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El estudio internacional revela que
El estudio internacional revela que la actividad física intermitente vigorosa (VILPA) puede reducir el riesgo de mortalidad hasta en un 44% (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un reciente estudio internacional aporta una nueva mirada sobre los beneficios de incorporar breves periodos de actividad física intensa en la rutina diaria.

La investigación sugiere que la actividad física intermitente vigorosa, conocida como VILPA por sus siglas en inglés, podría reducir el riesgo de mortalidad por cualquier causa hasta en un 44%.

El hallazgo ha despertado el interés de la comunidad científica y ofrece nuevas motivaciones para quienes encuentran complicado cumplir con los 150 minutos semanales de ejercicio tradicionalmente recomendados.

Qué es la VILPA y por qué es relevante

Los VILPA consiste en realizar actividad física intensa en cortos lapsos, dispersos a lo largo del día, sin requerir programas formales de ejercicio como correr, ir al gimnasio o practicar deportes estructurados.

La VILPA consiste en breves
La VILPA consiste en breves episodios de movimiento intenso, como subir escaleras o caminar rápido, integrados en la rutina diaria

Ejemplos cotidianos de VILPA incluyen subir escaleras, caminar a paso rápido por periodos breves o cargar bolsas de compras de forma vigorosa.

La importancia de este tipo de actividad radica en su accesibilidad: se integra fácilmente a la rutina diaria y no requiere equipamiento especial, membresías ni demasiado tiempo libre. Además, según el estudio, estos esfuerzos brevísimos —en promedio, de menos de un minuto cada uno— son suficientes para generar beneficios medibles en la salud y la longevidad.

La metodología detrás del estudio sobre VILPA

La investigación fue conducida por equipos de Australia, Reino Unido y Estados Unidos, quienes analizaron datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de EE. UU. (NHANES), recogidos entre 2011 y 2014.

El universo de análisis abarcó a casi 3,300 adultos, con una edad promedio de 51 años y una distribución prácticamente equilibrada por género. Es relevante señalar que estos participantes no realizaban ejercicio moderado o vigoroso en su tiempo libre, lo que permitió a los investigadores centrarse exclusivamente en la actividad física “espontánea” que surge en el día a día.

El análisis incluyó a 3.300
El análisis incluyó a 3.300 adultos que no realizaban ejercicio formal, monitoreados con acelerómetros para medir su actividad espontánea (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para medir la actividad, cada sujeto portó un acelerómetro de muñeca al menos tres días, durante un mínimo de 16 horas diarias, incluyendo al menos un día del fin de semana. Este dispositivo registra la intensidad y duración de los movimientos, lo que posibilitó una categorización precisa y objetiva de los episodios de VILPA.

Según los hallazgos publicados en medRxiv, la clasificación de una actividad como VILPA se basó en una duración promedio de 73,5 segundos, determinada previamente por los investigadores a partir de criterios como el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca máxima y la tasa de esfuerzo percibido.

Además, el estudio contó con la vinculación a registros nacionales de defunción, lo que permitió rastrear las causas de muerte de los participantes durante el periodo de seguimiento, distinguiendo entre muertes por enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras causas.

Descubrimientos clave en la relación entre VILPA y la mortalidad

Uno de los hallazgos más destacados es la significativa reducción del riesgo de mortalidad en quienes incorporaron episodios diarios de VILPA. Realizar cinco periodos cortos de actividad vigorosa al día se asoció a una disminución del 44% en el riesgo de muerte por cualquier causa, comparado con quienes no realizaban este tipo de actividad.

Ocho sesiones diarias de VILPA
Ocho sesiones diarias de VILPA pueden disminuir el riesgo de mortalidad hasta en un 54%, aunque el efecto se estabiliza a partir de ese número (Imagen ilustrativa Infobae)

Los beneficios se incrementaron aún más hasta alcanzar una reducción del 54% con ocho sesiones diarias de VILPA, aunque señalaron que a partir de ese número, los efectos protectores tienden a estabilizarse.

Incluso cantidades mínimas son relevantes: acumular entre cinco y seis episodios diarios de VILPA, de menos de un minuto de duración cada uno, se relacionó con una reducción del riesgo de mortalidad entre el 42% y el 47%.

Al analizar actividades de intensidad moderada, se halló que alrededor de cuatro sesiones diarias de poco más de un minuto disminuyen el riesgo de mortalidad en un 39%. Es importante remarcar que el estudio no encontró vínculo estadísticamente significativo entre la práctica de VILPA y una menor mortalidad asociada específicamente con cardiopatías o cáncer, algo que los autores atribuyen al reducido número de fallecimientos por estas causas en la muestra analizada.

Asimismo, y pese a que los resultados son prometedores, el estudio presenta ciertas limitaciones. Un desafío relevante es la autodeclaración por parte de los participantes sobre la ausencia de ejercicio formal, lo que abre la puerta a potenciales sesgos o distorsiones en la información.

Las limitaciones del estudio incluyen
Las limitaciones del estudio incluyen la autodeclaración de hábitos y la medición de actividad solo al inicio del seguimiento (Imagen ilustrativa Infobae)

Otro aspecto importante es que los datos de actividad física solo fueron recolectados al inicio del estudio, lo que podría no reflejar cambios o variaciones a largo plazo en los hábitos de los participantes. Estas limitaciones sugieren que los resultados deben interpretarse con cautela y que se requiere mayor investigación para confirmar y profundizar en las tendencias observadas.

Cómo incorporarlo en la vida diaria

El principal aporte práctico de este estudio es que promueve un enfoque realista y accesible de la actividad física, especialmente para quienes encuentran difícil cumplir con largas sesiones programadas. La recomendación es clara: incorporar intencionadamente pequeños momentos de movimiento vigoroso durante el día puede tener un impacto relevante en la salud.

Esto puede lograrse, por ejemplo, optando por las escaleras en lugar del ascensor, caminando más rápido en trayectos cortos, estacionándose más lejos de la entrada de tiendas o realizando varias caminatas cortas durante el trabajo.

Incluso estrategias como usar botellas de agua pequeñas para obligarse a levantarse más seguido o sustituir mensajes digitales por conversaciones presenciales pueden sumar valiosos episodios de VILPA a lo largo de la jornada.

Especialistas en salud destacan que estos resultados refuerzan la idea de que cada pequeña dosis de movimiento suma a la prevención de enfermedades y al bienestar general. Más allá de los datos sobre mortalidad, otras fuentes científicas han vinculado la actividad física intensa, incluso en breves periodos, con menor deterioro cognitivo y mejor salud mental.

Por ello, sugieren que buscar oportunidades para moverse —incluso fuera de un gimnasio— es una estrategia valiosa y al alcance de la mayoría, respaldada por la mejor evidencia disponible a la fecha.