Así se hace el huevo duro perfecto, según científicos italianos

Un nuevo estudio de la Universidad de Nápoles, difundido por la revista Focus, propone una técnica de cocción por ciclos térmicos que lograr una consistencia perfecta

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La técnica científica alterna calor
La técnica científica alterna calor y frío para conseguir el huevo duro perfecto según investigadores italianos (Imagen Ilustrativa Infobae)

La cocción del huevo ha sido siempre una tarea aparentemente simple pero llena de matices. En su interior conviven dos mundos con necesidades distintas: el albúmen necesita más calor (85 °C) para coagular, mientras que el centro, el tuorlo, alcanza su textura ideal a 65 °C.

Cuando hervimos un huevo de forma tradicional, el calor necesario para el exterior termina sobrecociendo el centro, dejándolo seco y algo gomoso.

Investigadores de la Universidad de Nápoles, liderados por Ernesto Di Maio, han ideado una técnica innovadora: cocinar el huevo alternando baños en agua hirviendo y agua a 30° C, logrando una cocción “periódica” que respeta las temperaturas ideales de cada parte. El resultado es un huevo más jugoso, con mejor textura y más nutrientes conservados.

El huevo cocido perfecto según la ciencia italiana

Esta receta, fruto de un estudio publicado en Communications Engineering, se basa en ciclos térmicos calculados con precisión para que el calor no sobrepase los 65° C en el interior del huevo, temperatura óptima para un tuorlo cremoso.

La receta, publicada por expertos
La receta, publicada por expertos de la Universidad de Nápoles, transforma una cocción tradicional en un proceso innovador (Crédito: Freepik)

Utiliza dos ollas y repite ocho veces el cambio de temperatura para lograr el punto perfecto.

Tiempo de preparación

La preparación total toma aproximadamente 32 minutos, más unos 5 minutos adicionales para enfriar el huevo antes de pelarlo y servirlo.

  • Preparación de las ollas: 5 minutos
  • Cocción activa (ciclos térmicos): 32 minutos (8 ciclos de 4 minutos cada uno)
  • Enfriado y reposo: 5 minutos

Ingredientes

1- 1 huevo

2- Agua para llenar dos ollas medianas

3- Cubos de hielo (opcional, para acelerar el enfriamiento de la olla fría)

El paso a paso

1- Llena dos ollas: una con agua y llévala a ebullición (100 °C), y la otra con agua a 30 °C (puedes mezclar agua caliente y fría o usar hielo para ajustar la temperatura).

2- Coloca suavemente el huevo en el agua hirviendo durante 2 minutos exactos.

3- Luego pásalo inmediatamente al agua a 30 °C durante otros 2 minutos.

4- Repite este ciclo completo 8 veces (en total 32 minutos), manteniendo las temperaturas estables en ambas ollas.

5- Finalizado el último ciclo, enfría el huevo en agua a temperatura ambiente o ligeramente fría durante 5 minutos.

6- Pela con cuidado y sirve. El albúmen estará firme pero no gomoso, y la yema tendrá una textura cremosa, jugosa y perfectamente cocida.

Esta receta está diseñada para cocer 1 huevo a la vez, aunque es posible repetir el proceso con más huevos siempre que se mantenga el control preciso de las temperaturas.

Cada huevo cocido de esta manera contiene aproximadamente:

Calorías: 70 kcal; Grasas: 5 g; Grasas saturadas: 1,6 g; Carbohidratos: 0,6 g; Azúcares: 0,6 g; Proteínas: 6 g

El huevo cocido con este
El huevo cocido con este método puede conservarse hasta 4 días en un recipiente hermético (Fuente)

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?

El huevo cocido perfecto se puede conservar en la heladera por hasta 4 días, preferiblemente sin pelar, en un recipiente hermético. Si se pela, lo ideal es consumirlo dentro de las 24 horas.

Más allá del interés gastronómico, el estudio revela cómo el conocimiento científico puede refinar prácticas cotidianas que rara vez se cuestionan.

En lugar de confiar en métodos tradicionales heredados por generaciones, los investigadores proponen repensar procesos básicos desde una perspectiva analítica, con resultados tangibles en calidad y salud alimentaria.

El huevo “periódico” no sólo representa una mejora técnica, sino también un ejemplo de cómo la ciencia puede dialogar con la cocina sin perder de vista la accesibilidad.

Aunque requiere tiempo y atención, este método no demanda equipos especializados, lo que lo convierte en una propuesta replicable en cualquier hogar dispuesto a experimentar con precisión y paciencia.