La reducción de la contaminación del aire: ¿un acelerador inesperado del calentamiento global?

Un destacado climatólogo sostiene que la disminución de aerosoles eliminó un efecto de enfriamiento que mitigaba el impacto de los gases de efecto invernadero; investiga New Scientist

Guardar
La disminución de partículas contaminantes
La disminución de partículas contaminantes podría estar revelando el verdadero impacto de los gases de efecto invernadero (Imagen Ilustrativa Infobae)

La reducción de la contaminación del aire, considerada un logro en salud pública y medioambiental, podría estar contribuyendo al calentamiento global de manera más significativa de lo esperado.

Esta es la advertencia de James Hansen, renombrado climatólogo, quien sostiene que la disminución de partículas contaminantes ha reducido un efecto de enfriamiento que antes enmascaraba parte del impacto de los gases de efecto invernadero.

Sin embargo, como menciona New Scientist, otros expertos ponen en duda la magnitud de este fenómeno y advierten sobre la falta de consenso científico en torno a sus conclusiones.

El “pacto fáustico” de la humanidad con la contaminación

Hansen, conocido por sus advertencias tempranas sobre el cambio climático en la década de 1980, describe la relación entre contaminación y temperatura como un “pacto fáustico”.

Según él, la humanidad ha utilizado aerosoles contaminantes —pequeñas partículas en suspensión en la atmósfera— para compensar casi la mitad del calentamiento generado por los gases de efecto invernadero.

Estas partículas reflejan parte de la radiación solar, reduciendo el calor que llega a la superficie terrestre.

Sin embargo, en los últimos años, los esfuerzos por mejorar la calidad del aire han reducido considerablemente la cantidad de aerosoles en la atmósfera.

Esta mejora, aunque positiva desde una perspectiva de salud, ha eliminado un mecanismo de enfriamiento que, según Hansen, mantenía artificialmente bajas las temperaturas globales.

El aumento de temperaturas en 2023 y 2024: ¿un efecto inesperado?

Los años 2023 y 2024 han registrado temperaturas globales sin precedentes, lo que generó un debate sobre si el calentamiento se está acelerando más rápido de lo previsto.

El aumento de los gases de efecto invernadero y el calentamiento del Océano Pacífico explican parte de este fenómeno, pero algunos científicos, incluido Hansen, sostienen que hay un factor adicional en juego: la reducción de la contaminación del aire.

El aumento de gases de
El aumento de gases de efecto invernadero impulsa el alza de las temperaturas (POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA FLICKR)

Para sustentar esta hipótesis, Hansen y su equipo han analizado los efectos de una regulación implementada en 2020 que limitó drásticamente la cantidad de azufre en los combustibles marinos.

Al estudiar zonas de tráfico marítimo intenso en el Océano Pacífico, encontraron que la disminución de aerosoles habría aumentado la radiación solar absorbida por la Tierra en 0,5 vatios por metro cuadrado, una cantidad equivalente al efecto de calentamiento de una década de emisiones de dióxido de carbono.

De ser correcta esta estimación, significaría que el calentamiento que hemos experimentado hasta ahora no refleja la magnitud real del impacto de nuestras emisiones, ya que los aerosoles estaban ocultando parte de ese efecto.

Un clima más sensible de lo esperado

Si la hipótesis de Hansen es cierta, el mundo se estaría acercando más rápidamente a puntos de inflexión climáticos críticos, como la desaceleración de las corrientes oceánicas del Atlántico o el colapso de la capa de hielo en la Antártida occidental.

Esto significaría que la sensibilidad del sistema climático a los gases de efecto invernadero ha sido subestimada y que los esfuerzos actuales de mitigación pueden ser insuficientes para evitar escenarios extremos.

Ante esta situación, Hansen plantea la posibilidad de recurrir a medidas como la geoingeniería solar, que busca enfriar el planeta mediante la inyección de partículas reflectantes en la atmósfera, simulando el efecto de los aerosoles contaminantes.

Sin embargo, esta estrategia es altamente controvertida debido a sus posibles consecuencias imprevistas.

Los esfuerzos actuales de mitigación
Los esfuerzos actuales de mitigación podrían no ser suficientes para evitar consecuencias climáticas extremas (Imagen ilustrativa Infobae)

Críticas y escepticismo en la comunidad científica

Pese a la alarma de Hansen, otros climatólogos han manifestado reservas sobre sus conclusiones. Michael Diamond, de la Universidad Estatal de Florida, considera que sus cálculos están “en el límite superior de lo plausible”.

Tianle Yuan, de la Universidad de Maryland, señala que la estimación de 0,5 vatios por metro cuadrado es mucho más alta que otras mediciones previas, aunque no del todo inverosímil.

Por su parte, Gavin Schmidt, de la NASA, cree que Hansen está sobrestimando el efecto de los aerosoles y que su análisis no toma en cuenta otros factores, como la reducción de la contaminación en China o la variabilidad climática natural.

Incluso algunos investigadores sostienen que los cambios recientes en la temperatura pueden explicarse sin necesidad de recurrir a la hipótesis de los aerosoles.

Shiv Priyam Raghuraman, de la Universidad de Illinois, argumenta que el calentamiento extremo de 2023 puede atribuirse únicamente a fluctuaciones en el Océano Pacífico, sin necesidad de considerar la reducción de la contaminación.

¿Estamos preparados para un calentamiento más acelerado?

El debate en torno a la relación entre la reducción de la contaminación del aire y el calentamiento global sigue abierto.

Mientras algunos científicos advierten que este factor ha sido subestimado, otros piden cautela antes de extraer conclusiones definitivas.

Lo cierto es que, independientemente de la causa exacta, el planeta se está calentando a un ritmo preocupante, lo que exige redoblar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y prepararse para un futuro con temperaturas más extremas.

Guardar