
Durante casi diez años, un grupo de científicos observó cuidadosamente el comportamiento de varios grupos de gorilas en la selva de la República del Congo.
Lo que descubrieron sorprendió a toda la comunidad científica: estos animales no excavan el suelo para encontrar insectos, como se creía, sino para desenterrar trufas, un tipo de hongo subterráneo muy codiciado, incluso por los humanos.
La investigación, publicada en la revista científica Primates, documentó que los gorilas de tierras bajas del oeste buscan especialmente una trufa llamada Elaphomyces labyrinthinus.
Este comportamiento fue registrado en cuatro grupos que viven en dos regiones del Parque Nacional de Nouabalé-Ndoki, conocidas como el Triángulo de Goualougo y el Triángulo de Djéké.
Una conducta alimentaria compleja
Los investigadores recogieron muestras del suelo, filmaron a los gorilas mientras escarbaban y calcularon cuánto tiempo dedicaban a esta actividad. Así, confirmaron que no se trataba de una búsqueda de insectos, sino de un comportamiento específico dirigido a encontrar trufas.
Lo más llamativo fue que los hábitos variaban entre los diferentes grupos: algunos excavan con frecuencia y otros solo ocasionalmente. Esto parece estar relacionado con la cantidad de trufas disponibles en cada zona.

Otro descubrimiento importante fue que los gorilas aprenden este comportamiento unos de otros. Por ejemplo, una hembra que cambió de grupo comenzó a excavar regularmente, copiando a sus nuevos compañeros.
Para los científicos, esto demuestra que los gorilas no solo tienen memoria y preferencias alimentarias, sino también la capacidad de adaptarse socialmente.
Este tipo de hallazgos permite mejorar los esfuerzos de conservación. Al conocer los lugares donde los gorilas buscan trufas, se pueden evitar proyectos turísticos o de infraestructura que alteren estas zonas clave.
La ciencia que se apoya en el conocimiento ancestral
Una parte esencial de este estudio fue el aporte del conocimiento tradicional. El primer autor de la investigación, Gaston Abea, pertenece a la comunidad indígena Bangombe y trabaja en el Parque Nacional desde el año 2000. Además de ser guardaparques, ha colaborado como coautor en varios trabajos científicos.

“El conocimiento de los bosques que tiene mi pueblo está siendo amenazado por los estilos de vida modernos, pero sigue siendo fundamental para proteger estos ecosistemas”, explicó Abea. Gracias a su experiencia, los científicos pudieron registrar con detalle cómo los gorilas buscan trufas, algo que hasta ahora no se había documentado con esta precisión.
“Antes, nuestros antepasados cazaban gorilas; ahora nosotros los protegemos”, agregó, con la esperanza de que su ejemplo motive a otras personas de comunidades indígenas como los Ba’Aka a involucrarse en la conservación de la fauna.
Una mirada nueva sobre los gorilas
Este descubrimiento cambia lo que sabíamos sobre los gorilas del Congo. Lejos de ser solo consumidores de frutas o insectos, estos primates muestran una conducta alimentaria más elaborada y una notable capacidad de aprendizaje.
Además, el estudio subraya la importancia de unir la ciencia moderna con los saberes tradicionales para lograr una conservación más efectiva.

Entender mejor a los gorilas no solo ayuda a protegerlos, sino también a comprender cómo viven, qué necesitan y cómo interactúan con su entorno. Y en este caso, también revela que incluso en lo profundo de la selva africana, hay quienes saben disfrutar de un buen hongo subterráneo.