Ben Lamm es un nombre que resuena con fuerza en el ámbito empresarial y tecnológico. Con una fortuna que alcanza los USD 3.700 millones según estimaciones de Forbes, el empresario se destacó por su visión audaz en el mundo de la biotecnología, un sector que mezcla el emprendimiento con los más avanzados avances científicos.
Lamm es el cofundador y director ejecutivo de Colossal Biosciences, una empresa que logró captar la atención de inversionistas globales al proponerse una misión tan desafiante como fascinante: revivir especies extintas utilizando ingeniería genética de última generación.
Su carrera empresarial está marcada por la creación de diversas compañías, todas ellas adquiridas con éxito en su etapa de expansión. Entre estas, destaca Hypergiant, una empresa de inteligencia artificial dedicada a la toma de decisiones, que fue comprada en 2023 por la firma de capital de riesgo Thrive Capital, propiedad de Josh Kushner.

Sin embargo, su mayor logro hasta ahora es Colossal, un proyecto que atrajo la atención no solo de los inversionistas, sino también del público en general, debido a su enfoque futurista y ambicioso.
Con una reciente ronda de financiamiento de USD 200 millones y una valoración que supera los USD 10.200 millones, Colossal Biosciences consolidó su posición como una de las startups más prometedoras en el campo de la biotecnología.

No obstante, la singularidad de este proyecto radica en su visión a largo plazo: revivir el mamut lanudo, una especie extinta, lo que podría dar paso a nuevas oportunidades en la conservación de especies y en la aplicación de la biotecnología para la protección del medio ambiente.
El éxito de Colossal y su innovador modelo de negocio
El negocio de Colossal no solo se define por su ambiciosa misión de des-extinción, sino también por la estrategia empresarial que logró colocar a la compañía como un líder en un campo que mezcla la ciencia y los negocios.
A pesar de que la empresa aún no genera ingresos directos por sus esfuerzos de resucitar especies extintas, la valoración de USD 10.200 millones demuestra la confianza de los inversores en el potencial de la compañía a futuro.

Colossal se convirtió en una empresa pionera en un área completamente nueva: la intersección entre la biotecnología, la inteligencia artificial y la conservación ambiental.
Ben Lamm, conocido por su energía arrolladora y su capacidad para transmitir entusiasmo, logró captar la atención de inversionistas de renombre como Breyer Capital y Draper Associates, convencidos de que su visión tiene el poder de transformar el panorama científico.
Asimismo, los multimillonarios Mark Walter y Thomas Tull, a través de su firma de inversión TWG Global, también decidieron respaldar este innovador proyecto.

Hasta el momento, según estimaciones de Forbes Colossal recaudó un impresionante capital de USD 435 millones, lo que subraya el alto riesgo que implica su modelo de negocio, pero también las potenciales grandes recompensas que se vislumbran a futuro.
Lamm tiene claro que el futuro de su empresa no solo depende de la des-extinción de especies, sino de explorar nuevas fuentes de ingresos. “La reintroducción de animales en sus hábitats crea el potencial de rentas vitalicias en créditos de carbono, créditos de naturaleza e impuestos al turismo”, explicó Lamm a Forbes, visibilizando nuevos mercados emergentes.
Innovación tecnológica: la clave para el futuro del negocio
El componente central de la visión de Colossal Biosciences es la aplicación de tecnologías avanzadas en ingeniería genética y biología computacional.
El equipo de científicos y expertos de la empresa está trabajando en la resurrección genética del mamut lanudo, utilizando técnicas de secuenciación de ADN para comparar el genoma de este animal con el del elefante asiático, su pariente más cercano.
Para lograrlo, se están desarrollando herramientas de ingeniería genética que permitirían crear un híbrido entre mamut y elefante capaz de resistir el frío extremo de las zonas que una vez fueron su hábitat natural.
La ambición de Lamm no se limita al mamut. Colossal aclaró que está explorando la resurrección de otras especies extintas, como el dodo y el tigre de Tasmania, lo que ampliaría significativamente su impacto en la conservación de especies.

La compañía también está trabajando en la creación de úteros artificiales para acelerar el proceso de reproducción de especies en peligro de extinción, una tecnología que podría tener aplicaciones importantes en la fertilización in vitro para seres humanos.
“Si podemos cultivar embriones durante más tiempo, lo que necesitamos para Colossal, solo esa subpieza de la tecnología podría transformar enormemente el mercado de la FIV (fertilización in vitro)”, aseguró Lamm, demostrando cómo su enfoque científico podría trascender el ámbito de la conservación y ofrecer soluciones innovadoras para otros sectores, como la medicina reproductiva.
Desafíos éticos y científicos
El proyecto de Colossal Biosciences generó importantes cuestionamientos éticos y científicos, especialmente en cuanto a las implicaciones de liberar especies modificadas genéticamente en ecosistemas que están cambiando rápidamente debido al cambio climático.
Expertos como el profesor Karl Flessa de la Universidad de Arizona expresaron su preocupación por los riesgos de introducir especies en un entorno ya alterado.
Sin embargo, científicos como Beth Shapiro, directora científica de Colossal, defienden la necesidad de explorar estas tecnologías para afrontar los desafíos medioambientales.
Ben Lamm, por su parte, destacó a Forbes que “lo que realmente entusiasma a la empresa es resolver problemas difíciles”.
A pesar de las críticas, Colossal continúa avanzando con su trabajo en la edición genética y en la creación de biobóvedas para preservar los tejidos de especies en peligro, una tecnología que podría transformar la conservación y el manejo de los desafíos ambientales y biológicos.