Las 4 fases del abuso en las relaciones de pareja, un ciclo que refuerza la dependencia emocional

La revista Elle explica cómo la agresión inicia con calma engañosa, seguida de tensión y explosión emocional, atrapando a los afectados en un ciclo difícil de romper

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ELLE analiza el ciclo del
ELLE analiza el ciclo del maltrato psicológico y físico en las relaciones de pareja(Freepik)

El maltrato psicológico y físico en las relaciones de pareja es un fenómeno que, aunque devastador, sigue siendo un tema difícil de abordar para muchas personas. Según informó Silvia Congost, experta en psicología, este tipo de abuso no surge de manera repentina, sino que se desarrolla a través de un ciclo de fases que atrapan a las víctimas en una espiral de sufrimiento y confusión.

Congost detalla que estas etapas explican por qué las víctimas permanecen en relaciones dañinas, a menudo sin denunciar el abuso o incluso retirando denuncias previas.

La calma inicial: una trampa disfrazada de perfección

De acuerdo con Congost, el ciclo del maltrato comienza con una fase de calma, donde la relación parece idílica. En esta etapa, la víctima siente que ha encontrado a una pareja ideal, lo que facilita que se ignoren las primeras señales de alerta.

La fase de calma inicial
La fase de calma inicial genera una ilusión peligrosa de perfección en la relación (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sin embargo, esta aparente tranquilidad se mantiene solo mientras la víctima cede a las demandas del agresor. El medio Elle detalla que cualquier intento de expresar desacuerdo o inconformidad puede desencadenar la siguiente fase del ciclo.

La tensión: el preludio de la tormenta

La fase de tensión se activa cuando la víctima se atreve a decir “no” o a expresar su descontento. Según publicó Elle, el agresor puede reaccionar con ira y frustración, percibiendo la negativa como un desafío o una desobediencia.

Señales de alerta ignoradas abren
Señales de alerta ignoradas abren paso a la fase de tensión en el ciclo del abuso (Freepik)

En este punto, la víctima puede intentar calmar la situación volviendo a ceder, lo que refuerza la falsa creencia de que puede controlar la violencia del agresor. Este comportamiento del agresor busca desestabilizar a la víctima, minando su autonomía y haciéndola dudar de sí misma.

La explosión: el clímax del ciclo de abuso

La tensión acumulada finalmente lleva a la fase de explosión, donde se producen agresiones físicas, psicológicas o incluso sexuales. Elle reportó que esta etapa, aunque breve, es extremadamente intensa y peligrosa.

La etapa de explosión concentra
La etapa de explosión concentra agresiones físicas, psicológicas y sexuales de alta intensidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las víctimas a menudo justifican el comportamiento del agresor, asumiendo la culpa y creyendo que pueden cambiar la situación si se ajustan a las expectativas del abusador. Este fenómeno, conocido como “gaslighting”, distorsiona la percepción de la realidad de la víctima.

La luna de miel: el ciclo se reinicia

La última fase del ciclo es la llamada “luna de miel”, donde el agresor muestra remordimiento y promete cambiar. Según consignó el medio Elle, esta etapa es especialmente peligrosa porque refuerza el vínculo de la víctima con el agresor, haciéndola creer que el cambio es posible.

La luna de miel refuerza
La luna de miel refuerza la dependencia emocional en el ciclo de la violencia (Freepik)

Sin embargo, esta calma es temporal, y el ciclo de abuso está destinado a comenzar de nuevo, a menudo con mayor intensidad.

Romper el ciclo: el primer paso hacia la recuperación

Es crucial que las personas que se reconocen en estas fases busquen ayuda. Elle enfatiza la importancia de hablar con alguien de confianza y buscar apoyo psicológico para salir del ciclo de abuso.

Compartir la experiencia es un paso vital hacia la recuperación, ya que permite a la víctima comenzar a reconstruir su vida fuera de la sombra del maltrato.

Hablar con alguien de confianza,
Hablar con alguien de confianza, familia o psicológo es clave para romper el ciclo de abuso (Imagen Ilustrativa Infobae)

El maltrato psicológico y la violencia doméstica son procesos complejos que no ocurren de un día para otro, sino que se desarrollan de manera gradual y sutil, como explica Silvia Congost.

Las fases del maltrato, como la calma, la tensión, la explosión y la luna de miel, revelan cómo las víctimas quedan atrapadas en un ciclo de abuso, donde la confusión y el temor a enfrentar la realidad dificultan el escape.

En este ciclo, las personas maltratadas a menudo sienten que pueden cambiar la situación o que la culpa recae sobre ellas, lo que agrava aún más el sufrimiento y prolonga la dependencia emocional. Comprender estas fases es esencial para identificar el maltrato y, lo más importante, para tomar decisiones que permitan romper el ciclo de abuso.