En un mundo donde el avance tecnológico y la salud se entrecruzan cada vez más, Bryan Johnson, fundador de la empresa tecnológica Kernel, ha llevado esta convergencia a un extremo poco convencional. Este empresario de 47 años lidera un proyecto llamado “Blueprint”, diseñado con el objetivo de revertir el envejecimiento y extender la vida humana.
Con una inversión anual de USD 2 millones, Johnson ha adoptado un estilo de vida extremo que lo posiciona en el centro de la controversia y la fascinación pública.
La vida según “Blueprint”: disciplina y ciencia
Bryan Johnson vive según un régimen que podría describirse como el epítome del biohacking. Su rutina diaria comienza con un sueño cuidadosamente planeado: se acuesta a las 8:30 pm y despierta de manera natural alrededor de las 5 am, enfatizando que el descanso es su prioridad número uno. Al levantarse, expone sus ojos a una luz de 10.000 lux durante varios minutos, un método que afirma optimiza su ritmo circadiano.
Entre los hábitos más notables, Johnson incluye la aplicación de un suero capilar, la meditación y el consumo de un batido cargado de nutrientes esenciales, que mezcla proteínas, colágeno y aceite de oliva extra virgen.
Su plan también contempla un entrenamiento físico riguroso de 90 minutos y actividades recreativas como el pickleball y paseos en bicicleta durante los fines de semana.
Según Johnson, estas prácticas lo han convertido en la persona “más saludable del planeta” y forman parte de un sistema que busca reducir al máximo los efectos del envejecimiento.
Controversias: entre datos personales y transfusiones
El compromiso de Bryan Johnson con la ciencia de la longevidad no ha estado exento de polémicas. En un movimiento que desató críticas generalizadas, compartió en redes sociales datos recopilados sobre las erecciones nocturnas de su hijo de 19 años, comparándolos con los suyos. Según reveló en una publicación, el tiempo de duración de las erecciones de su hijo superaba al suyo por dos minutos.
Estas declaraciones, aunque parte de un estudio personal, generaron rechazo entre los usuarios de plataformas como Twitter (ahora X), quienes cuestionaron la ética y la privacidad de estas acciones.
Otra práctica controvertida fue la transfusión de sangre entre Johnson, su hijo Talmage, y su padre Richard, de 70 años.
Este procedimiento, realizado en una clínica en Texas, implicó el intercambio de plasma sanguíneo entre las tres generaciones, con el objetivo de “rejuvenecer” su organismo.
La comunidad científica sigue siendo escéptica respecto a los beneficios reales de esta práctica, ya que los estudios sobre transfusiones en el contexto del envejecimiento aún no ofrecen resultados concluyentes.
Opinión pública dividida
Las reacciones hacia el estilo de vida de Johnson oscilan entre la admiración por su dedicación a la salud y el rechazo hacia sus métodos poco ortodoxos. El propio empresario admite que su enfoque lo convierte en un compañero poco ideal para una vida amorosa. En declaraciones al podcast Diary of a CEO, explicó que su obsesión por mantener un sueño perfecto y evitar interrupciones dificulta cualquier relación íntima.
“Mi última comida es a las 11 am, asegurando que mi sistema digestivo esté vacío para la hora de dormir”, explicó Johnson, quien agrega que coordinar horarios y hábitos de sueño con otra persona resulta prácticamente imposible en su caso.
Sin embargo, su enfoque disciplinado también ha inspirado a aquellos interesados en el biohacking, quienes ven en Johnson un modelo para maximizar la longevidad a través de la tecnología y la ciencia.
¿Un modelo sostenible de longevidad?
A pesar de sus críticas, el proyecto de Bryan Johnson se destaca por plantear preguntas importantes sobre el futuro de la salud humana. Con una inversión tan importante, Johnson está explorando un territorio poco recorrido en la intersección de la biología, la tecnología y el bienestar.
Sin embargo, los expertos subrayan que la longevidad no solo depende de técnicas innovadoras, sino también de factores como la genética, el estilo de vida y el acceso equitativo a tratamientos avanzados.
Bryan Johnson representa una de las expresiones más extremas de la búsqueda por vencer al tiempo. Si bien sus métodos no convencionales han generado controversia, también han puesto de relieve cómo la tecnología puede redefinir nuestras nociones de envejecimiento y salud. ¿Será este un enfoque sostenible o se trata solo de un lujo accesible para unos pocos?