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A medida que envejecemos, el cuerpo experimenta una serie de cambios que afectan nuestra salud y metabolismo. Uno de los aspectos más relevantes en este proceso es la pérdida de masa muscular, un fenómeno que suele empezar a notarse después de los 30 años. Esta disminución no solo impacta en la fuerza física, sino que también tiene implicaciones en la salud metabólica, como la capacidad del cuerpo para procesar el azúcar.
El músculo desempeña un papel esencial en la regulación de la glucosa en sangre, siendo responsable del 80% de su metabolismo. Sin embargo, con el paso del tiempo, el cuerpo se vuelve más propenso a perder tejido muscular, lo que aumenta el riesgo de desarrollar problemas como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
La relación entre la masa muscular y la diabetes tipo 2
Según explicó a Newsweek el anestesiólogo Myro Figura, es crucial enfocarse en el desarrollo y mantenimiento de los músculos para prevenir esta enfermedad. En sus publicaciones, explica que la pérdida de masa muscular afecta directamente la sensibilidad a la insulina, lo que puede complicar la prevención de enfermedades metabólicas, incluso en personas de complexión delgada.
Este proceso se acentúa por la falta de ejercicio físico adecuado, especialmente el entrenamiento de resistencia, que es crucial para mantener y aumentar la masa muscular. La actividad física no solo ayuda a contrarrestar la pérdida de músculo, sino que también mejora la sensibilidad a la insulina y, por ende, regula de manera más eficiente los niveles de azúcar en la sangre.
Cómo afecta la baja masa muscular
La pérdida de masa muscular se presenta como un factor crucial en el aumento del riesgo de pre diabetes, incluso en personas que mantienen un peso corporal saludable o una complexión delgada. Myro Figura destacó que la baja masa muscular dificulta la capacidad del cuerpo para procesar el azúcar, lo que puede desencadenar problemas metabólicos como la resistencia a la insulina. Esta condición, a su vez, incrementa las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.
El cardiólogo Sam Setareh, quien también abordó este tema en diálogo con el medio norteamericano, afirmó que la masa muscular juega un papel esencial en la absorción y almacenamiento de la glucosa. “Cuanto más masa muscular tenga una persona, más glucosa podrá su cuerpo procesar y utilizar eficientemente”, explicó a Newsweek, subrayando que las personas con baja masa muscular tienen menos tejido disponible para realizar esta función crucial. Como resultado, los niveles de azúcar en la sangre pueden aumentar, lo que contribuye a la resistencia a la insulina y, eventualmente, a la diabetes.
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Por qué los músculos son más difíciles de regenerar con la edad
La pérdida de músculo se acelera con la edad, y a partir de los 30 años, las personas suelen experimentar una disminución progresiva de la masa muscular, especialmente si no se mantiene una rutina de ejercicio que lo contrarreste.
En este contexto, una persona puede ser delgada, pero aun así enfrentarse a un riesgo elevado de desarrollar prediabetes si no preserva o aumenta su masa muscular. Figura mencionó que incluso individuos jóvenes pueden ser prediabéticos si no cuentan con suficiente masa muscular para procesar el azúcar de manera adecuada, como quedó claro en el caso de una creadora de contenido que compartió su experiencia en redes sociales.
Recomendaciones para prevenir la pérdida de masa muscular y la diabetes
La prevención de la diabetes tipo 2 no solo depende de mantener un peso saludable o controlar la dieta, sino también de realizar ejercicios específicos que fomenten el desarrollo de la masa muscular. Según Figura, el entrenamiento de resistencia, como el levantamiento de pesas, es una de las maneras más efectivas para mejorar la sensibilidad a la insulina y prevenir la aparición de la enfermedad.
A su vez, enfatizó que, independientemente de la pérdida de peso, el entrenamiento con pesas es fundamental para contrarrestar los efectos negativos de la pérdida de masa muscular relacionada con la edad.
Setareh también respaldó la importancia del entrenamiento de fuerza, señalando que este tipo de ejercicios ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina sin necesidad de reducir el peso corporal. “El entrenamiento de fuerza y los ejercicios de resistencia ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina independientemente de la pérdida de peso”, comentó.
Esto significa que, aunque perder peso es beneficioso para la salud metabólica, lo fundamental es mantener y aumentar la masa muscular para que el cuerpo procese la glucosa de manera más eficiente.