No la tires: 6 formas de reutilizar la cáscara de banana

En los hábitos cotidianos, la cáscara de banana suele terminar en el cesto sin más reflexión. Pero este gesto automático ignora una realidad sorprendente, ya que lejos de ser un simple desecho, la piel de esta fruta concentra propiedades y utilidades capaces de beneficiar tanto al hogar como al cuerpo y al ambiente.

Más allá de su rol secundario como envoltorio de una fruta popular, la cáscara de banana contiene compuestos valiosos que permiten incorporarla con eficacia en tareas cotidianas del hogar y la cocina. Este residuo, generalmente desechado sin contemplaciones, puede convertirse en un recurso útil si se lo aplica con creatividad y conocimiento.

Desde métodos que conservan la jugosidad de las carnes hasta trucos para madurar frutas o limpiar objetos de uso diario, las posibilidades son variadas y al alcance de cualquiera.

Según el medio de cocina brasileño Tudo Gostoso, colocar cáscaras de banana en la bandeja de horneado, ya sea debajo o encima de las piezas de carne, ayuda a conservar la humedad durante la cocción. Esta técnica casera permite mantener la textura tierna y jugosa sin recurrir a aditivos.

El etileno presente en la cáscara de banana acelera la maduración de frutas como la palta. Solo hay que colocar trozos de cáscara junto a la fruta en una bolsa cerrada durante 24 horas.

La parte interna de la cáscara sirve como pulidor natural para artículos de cuero, como calzado, bolsos y cinturones. El Español recomienda frotar directamente la cáscara sobre la superficie, y luego pasar un paño seco para retirar restos.

Al triturar las cáscaras con un poco de agua se obtiene una pasta que puede usarse sobre cubiertos de plata u otros objetos metálicos. Esta mezcla elimina manchas y devuelve el brillo original sin productos químicos.

Una receta simple aprovecha tanto la pulpa como la piel de la banana. Se licúan dos cáscaras limpias con una banana madura y se mezclan con ingredientes básicos como harina, huevo y leche. El resultado son tortas dulces que pueden cocinarse en sartén en pocos minutos.

El portal Panoramaweb sugirió preparar una máscara reconstituyente con cáscara de banana y aceite de almendras. Calentada a baño María y luego licuada, esta mezcla se aplica en el rostro por 20 minutos, con el objetivo de aportar antioxidantes y suavizar la piel.

La cáscara de banana es una fuente natural de potasio, fósforo y calcio, nutrientes esenciales para el desarrollo vegetal. Rayra Lira, paisajista de J Lira Green Life, señaló que estos elementos “fortalecen las raíces, estimulan la floración y hacen que las plantas sean más resistentes”. También mejoran la retención de humedad del suelo y activan microorganismos beneficiosos.

Se puede aprovechar de distintas maneras: enterrando trozos en la tierra, dejándola compostar previamente, o preparando un “té de banana” hirviendo las cáscaras en agua y usándola para el riego. Según Sidnei Harada, del Instituto Brasileño de Paisajismo, esto también reduce el volumen de residuos y el impacto ambiental.

La cáscara de banana contiene antioxidantes que ayudan a combatir los signos del envejecimiento, por lo que su uso tópico en la piel es cada vez más explorado. En mascarillas caseras, como la mencionada anteriormente con aceite de almendras, sus componentes pueden nutrir y suavizar el cutis.

Antes de aplicarla, se recomienda hacer una prueba en el pliegue del codo para descartar reacciones adversas, y evitar su uso en personas con afecciones dermatológicas preexistentes.