En el largo y complejo recorrido de la evolución humana, los desastres naturales, como las erupciones volcánicas, han desempeñado un papel notable.
A lo largo de la historia, se señalaron varias hipótesis sobre cómo estos eventos pudieron influir en la desaparición de algunas especies de homínidos.
Según New Scientist, desde la extinción de los neandertales hasta los “hobbits” de Indonesia, el impacto de los volcanes sigue siendo un tema de debate científico.
Los volcanes como amenaza constante
La actividad volcánica ha sido un factor de riesgo significativo a lo largo de la historia de la humanidad.
Africa, cuna de la evolución humana, alberga más de 100 volcanes activos, incluyendo Erta Ale en Etiopía, situado en la región de Afar, rica en fósiles de homínidos.
A medida que las especies humanas migraron fuera de África, encontraron regiones volcánicamente activas en Italia, Indonesia y América del Sur, donde algunas poblaciones debieron enfrentarse a erupciones mortales.
Sin embargo, las erupciones locales, aunque devastadoras, generalmente no tienen la magnitud necesaria para causar extinciones masivas.
En cambio, los eventos volcánicos de mayor escala, como las erupciones de “provincias ígneas” o los “supervolcanes”, sí tienen el potencial de alterar el clima global y causar crisis ambientales.
Grandes erupciones del pasado
Uno de los mayores eventos volcánicos registrados en la historia geológica fue la extinción masiva del final del Pérmico, hace 252 millones de años, atribuida a erupciones en Siberia.
Estas emisiones masivas de magma alteraron significativamente la química de los océanos y la atmósfera, afectando a la vida en todo el planeta. Eventos similares en el Triásico tardío también se vincularon a extinciones significativas.
Aunque estos fenómenos ocurrieron mucho antes de la aparición de los homínidos, otros eventos más recientes, como la erupción del supervolcán Toba en Sumatra, fueron asociados con impactos directos en las poblaciones humanas.
La hipótesis del “cuello de botella de Toba”
Hace aproximadamente 74.000 años, la erupción del supervolcán Toba liberó una cantidad de magma suficiente para cubrir vastas áreas de Asia con cenizas.
Según una hipótesis planteada inicialmente por la periodista Ann Gibbons en 1993, este evento pudo haber desencadenado un “invierno volcánico” que redujo drásticamente la población de Homo sapiens a tan solo unos pocos miles de individuos, creando un “cuello de botella genético”.
Sin embargo, investigaciones más recientes pusieron en duda esta teoría. Evidencias arqueológicas en India y Etiopía muestran que las poblaciones humanas sobrevivieron a este evento, adaptándose a las condiciones climáticas temporales.
Además, el bajo nivel de diversidad genética en los humanos modernos parece explicarse mejor por un efecto fundador, más que por una drástica reducción poblacional.
Los “hobbits” de Flores y el impacto ecológico
El Homo floresiensis, una especie de homínido de pequeño tamaño conocida como los “hobbits”, habitó la isla indonesia de Flores entre hace 190.000 y 50.000 años.
Se ha planteado que una erupción volcánica masiva, acompañada de flujos piroclásticos, pudo haber contribuido a su extinción al alterar su ecosistema y eliminar recursos esenciales como los elefantes enanos.
Sin embargo, los investigadores sugieren que la llegada de Homo sapiens a la región y los cambios climáticos también pudieron haber desempeñado un papel importante en este proceso, complicando la atribución directa al impacto volcánico.
Neandertales y el misterio de Campi Flegrei
La desaparición de los neandertales, hace aproximadamente 40.000 años, también ha sido vinculada a erupciones volcánicas, como la del Campi Flegrei, en la Bahía de Nápoles.
Esta erupción, una de las mayores en Europa en los últimos 200.000 años, cubrió extensas áreas de Europa del Este con cenizas.
A pesar de su magnitud, los últimos neandertales habitaban principalmente Europa Occidental, una región menos afectada por el alcance de la erupción.
Esto sugiere que la desaparición de los neandertales probablemente tuvo múltiples causas, incluyendo competencia con Homo sapiens y cambios climáticos, más que un único evento volcánico.
La resistencia humana frente a los desastres
Aunque los volcanes son una fuerza poderosa que ha moldeado la historia de la Tierra, la evidencia sugiere que los homínidos, incluidos los humanos modernos, demostraron una notable capacidad de adaptación frente a estas amenazas.
La movilidad y dispersión de las poblaciones prehistóricas probablemente les permitió evadir los efectos más devastadores de las erupciones.
A pesar de la fascinación por encontrar causas dramáticas para las extinciones, los científicos destacan que estos eventos suelen ser el resultado de una combinación de factores ambientales, biológicos y sociales.
Los volcanes, aunque peligrosos, parecen haber sido solo una pieza más en el complejo rompecabezas de la evolución y extinción de las especies humanas.