inflación de marzo supere a la del mes anterior”.

“Por un lado, la reducción del ritmo del crawling peg modera el aumento de los bienes transables, contribuyendo a desacelerar la nominalidad de la economía. Por otro lado, el impacto del aumento en el precio de la carne, que se reflejó entre enero y febrero, debería disiparse en marzo, lo que ayudaría a contener el incremento en el rubro alimentos”, mencionó.